El jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, Carlos Roncero

El jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, Carlos Roncero

Salamanca Salud

"Estamos ya inmersos en una severa pandemia de salud mental"

El doctor Carlos Roncero Alonso, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, pone el énfasis en la preocupante situación de la salud mental.

10 octubre, 2021 07:00

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Este domingo, 10 de octubre, se celebra todos los años el Día Mundial de la Salud Mental. El objetivo que persigue, es el de recordar que la salud de cada individuo es la sólida base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias. Para esta celebración, EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León ha charlado con el doctor Carlos Roncero Alonso, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, Servicio de referencia del Área Sanitaria de Salamanca. Un Departamento que se ocupa de la profilaxis, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades mentales. Roncero Alonso se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid y se especializó en Psiquiatría por la Unidad Docente del Hospital Universitario Pere Mata de Reus (Tarragona).

El doctor Roncero es el actual vicepresidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), y es licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Este psiquiatra es especialista en el ámbito de las drogodependencias y de la patología dual. También ha ejercido como profesor asociado del departamento de Psiquiatría y Medicina legal de la Universidad Autónoma de Barcelona.

P.- Doctor, la salud mental está de moda, tanto en el aspecto mediático como político.

R.- La situación de la salud mental, no sólo los problemas, sino el estado de salud mental, debería ser un tema apropiado, tanto para la población en general como para los políticos en particular. Sí que es cierto que con la situación que hemos tenido de pandemia del COVID, algunos aspectos de la salud mental han sido tratados y puestos en primer plano por los medios de comunicación. Probablemente, porque ha habido una situación de gran estrés en el ámbito social y personal, y eso ha generado más necesidad de información en este sentido.

P.- Cada vez hay más estudios que señalan el aumento de los problemas de salud mental, ¿cómo ha sido el impacto del COVID-19, en este punto?

R.- Hay muchas personas en nuestra sociedad que tienen grandes o pequeños problemas de salud mental. Evidentemente, el COVID ha supuesto una situación de estrés a nivel general, de aislamiento, de falta de comunicación o de contacto con otras personas, de cambios laborales o de trabajo, o de metodología de trabajo muy brusco, y unos miedos fundados, digamos, a ser infectado y a desarrollar la enfermedad. Todo ese cóctel de circunstancias ha generado que los niveles de estrés y la ansiedad hayan aumentado y evidentemente presenta a unas personas vulnerables. Se han desarrollado con más facilidad enfermedades mentales.

El COVID ha generado que los niveles de estrés y la ansiedad hayan aumentado, y presenta a unas personas vulnerables, que han desarrollado con más facilidad enfermedades mentales

P.- ¿Y en Salamanca, en concreto?

R.- Desde el Servicio hemos observado, en un primer momento, las urgencias de las solicitudes de evaluación bajaron los primeros meses, cuando el confinamiento era más complicado. Luego, paulatinamente, han ido aumentando e incrementándose, y hemos tenido más peticiones de atención, tanto entre salud mental comunitaria como de personas afectadas por el COVID, de sus familiares y de los profesionales que las han atendido. En este sentido, el programa de Psiquiatría, prácticamente desde abril del año 2020, organizamos el programa con la atención de salud mental junto a la infección del coronavirus, dirigida precisamente a personas que desarrollaban la enfermedad. Evidentemente, no en una situación que está en la UCI, sino que debe estar en las plantas hospitalarias o atención primaria, en familiares de personas que hubieran podido podido fallecer o están en situación grave, y a los profesionales. Ese programa se ha desarrollado hasta estos últimos días, y ya está siendo cerrado. Los profesionales que se contrataron, han dejado un dejado de trabajar con esos contratos, y les ha permitido hacer un abordaje rápido, de fácil acceso ante los primeros síntomas, para poder atender y poder evitar que se desarrollen grandes enfermedades mentales.

P.- ¿Se está complicando esta situación con el colapso de la Atención Primaria?

R.- La situación de la Atención Primaria y la reorganización también ha sido complicada en los momentos del confinamiento, con consultas telefónicas que, evidentemente, a veces son difíciles de hacer, y con una complicación en el acceso que, en ocasiones ha generado más situaciones de preocupación o de estrés a los propios pacientes. También hay que tener en cuenta la población infanto juvenil, los niños o los adolescentes que han sufrido de otra manera y en otro contexto, pues el no poder ir al colegio y no poder socializarse con sus amigos, y eso también ha generado una mayor demanda y presión a los pediatras que, evidentemente, no se ha repercutido a los profesionales de salud mental.

P.- El otro día leí una información donde señalaba que, la situación actual de saturación, ha llevado al aumento de las recetas de psicofármacos.

R.- Probablemente, más que de psicofármacos en general, nos referimos a ansiolíticos y quizás algunos antidepresivos, que han podido verse aumentado en los últimos meses. No podemos escapar de la situación que, desde antes, había de ansiedad, de preocupaciones basadas en la realidad y, evidentemente, en personas más vulnerables o que han tenido circunstancias directas sobre el COVID. Me refiero no sólo a pasar la enfermedad, sino a repercusiones laborales y familiares asociadas al COVID, pues evidentemente han solicitado ayuda porque han presentado síntomas, y en algunas ocasiones les han prescrito psicofármacos.

La situación actual de pandemia y de saturación ha llevado al aumento de ansiolíticos y algunos antidepresivos, que na podido verse aumentados en los últimos meses

P.- Las reivindicaciones presupuestarias son una constante cuando se habla con los profesionales. ¿Es suficiente con incrementar los profesionales o los centros hospitalarios?

R.-La atención a la salud mental requiere algunas cosas, fundamentalmente recursos humanos, personas especializadas, psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeros, enfermeros psiquiátricos, trabajadores sociales. Realmente es el capítulo más complicado para poder incrementar la atención. Desde los servicios de psiquiatría siempre se han manifestado por los déficits que tenemos a nivel general y a nivel particular. Aquí en Salamanca, por ejemplo, había un déficit histórico de profesionales de salud mental infanto juvenil. Bueno, esto en parte se ha incrementado por el móvil, pero con el próximo Hospital de Día, en parte creo que se podrá paliar el déficit de profesionales.

P.- ¿La Estrategia de Salud Mental que está preparando el Ministerio de Sanidad servirá de algo?

R.- La Estrategia de Salud Mental en su formato actual ha recibido múltiples críticas de todas las sociedades científicas, porque es una estrategia que realmente no tiene parámetros de evaluación, no tiene aspectos claros y concretos de puntos evaluables, como debe tener una estrategia y está siendo revisada. Realmente, una estrategia de salud mental es imprescindible para coordinar todos los esfuerzos que se hacen en los distintos niveles, de adultos, a nivel infanto juvenil, y que se hace entre la parte de adicciones y de patología dual. Pero debe tener unos parámetros claros de evaluación basados en las neurociencias, basadas en los estudios científicos, y también debería tener una cierta dotación presupuestaria, aunque luego se aplica con respecto a las distintas comunidades, pero una serie de parámetros sobre qué dotaciones presupuestarias deberían haber.

P.-¿Tiene sentido hacer una ley de Salud Mental específica como si se tratara de un problema específico?

R.- La salud mental es un campo muy amplio que creo que, sí que tiene suficiente entidad, como la detección precoz, la prevención y el abordaje para poder tener una ley específica. Pero debe ser una ley basada en los conocimientos de la ciencia, basada en el estado actual de lo que se sabe, que es o que puede ser mejor para los distintos pacientes.

P.- ¿Por qué importa tan poco la salud mental, al menos hasta que llegó el Covid?

R.- La salud mental siempre ha sido la hermana pobre de las especialidades médicas o de la medicina. Probablemente está asociado al tema del estigma. No se reconoce las enfermedades mentales como el resto de las enfermedades médicas. Siempre se las ha considerado, pues de otro tipo, a veces, en ocasiones incluso que eran como cuestiones de voluntad, o que eran cuestiones que realmente no tenían una entidad de enfermedad. Cuando las enfermedades mentales graves producen un grado de discapacidad importante de años de vida perdidos, y un gran sufrimiento para la persona y el entorno, o para la familia de los que lo padecen.

P.- Con la situación profesional actual y la pandemia de salud mental que viene, ¿cómo va a resistir el sistema sanitario?

R.- La pandemia de salud mental la estamos teniendo ya, no es que va a llegar, ya ha llegado con el incremento de peticiones, el incremento de necesidades, tratamientos, etc. Esto es una situación de presente, no de futuro. El sistema sanitario se ha adaptado a todas las circunstancias adversas que hemos pasado en los últimos meses. En los servicios de psiquiatría se están haciendo esfuerzos ímprobos por adaptarnos y poder dar la mejor atención posible a la población. Pero el poder hacerlo pasa porque se incrementen los recursos humanos de los que podemos disponer. Si no va a ser muy complicado poder hacer una atención de calidad a la población,

La pandemia de salud mental la estamos teniendo ya, no es que va a llegar, ya ha llegado con el incremento de peticiones, de necesidades, tratamientos, etc.

P.- ¿Podemos decir que estamos inmersos ya en una pandemia importante de salud mental?

R.- Estamos ya en una situación de más problemas de salud mental. No sé si se puede llamar de pandemia de salud mental o de ola. La ola de salud mental, como decía al comienzo que iba a pasar. Realmente hay muchas personas que han sido afectadas por el COVID, y digo no solo afectadas por la infección directamente, que también, creo que estamos en 5 millones de personas que han pasado la infección, sino por las consecuencias familiares, sociales y laborales que todo esto ha generado.

P.- Finalmente doctor, usted como un gran especialista, ¿qué consejo daría a los ciudadanos?

R.- Hay que ir recuperando los hábitos que teníamos antes del COVID con prudencia. Nuestra sociedad es una sociedad bien contactada, bien socializada, con lazos relativamente fáciles en el ámbito familiar, en lo social. Todo eso hay que ir rehaciendo y reponiendo, siempre con las medidas preventivas, y con las precauciones que nos van diciendo. Creo que tenemos que ir paulatinamente hacia un estilo de funcionamiento parecido al que teníamos previamente. Y si alguien encuentra problemas en el colegio o en el trabajo, y encuentra dificultades, pedir ayuda cuanto antes.

P.- ¿Algo más que añadir?

R.- Creo que todo el tema del COVID efectivamente, ha hecho un cierto proceso de inflexión en como se visualiza la salud mental y las enfermedades mentales, pero no nos debemos olvidar de ella cuando esto pase, porque afortunadamente lo lógico es que esto progresivamente desaparezca. Esperemos que no haya más sustos, y que vaya desapareciendo.

El doctor Carlos Roncero González, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca

El doctor Carlos Roncero González, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca