De momento se ha convertido en la chapuza del año, la construcción de trenes para Asturias y Cantabria que no caben por algunos de los túneles de la red ha dado lugar a uno de los mayores fiascos ferroviarios de los últimos años. Por este motivo, la Junta de Castilla y León quiere saber cómo afectará a la Comunidad, ya que estaba entre las comunidades beneficiarias de la compra por importe de 258 millones de euros de trenes de vía estrecha, realizada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

En el caso de Castilla y León, varios de los trenes de ese paquete de 31 están previstos para la línea de Feve del tramo del centro de León que une a la Universidad. La ministra Sánchez ha advertido que, por lo menos, los trenes no se han fabricado aún. Sin embargo, la chapuza ya está hecha.

Por eso, la consejera de Movilidad y Transformación Digital de la Junta, María González Corral, se ha dirigido al Ministerio para “pedir explicaciones”. Se quiere saber si las unidades destinadas a Castilla y León “van a venir y en qué plazo”, si estas son nuevas o serán “descartes de otras comunidades” y si, como consecuencia del error en Asturias y Cantabria, “se va a producir algún retraso”, en cuyo caso también solicitan “las nuevas estimaciones de plazo para solucionar este problema”.

El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, no pretende que el Gobierno le de explicaciones ni busque culpables, ni dimisiones, lo único “importante” es, en su opinión, cómo va a afectar a Castilla y León esta nueva situación.  Según ha comentado, junto a Asturias y Cantabria también están afectadas País Vasco, Galicia y Murcia.

Todo porque, por el momento, “no se nos ha dado ninguna explicación” pese a que el hecho de que “una parte de los 258 millones de euros previstos no se vayan a realizar con la urgencia prevista”, algo que para Carriedo “va a suponer un problema para Castilla y León”.