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Región

El sector funerario también coloca la lápida a la crisis económica

2 noviembre, 2017 00:29

Este miércoles es 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Salamanca tiene dos catedrales, dos universidades, ahora dos equipos de fútbol y, sí, hasta dos cementerios. Uno, el principal, el de San Carlos Borromeo, junto al barrio Pizarrales; otro, el nuevo, el de la Virgen de la Salud, junto a los barrios Tejares y Los Alcaldes.

Miles serán los salmantinos que se acerquen hoy hasta ambos para recordar y honrar a sus familiares y amigos difuntos. Pero detrás de la tradición siempre hay un aspecto económico, en este caso el sector funerario, con negocios que, paradójicamente, viven de la muerte. Y aquí, como cualquier otro sector, la crisis ha tenido un efecto importante, pero los negocios funerarios poco a poco se han ido recuperando y, a medida que mejoraban los bolsillos familiares, colocaban la lápida a la recesión.

Por ejemplo, el gasto en lápidas dejó de estar al libre albedrío del capricho para ajustarse a un presupuesto muy limitado. De solicitar algo llamativo, según el caso, sin importar el precio, se pasó a tener varios presupuestos de diferentes negocios en busca de lo bueno, bonito y barato. Sin embargo, cada vez son más las personas que de nuevo reparan menos en los gastos, incluyendo más ornamentos en la tumba, según explican algunos negocios consultados por este diario.

Lo mismo ocurre con las flores. De comprar sólo para el 1 de noviembre o a mayores alguna fecha más señalada se ha vuelto a pasar a más días a lo largo del año y a más cantidad cuando llega la festividad de Todos los Santos. Los ramos y coronas vuelven a ser mayores, aunque todavía sin llegar a los niveles anteriores a la crisis. Los negocios consultados por este diario calculan que la venta de flores ha aumentado un 25% este año. La margarita, el clavel, el gladiolo, la rosa y el lillium son las flores más vendidas en esta fecha.

Morirse no resulta precisamente barato. Si sumamos los costes del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, además de flores, coche, esquelas, etcétera, el precio se puede disparar. De media, un entierro sencillo supera los 3.500 euros... pero hay grandes diferencias. La concurrencia de ofertas se traduce en un mayor abanico de precios.

El fallecimiento de una persona no solo trae consigo los sentimientos que inundan a la familia y amigos, sino también los trámites pertinentes y todos los gastos que esto puede acarrear. Gestiones con la Administración, Seguridad Social, el pago del Impuesto de Sucesiones o los gastos del sepelio hacen que morirse no resulte precisamente barato. Por ello, el Seguro de Decesos se sitúa como una buena solución para muchos que deciden contratarlo como un apoyo a los seres queridos, simplificándoles los trámites burocráticos y evitándoles tener que pagar todos los gastos derivados de una defunción.

Por eso donde más se nota el cambio durante la última década es en las incineraciones, cada vez con más peso frente a las inhumaciones de cadáveres, en concreto ya la tercera parte. Según datos facilitados por el Ayuntamiento de Salamanca, durante el año pasado, los Servicios Funerarios y Cementerios Municipales, procedieron a la inhumación de 891 cadáveres, 254 inhumaciones de cenizas y 249 incineraciones de cadáveres. Además, se llevó a cabo la concesión de nichos por periodo de cinco años a 50 personas; y la oncesión de nichos, sepulturas y columbarios por periodo de 99 años a 71 personas.

Desvíos de tráfico y línea especial de autobús

Ante la gran afluencia de personas que en estas fechas acuden al cementerio principal de Salamanca, la Jefatura de la Policía Local ha tomado una serie de medidas de sobre la circulación de vehículos.

En primer lugar, a las entradas situadas en la plaza del Cementerio y en la glorieta del Obispo Bobadilla (nueva puerta principal) únicamente pueden acceder los vehículos de servicio público (taxis), carga y descarga, servicios fúnebres y aquellos que transporten personas impedidas (estos últimos sólo pueden acceder, pero en ningún caso estacionar).

Es recomendable la utilización de los nuevos accesos al cementerio desde la carretera de Ledesma, avenida de Carmen Martín Gaite y glorieta del Obispo Bobadilla, donde se encuentra la puerta principal de acceso al camposanto. Y se prohíbe el aparcamiento de vehículos en el recinto y los viales de entrada y salida (avenida Luis de Camoens) de la gasolinera situada en el acceso oeste a la N-620, junto a la tapia del Cementerio.

Mientras, este miércoles funcionará una línea especial de autobuses al cementerio, con salida del Alto del Rollo y parada final ubicada en las inmediaciones de la plaza de Ramiro II (frente al tanatorio). Además, se incrementarán los servicios de la línea 4, cuya frecuencia de paso será de doce minutos. Por su parte, las paradas de taxis están localizadas en la plaza del Cementerio y en la glorieta del Obispo Bobadilla con la avenida del Obispo Sancho de Castilla.

Finalmente, los puestos de flores, churros y roscas estarán ubicados en las avenidas de Alfonso XI (habilitándose un carril para el estacionamiento de las furgonetas de los vendedores en dirección a la glorieta de San Marcelino de Champagnat) y del Obispo Sancho de Castilla.