La Catedral de León

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León

La leyenda del topo maligno que saboteó la construcción de la Catedral de León

En el interior del imponente templo cuelga un enorme pellejo oscuro que recuerda esta historia sobre el roedor que destrozaba de noche sus cimientos 

24 septiembre, 2022 07:00

La Catedral de León es uno de los templos más espectaculares de Castilla y León y de toda España. La construcción de la conocida como 'Bella Leonesa' se inició en el siglo XIII y es una de las grandes obras del estilo gótico, convirtiéndose en 1845 en el primer monumento nacional declarado en el patrimonio español.

Los pórticos tallados, sus impresionantes y coloridas vidrieras, los gloriosos rosetones, uno de los coros más antiguos de España y unas increíbles esculturas, son algunas de las características que otorgan una belleza inigualable a esta impresionante Catedral de Santa María.

Este emblemático monumento no solo destaca por su belleza exterior, sino que también son numerosos los secretos y leyendas que alberga. Uno de ellos es la curiosa historia que se esconde sobre la puerta de San Juan, en el mismo interior de la edificación.

Según cuenta la leyenda, un topo maligno fue el encargado de que las obras del magnífico templo sufrieran contratiempos. Cuando llegaba la noche, este roedor se encargaba de minar los cimientos de la Catedral, así pues, iba destrozando con el hocico todos los trabajos que se habían desarrollado durante el día, con lo cual, no servían de nada.

Hartos de esta situación que no les permitía continuar con su trabajo, decidieron colocar una trampa. Con ella consiguieron atrapar a este topillo que no les permitía avanzar en los trabajos de construcción que tenían previstos. Al día siguiente, según cuenta la leyenda, pudieron ver a un enorme topo, de unas dimensiones nunca vistas y que sorprendió a todos los que allí se encontraban. 

Lo consiguieron matar y no solo eso, sino que también colgaron su piel. Este gesto tuvo un doble significado: por un lado, era una forma de demostrar que habían vencido al animal y, por otro, sirvió como escarmiento para que no volviera a ocurrir nunca más.

Desde entonces, en la puerta de San Juan cuelga un enorme pellejo oscuro, el de este topo destructor que se encargó de entorpecer las obras de la Catedral de León y que tuvo un mal final. 

Eso cuenta la leyenda. Lo cierto es que algunos estudios han demostrado tras un intenso análisis que este pellejo de topo en realidad es un caparazón de tortuga gigante, que nada tiene que ver con ese topo. 

Quizá esto sea lo de menos. Lo más importante es que todo el que acuda a la capital leonesa seguirá buscando los restos del topo maligno que saboteó la construcción de esta imponente obra del gótico cargada de historia y arte sin parangón.