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El pintor Miguel Elías busca la espiritualidad en La Salina de Salamanca

4 octubre, 2019 15:58

El Patio de La Salina de Salamanca alberga hasta el 27 de octubre la exposición 'Llama de amor viva', la última propuesta del pintor Miguel Elías, en la que centra su discurso en la espiritualidad con San Juan de la Cruz como protagonista.

Para su desarrollo, Elías ha ahondado en toda la obra del religioso para llevar a cabo este proyecto, en el que las reflexiones sobre el autor del 'Cántico espiritual' se entremezclan con el misticismo taoista.

Así ha llevado a cabo una serie de 133 obras, de las que una selección se puede ver ahora en el Patio de La Salina, entre ellas dos grandes lienzos que cuelgan de la fachada del claustro y que descansan sobre dos cruces de penitencia de la Semana Santa de Salamanca.

En sus telas se pueden leer versos de San Juan de la Cruz junto a motivos y creaciones de Miguel Elías, con temática taoísta. Con lo que el autor pretende demostrar que, dentro de los distintos pensamientos, "hay más puentes que unen que cosas que separan", ha explicado el artista en la presentación, en la que ha estado acompañado por el diputado provincial de Cultura, David Mingo, y el poeta Alfredo Pérez-Alencart.

Asimismo, entre las piezas que también se exhiben sobre paneles en los soportales, Elías ofrece un cuadro con "alto valor sentimental", pues quiso representar a San Juan de la Cruz sobre una sábana sobre la que falleció su madre, aunque finalmente, lo que representó sobre ella fue el rosto de Jesucristo.

No obstante, en su afán por dar forma a la imagen de San Juan de la Cruz, Elías sí que aporta otra obra en la que aparece el santo, su mirada y parte del rostro, pero no entero, pues una composición se sobrepone y lo oculta.

Con motivo de esta exposición, la Diputación de Salamanca ha editado un catálogo, a la venta al precio de diez euros y con una tirada de 300 ejemplares, en el que el aficionado puede deleitarse con imágenes del trabajo de Elías pero también con textos de distintos autores, entre ellos un poema inédito de Antonio Colinas y otro de Alfredo Pérez-Alencart.