El Queso Castellano, a la conquista del mercado de la Unión Europea y Estados Unidos

La industria quesera de Castilla y León es la "más importante" de España, ya que elabora uno de cada diez quesos del país. Estas representan entre el 10% y el 12% de la industria agroalimentaria de la Comunidad, situándose en "segundo lugar por volumen e importancia, solo detrás del sector cárnico".

Desde la Junta de Castilla y León informan de que, más allá del peso económico, el sector quesero mantiene una "estrecha vinculación con el territorio y el sector primario", al respaldar a los ganaderos de leche de la región.

En total, Castilla y León cuenta con unas 150 empresas del sector lácteo, que emplean a 5.944 trabajadores y generan una cifra de negocio en la producción de productos lácteos que alcanza los 2.026 millones de euros.

Queso Castellano, con varias marcas zamoranas, obtiene el reconocimiento de la Unión Europea

La Comunidad destaca también por ser la "productora de leche de oveja" con un 55,3% del total nacional -268.890 toneladas- y la segunda productora nacional de leche de vaca, con el 12,2% del total -893.220 toneladas-.

Además, ocupa el quinto lugar en producción de leche de cabra, con un 6,6%. Una suma que eleva la producción lechera regional por encima de 1.190.000 toneladas, lo que sustenta un potente tejido empresarial dedicado a la elaboración de quesos.

Por esta razón, el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, la consejera de Agricultura y Ganadería, María González Corral, y el presidente de la Asociación de la Indicación Geográfica Protegida Queso Castellano, Víctor Martín han firmado un protocolo para "intensificar la promoción internacional y fomentar las exportaciones del queso castellano".

El objetivo es "impulsar la presencia del queso castellano" en los mercados internacionales para los que se establecen "mecanismos de identificación y definición de la promoción internacional". Un diseño de programa de acciones previsto entre abril de 2025 y abril de 2027, que contará con una inversión de 1,5 millones.

Las actuaciones se centrarán en los mercados de la Unión Europea y Estados Unidos, "considerados prioritarios tras un análisis de sus potencialidades". Además, prestarán atención a la apertura de mercados alternativos.

Para asegurar el desarrollo y seguimiento del protocolo, se construirá una comisión de seguimiento integrada por cuatro representantes de cada parte, que elaborará un programa de actuaciones y abarcará dos años de actividad.