Imagen del reloj de la Puerta del Sol y, en el círculo, José Rodríguez Losada

Imagen del reloj de la Puerta del Sol y, en el círculo, José Rodríguez Losada

León

Así fue la historia del leonés que regaló a Madrid el reloj de la Puerta del Sol

Detrás de su figura existen múltiples leyendas, mientras que su trayectoria vuelve a estar de actualidad al anunciarse el desmontaje del reloj para su rehabilitación.

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En las últimas semanas el reloj de la Puerta del Sol de Madrid, el más icónico de nuestro país y el cual nos da la bienvenida a cada año con las campanadas, ha sido noticia. Y es que el histórico contador será desmontado este próximo mes de marzo para su rehabilitación.

Será a partir del 5 de marzo cuando las agujas dejarán de girar para someterse a una revisión tras 30 años consecutivos sin parar desde su anterior desmontaje. Cabe resaltar, no obstante, que se tratan de unos trabajos preventivos para evitar futuros problemas.

Este reloj del siglo XIX fue un regalo a Madrid por parte de un liberal leonés exiliado en Londres. Su nombre era José Rodríguez Conejero, pero era más conocido como el 'relojero Losada', dado que cambió su segundo apellido por este último en referencia a Quintanilla de Losada, jurisdicción a la que pertenecía su localidad natal, Iruela (León).

El Reloj de la Gobernación, que preside la Puerta del Sol, fue regalado por Losada pocos años antes de morir. Su historia se remonta a 1801, año en el que nació en localidad leonesa. 

El relojero era el tercero de 10 hermanos y el cambio de apellido se debe a la costumbre de la época de adoptar al emigrar el de la jurisdicción donde se había nacido. Pero antes de eso, Losada se había dedicado al pastoreo junto a su familia.

Con el paso de los años ingresó en el ejército como oficial de caballería hasta que huyó a Francia desde Madrid, a donde había llegado años antes tras marcharse de su casa, después de que se le considerase un fugitivo por sus ideas liberales. Lo hizo a caballo.

Después llegó a Inglaterra, que era el destino de los muchos exiliados liberales de la época, logró trabajo en una relojería, donde se dedicaría, en un principio, a la limpieza del taller.

Sin embargo, su curiosidad le llevó a trastear desde que empezó a trabajar con las piezas que se tiraban a la basura o no eran válidas ya para el taller. Se dice también que previamente en Ponferrada había despertado su interés por este sector. Su pericia le llevó a convertirse finalmente en un relojero referente en Europa.

Incluso llegó a heredar la relojería londinense donde comenzó, ya que el propietario acabaría falleciendo. Durante su etapa al frente del negocio, la relojería contrajo una enorme popularidad internacional.

Hasta el punto de que fue reconocido por la corona española con la Orden de Carlos III. Su fama como relojero de reputación se fue extendiendo por diversos rincones de Europa y parte de Latinoamérica.

Quien fuera pastor en sus inicios, acabó convirtiéndose en uno de los relojeros más célebres del panorama de la época. El Reloj de Gobernación, ya que entonces era el edifcio del Ministerio de mismo nombre, que preside la torre de la actual Casa de Correos, en la Puerta del Sol, constituye su obra más reconocida.

Son casi 160 años de historia que hoy permanecen vivos y en funcionamiento, aunque parará, como venimos diciendo, durante al menos dos semanas para una revisión de todos los engranajes y sustitución de aceites.

Fue un regalo como prueba de admiración a la reina Isabel II y en una de sus visitas a Madrid. Tras comprobar que el reloj que presidía entonces la torre no funcionaba correctamente, con quejas de muchos de los madrileños, Losada decidió regalar uno nuevo a la ciudad que solucionara este problema.

Entre las curiosidades de su historia destaca que no fue hasta hace pocos años cuando se descubrió realmente la fecha de su nacimiento. Aunque algunos la situaban en mayo de 1797, una investigación reciente de Francisco Cañueto estableció la misma en el 19 de marzo de 1801.

Son múltiples las leyendas que rodean su vida. Algunas con el tiempo se descubrieron que no eran ciertas. Otras que eran una verdad cogida con pinzas. Y otras tantas que aún se desconocen. Pero lo cierto es que de la trayectoria del relojero Losada se ha hablado mucho.

Su figura es una de esas que siempre salen a relucir cada año, coincidiendo con las campanadas y como autor de ese reloj que marca el inicio de nuestros años. Ahora, esta vez, vuelve a estar de actualidad con motivo de su revisión y rehabilitación.

En sus más de siglo y medio de vida, el reloj de la Puerta del Sol se volverá a parar en una de las escasas ocasiones que lo ha hecho desde que se instaló. Una prueba inequívoca del talento que tenía el relojero Losada a la hora de elaborar sus obras, dado la enorme durabilidad de las mismas.