Luis-Falcon---Miranda

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Región

La sublevación de Ávila

23 enero, 2019 23:53

Que las aguas no bajan tranquilas en el PP de Castilla y León está más que demostrado. Que el partido, obviamente, intenta echar balones fuera de que todo está bajo control. Es evidente. Que Pablo Casado y Fernández Mañueco tienen en varias provincias escollos, que no cogollos, muy duros de digerir, es más que cierto. De certezas está llena esta pre campaña electoral, porque de esto mismo se trata ya cuando se habla de los partidos políticos y sus dirigentes. Aquí nadie da una puntada sin hilo electoral.

Jesús Manuel Sánchez Cabrera, presidente de la Diputación de Ávila por el PP, acaba de servir la cena fría al partido tras quedar desbancado como candidato a la Alcaldía de Ávila. Un mal trago que pasó y un bocado que da ahora. De eso sabe y mucho el actual presidente de la Diputación abulense que, además, como en plan drama de suspense, dice algo así como que está deshojando la margarita de por dónde concluir a la cita electoral. Vamos, como si nos levantáramos ahora de la siesta. Los hechos hablan por sí solos.

Bien, veamos lo más cercano, porque de lo anterior hasta llegar hasta hoy hablaremos después. Desde el mismo momento en que Sánchez Cabrera queda descabalgado de la proclamación de candidatos populares por Casado en Palencia, como supuesto candidato a la Alcaldía, que se las presumía - y ahí hay que saber qué papel jugó Mañueco en esa apuesta- por la actual teniente de alcalde y concejala de Cultura del Consistorio abulense, Sonsoles Sánchez Reyes, aupada -es más que cierto- por el presidente nacional y diputado por Àvila, Pablo Casado. El actual inquilino de la Diputación se quedó compuesto y sin novia. Esperó su momento.

Desde ese mismo instante su gente en la Diputación de Àvila comenzó a mover fichas, carnés y partidos hasta no parar, y con ello llegó la sublevación. Es decir, la creación de una nueva formación política surgida desde el mismo seno del PP de Àvila. Explotó tan de dentro que hasta la misma tesorera popular, que también lo es ahora de la nueva formación, Ángela García Almeida, se dio de baja en el PP y engrosó las filas y la creación de Por Ávila -el nombre del nuevo partido- que, dicen, “está abierto a que se sumen quienes quieren luchar por un Ávila con futuro y huir del continuismo y del estancamiento”. Es decir, un torpedo en la flotación del buque popular.

Quienes forman este nuevo partido/alianza son gente de total confianza y, es más, son del Gabinete del Presidente de la Diputación, Jesús Manuel Sánchez Cabrera. Ellos son José Ramón Budiño, responsable de Protocolo de la Diputación de Ávila, y como secretario Juan Carlos Corbacho, personal de libre designación en la institución provincial. ¿A qué juega Sánchez Cabrera con eso de que "valorará su futuro". ¿Tiene miedo de una moción de censura a estas alturas de la legislatura? ¿Teme quedarse solo en la institución provincial? Nada más lejos. Según informaciones de los populares abulenses, varios diputados provinciales están también barajando pasarse a las filas de Por Àvila, que incluso ya ha propuesto como candidato al Ayuntamiento de Ávila a Cabrera. Y dice que se lo piensa. No seamos incautos. Es una decisión ya tomada y, lo que es más irracional, servida en frío en las narices de Casado y ¿Mañueco? Porque restar votos en Àvila, en estos momentos de tanta incertidumbre, es temerario para los intereses del presidente regional de lograr sentarse en el Colegio de la Asunción.

Atrás quedan esos días en que Fernández Mañueco se abrazaba a Sánchez Cabrera, que le sirvió para sus intereses en las primarias del partido para la Presidencia del PP de Castilla y León. Eran tiempos en que ambos se las prometían felices. Por eso, según apuntan desde el mismo PP abulense, "no sabemos, o sí queremos saber quién lanzó a Sánchez Cabrera para querer optar a la Alcaldía de Ávila, o quien le prometió apoyo". Esperemos que algún día, más pronto que tarde, alguien lo explique.

Pero es que además, Pablo Casado asistió tan feliz a la designación de la Presidencia de la Diputación de Ávila con su preferida de la mano. Qué cosas! Y resultó elegido Jesús Manuel Sánchez Cabrera. Casado, se puede pensar, se la devolvió designando con dedo de hierro a Sonsoles Sánchez Reyes como candidata en detrimento de Cabrera. Y Cabrera devuelve el golpe rompiendo el partido y creando una nueva formación, en días que los populares no están para tirar cohetes en las encuestas.

En fin! Suma y sigue esta lucha cruenta que, si bien a nivel nacional parece tapada la espita, de momento, entre sorayistas y casadistas... Esperemos acontecimientos -Juan Manuel Moreno, el alfil de Javier Arenas en Andalucía, ya nombró a tres destacados 'sorayos' como consejeros-. En provincias los cuchillos penden, las venganzas asoman y las osadías están a la orden del día.

Uno piensa que demasiados problemas tiene el presidente regional y candidato de los populares a sustituir a Juan Vicente Herrera -qué pensará de esta tierra cidiana que la dejó a su suerte imbuido en la nebulosa del poder, desde su sillón presidencial en el adiós-. Demasiado tiene Mañueco con salir a flote contra los pronósticos de las encuestas, como para tener que empezar a tapar agua en un buque que parece tener grietas. Esperemos acontecimientos, ay!