La vida actual del palentino Alfonso Díez: de funcionario de la Seguridad Social a casarse con la duquesa de Alba

Han pasado casi 11 años de la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, comúnmente conocida como la duquesa de Alba.

Desde entonces, poco ha trascendido sobre la vida que ha llevado su viudo, Alfonso Díez, con el que pasó por el altar el 5 de octubre de 2011 en Sevilla tras tres años de intenso y mediático noviazgo.

Si por algo se ha caracterizado la vida del palentino, es por haber estado sujeta a continuos cambios, pues quién le iba a decir él que acabaría casándose con una de las mujeres más conocidas y poderosas del territorio nacional, pero así fue.

Nacido en Palencia un 15 de noviembre de 1950, Alfonso creció en el seno de una familia pudiente y numerosa formada por José Díez, militar de Infantería; Pilar Carabantes, perteneciente a una familia de médicos y militares, y sus otros 11 hijos, 12 contando con Alfonso.

Además, su abuelo paterno, Julián Díez, era el dueño de la fábrica de chocolates San Antolín.

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Vivió una infancia tranquila rodeado de su familia y amigos, estudió en Hermanos de La Salle y, tal y como recordó durante su discurso en el pregón del XIX Día del Palentino Ausente, antes de entrar por las mañanas al colegio "desviaba mi camino para ver la cartela del Teatro Principal", como el gran apasionado del cine que siempre ha sido.

Una de las vivencias que más recuerda de la capital palentina corresponde a la Nochebuena en la que se quemó la Diputación, cuando él, precisamente, se encontraba en el cine viendo con sus hermanos la película Las Minas del Rey Salomón.

"Fueron unas navidades muy tristes para todos y especialmente para mi padre, pues en el incendio murió un íntimo amigo suyo", confesó.

Si bien, el destino le cambió a los 24 años, cuando decidió dejar su vida en Palencia, una ciudad "muy especial y llena de recuerdos, que está metida dentro de mí y de la que hago gala por donde voy", para iniciar una nueva etapa en Madrid, donde tras estudiar trabajó como funcionario de la Seguridad Social.

La duquesa de Alba y Alfonso Díez en una imagen del año 2012 Gtres

Pasaron muchos años hasta que Cayetana de Alba volvió a cruzarse en su camino. Alfonso ya la conocía desde hacía 30 años, pues su hermano Pedro era amigo de Jesús Aguirre, el segundo marido de doña Cayetana.

Sin embargo, hacía años que no se veían. Se reencontraron en 2008 en un cine de Madrid, cuando Cayetana tenía 82 años y él 58 y seguía viviendo en el barrio de Chamberí. Entonces, su suerte cambió y el palentino y la duquesa se volvieron inseparables.

El resto de su vida es de sobra conocida por todos, pues, desde que trascendió su romance con la entonces duquesa de Alba, al principio lleno de acusaciones hacia el palentino de querer sacar provecho del legado y la posición de Cayetana, pasó a estar en un primer plano mediático.

En él permaneció hasta el fallecimiento de la eterna, querida y recordada aristócrata.

Desde entonces, son varias las apariciones públicas protagonizadas por Alfonso Díez, aunque no muchas.

Poco a poco se le ha ido perdiendo la pista, hasta el punto de que hoy pocos saben lo que ha sido de su vida desde que perdió a su gran amor, pues tan solo se le suele ver en eventos muy especiales o en las reuniones familiares de los Alba, con los que sigue manteniendo una muy buena relación.

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Pese a ello, tras la muerte de la Cayetana, Alfonso abandonó Sevilla y las propiedades de la Casa y regresó a su apartamento. Sin embargo, según recogieron en su día varios medios de comunicación, al poco tiempo se mudó a otro más grande, pero también ubicado en el barrio de Chamberí.

Allí es donde pasa gran parte de su tiempo, a excepción de cuando viaja a Palencia a visitar a su familia.

Algo que, al parecer, hace con bastante asiduidad, teniendo en cuenta que lleva una vida tranquila y muy cómoda gracias a la pensión que cobra como jubilado.

Y también al arrendamiento de sus propiedades y a lo recibido de la Casa de Alba por expreso deseo de su esposa y pese a que él se comprometió a renunciar a la herencia antes de pasar por el altar.

Lo hace desde un prisma discreto, reservado y lo más alejado posible de los focos.

Su etapa mediática acabó cuando se apagó la vida de Cayetana, la que, según ha confesado en alguna entrevista, "es lo mejor que me ha pasado en la vida" y con la que también visitó la provincia de Palencia en más de una ocasión.