Varios lobos

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León

El 86% de las muertes de lobos en Europa se deben al ser humano, según un estudio con toque leonés

El investigador del área de Zoología de la ULE, Héctor Ruiz-Villar, coautor del trabajo, destaca que "este artículo contribuye enormemente a la detección de patrones demográficos a escala global".

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Un estudio internacional titulado Patterns and Determinants of Mortality in Grey Wolves (Patrones y Determinantes de la Mortalidad en el lobo gris), en el que participa la Universidad de León, ha revelado que tres de cada cuatro lobos mueren por causas directamente relacionadas con la actividad humana.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista Mammal Review, constituye el análisis más completo realizado hasta la fecha sobre la mortalidad del lobo a escala global.

El trabajo ha sido liderado por la investigadora posdoctoral Ana Morales-González, de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y cuenta con la colaboración de la Universidad de Oviedo. Desde la Universidad de León, el investigador posdoctoral ‘Juan de la Cierva’ Héctor Ruiz-Villar, del área de Zoología, figura como coautor.

Según Ruiz-Villar, “este artículo evidencia la gran presión que sufre la especie en paisajes humanizados y contribuye enormemente a la detección de patrones demográficos a escala global en una especie fundamental para el correcto funcionamiento de los ecosistemas”.

Los resultados, basados en el análisis de 140 estudios científicos en todo el hemisferio norte, muestran que alrededor del 60 % de las muertes se debe a la persecución directa —caza legal e ilegal—.

En Europa, la mortalidad por causas humanas asciende al 86 %, mientras que en Norteamérica alcanza el 66 %. Este nivel de presión desplaza a un segundo plano las muertes naturales por enfermedades, hambruna o enfrentamientos entre individuos.

Los investigadores subrayan que el trabajo no solo aporta una base científica sólida, sino también un marco de referencia para el diseño de políticas de gestión.

En un contexto de expansión de las poblaciones de lobo en Europa y de relajación de las medidas de protección, el estudio recuerda la necesidad de atender al elevado riesgo de mortalidad de los lobos que conviven con el ser humano.

El artículo ofrece un conjunto de datos global estandarizado que puede orientar futuras investigaciones y estrategias de conservación, especialmente en lo relativo a la sostenibilidad de las poblaciones.

Los jóvenes, los más vulnerables

Uno de los hallazgos más relevantes es que los lobos en dispersión —los jóvenes que abandonan el grupo natal para crear uno nuevo— sufren una mortalidad significativamente mayor que los individuos residentes. Estos ejemplares, al atravesar territorios desconocidos y humanizados, se enfrentan a riesgos más altos.

Además, el estudio advierte que la mortalidad natural y la humana son procesos aditivos, lo que incrementa la amenaza en paisajes dominados por la actividad humana.

Factores sociales y ambientales, como la pérdida de ejemplares reproductores, la disolución de grupos o la consanguinidad, también influyen en la supervivencia de la especie y deben incorporarse a los modelos de gestión poblacional.

Los autores reconocen que aún existen lagunas de conocimiento, especialmente en regiones remotas como Siberia o el Ártico, donde la mortalidad natural podría ser más significativa.

La investigación ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación, fondos europeos FEDER y FSE+, así como de la Junta de Andalucía.