El presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acompaña a Roberto Martín, alcalde de Guijuelo

El presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acompaña a Roberto Martín, alcalde de Guijuelo

Salamanca

El PP de Salamanca, ante una gran encrucijada

Los socialistas, con David Serrada a la cabeza, tendrán que realizar el enésimo replanteamiento de a dónde van, qué quieren y qué personas necesitan

29 mayo, 2023 13:35

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Las elecciones municipales celebradas este domingo, antes de que la agenda electoral de los comicios nacionales -convocados para el 23 de julio- tapen el tupido bosque provincial, conviene analizar algunas cuestiones básicas para, al menos, entender algo de lo que acontece ahora y aquí, en la provincia de Salamanca.

En primer lugar, el Partido Popular de Salamanca sale más que reforzado, sale triunfador absoluto. Los méritos que no se los atribuyan otros, son de los propios alcaldes y concejales. Y aquí sí debemos incidir. El PP salmantino tiene en estos momentos la mayor cantera de toda su historia de alcaldes jóvenes, preparados, autosuficientes y, además, con dotes para gobernar, que no es más que gestionar bien. Hablamos de alcaldes como Marcos Iglesias Caridad, de Ciudad Rodrigo, que ha cosechado los mejores resultados de toda la historia de la democracia en Miróbriga y, casi, los mejores en toda Castilla y León de municipios de más de 10.000 habitantes.

Junto a Marcos, cómo no, habría que incluir a David Mingo, a la suerte alcalde de Santa Marta y secretario provincial del PP. Un bastión fuerte, el municipo más poblado de Salamanca y donde los populares no dejan de crecer. Vecino es Pedro Samuel Martín, alcalde de Carbajosa de la Sagrada, donde también las mayorías absolutas holgadas vienen de la mano. Cerca tenemos a Villamayor, con el tánden Ángel Peralvo, el alcalde nativo e hijo de canteros, y Daniel Velasco, que han logrado casi lo imposible, una mayoría absoluta de mucho prestigio.

Y queda, al margen de otros municipios, Roberto Martín en Guijuelo, con una mayoría absoluta más que suficiente, al que acompaña un equipo joven pero muy preparado, donde, en palabras de la calle, ha barrido. Y hablamos de unos de los principales, sino el primero, núcleos industriales de Castilla y León con su industria chacinera.

El PP deberá saber gestionar a este grupo de alcaldes, que, como decíamos, son jóvenes, están preparados y suficientemente listos para coger el testigo. De ellos depende el futuro de sus pueblos, de la provincia y, además, del partido. Todos, sin excepción, son merecedores de ocupar un sillón en La Salina, porque este equipo, con otros de otras comarcas y pueblos, son, a día de hoy, imbatibles. Y eso es un capital muy hermoso que no se debe desaprovechar.

La catástrofe socialista

Suma y sigue la caída del PSOE en cuanto a los núcleos importantes de la provincia de Salamanca. Los socialistas deberían realizar la enésima catarsis para saber qué quiere, a dónde van y quién puede pilotar el buque en la nueva travesía que se vislumbra. Está claro que David Serrada, como antes aconteció con Fernando Pablos, no son las personas idóneas para tal viaje. Si, que el 'sanchismo' y ETA y Bildu y 'Sí solo es sí' han restado votos, claro. Pero los resultados no engañan y, además, los terminan pagando paganos como José Luis Mateos, cuestionado desde el primer día por la dirección provincial, y quien ha hecho una campaña más que digna y, al menos, ha mantenido el número de concejales. No suma, claro, pero tampoco resta como ha ocurrido en la mayoría de las elecciones, sean nacionales, autonómicas o, ahora, municipales, con el único bastión, por llamarlo de alguna manera, en La Fuente de San Esteban. Aquí, Paco Cañamero tomará el bastón de mando por una equivocación del PP, al presentar a un candidato que ya nadie deseaba, ni los propios populares de La Fuente. Cañamero está solo ante un miura, pero él, de toros, sabe mucho y, de paso, cómo lidiar semejante fiera. Para ello cuenta con una candidatura muy competente y él conoce, como nadie, su querido pueblo. Eso sí, se ha merecido coger el acta de diputado por la comarca de Ciudad Rodrigo, porque los resultados de Miróbriga, donde iba Carlos Fernández Chanca, han sido desastrosos.

El PSOE tiene un problema muy serio en el Alfoz de Salamanca, donde se decide la Diputación. Sus diversos candidatos no tiran, no entusiasman, no levantan pasiones y no pueden, de ninguna manera, ante la avalancha y estrategia del PP. Quizás sea que a los socialistas, como casi en el resto de la provincia, les interesa más el continente que el contenido, es decir, más presentar listas, a cualquier precio, que quién las encabeza y completa. Salvo contadas excepciones, los candidatos socialistas no tiran, restan más que suman y, de ello, llega la segunda lectura. El PSOE pierde un diputado provincial por la circunscripción de Salamanca, de 10 pasa a 9 y, para más inri, se lo merienda de postre el PP, que tenía 13 y suma 14.

Es más, los socialistas pierden tres bastiones históricos, dos ya decididos y a esperar qué pasa en Peñaranda, otro lugar donde el delfín Fran Díaz iba a misa y encima repicaba. No se sabía si era senador, concejal o de las JJSSCyL. Y esas cosas, en los pueblos, pasan factura. Es que pierden Aldeadávila de la Ribera, donde el continente no era querido ni por los suyos, que pedían un cambio de candidatura. Y, si no es por la lista de Bautista, el PP no hubiera sacado 5, sino 6 de nuevo dejando al PSOE con 3. ¡Histórico! Algo parecido aconteció en Villavieja de Yeltes, con un alcalde que ya era cansino y ahí hizo trizas el PP con una candidatura nueva e ilusionante.

Los demás, pues bueno, lo sabido. Que Ciudadanos es un partido residual, con alguna Alcaldía a negociar, como Doñinos y Villares de la Reina. Con alcalde, principalmente en San Cristóbal de la Cuesta y para de contar. Porque la fantasía no ha dejado ver la realidad de la política.

Vox se sube al carro que deja CS acaparando poder, no mucho, como podría ser, si no continua el pacto PP y CS en Alba de Tormes, o incluso en Béjar, donde tendrán que entenderse dos primos hermanos de la política, la exportavoz del PP, Purificación Pozo, y el candidado del PP, Luis Francisco Martín, que también fue ya concejal del PP bejarano. El problema de Vox es que donde verdaderamente tendría ventana de imagen, el PP no precisa de sus servicios, como es el caso de Salamanca capital, o la Diputación, por las mayorías absolutas populares. Vox debe salir a la calle, crear infraestructura, integrarse en la estructura política o, quién sabe, sería otro CS o Podemos. A esperar.

Un apunte sobre la Diputación

Ya se analizarán otras cuestiones de más o menos interés electoral y político en la provincia, pero la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio por parte de Pedro Sánchez quizá haya despejado el camino para el cambio en la Presidencia de la Diputación, que se necesita, por el bien del partido, de la Institución y de la provincia.

Decíamos que el PP deberá saber cuidar, gestionar y aprovechar a la cantidad de alcaldes jóvenes y preparados que precisan entrar en la Diputación de Salamanca para su regeneración, abrir ventanas, levantar alfombras y airear. Quizás las elecciones generales ayuden a que Javier Iglesias, que ya no es presidente del PP de Salamanca, salga para el Congreso o el Senado, más bien lo segundo, y cuando se conforme el pleno para nombrar presidente, sea alguno de esos jóvenes alcaldes que traerán un nuevo aroma a la calle Felipe Espino. Y ahí está bien posicionado el alcalde de Santa Marta y vencedor de las elecciones con aplastamiento y, además, secretario provincial, David Mingo. Aunque las malas lenguas políticas, que siempre las hay y con fino tacto, dicen que puede existir un "tapado". Puede, sí. Pero Mingo está llamado a lo que está y es mi apuesta. Ay!