Los de mi generación hemos pasado mucho, dice Boomer Boomerez ante las cámaras de Telecinco. Nosotros pagamos tipos de interés mucho más altos que vosotros, dicen sin rubor mientras transmiten por 185.000 euros la vivienda que terminaron de pagar en cinco años y que adquirieron a cambio de una caja de fresas. Es que no dan ni una ayuda a los jóvenes, finalizan, rechazando la oferta de una pareja de la edad de sus hijos que hicieron sus números teniendo en cuenta que Hacienda valora el pisopaco como si estuviese en el centro de Madrid. Está para entrar a vivir, dice, mientras te enseña las bondades de la cocina bilbaína y un plato de ducha que fue testigo del 23F.
La dictadura del propietariado avanza mientras el gobierno promete empresas públicas de vivienda y compras masivas de pisos sin ascensor embargados desde 2008 en pueblos de teleclub. Donde las grúas giraban mirando de tú a tú a las más altas catedrales hoy tenemos soluciones habitacionales que no firmaría tu bisabuelo tras salir de una guerra. Construir se ha convertido en pecado en el país donde el allanamiento de morada es una chiquillada y la propiedad privada está más violada que la burra del tío Nicasio.
"Estamos atados de pies y manos". "Estamos para hacer cumplir la ley aunque la ley no nos guste". Boomerez tiene miedo. Un miedo racional ante las palabras de la Policía Nacional. La oferta de pisos en alquiler baja en picado y los propietarios asumen la incertidumbre a cambio de subir el precio. Sánchez avala al moroso, a su hermano y también al okupa. En España ya todo es posible. Todo falla y nada crece. Donde hace quince años había un paria que vivía en renta hoy hay un héroe que se permite un piso entero. Un maharajá si dispone de un coche que no haya pasado por más manos que la mancuerna de un gimnasio.
Tus dos días de vacaciones fueron sus quince días a todo trapo. Tu piso compartido con desconocidos en el que tienes el usufructo temporal de una estancia fue su piso de 100 m2 útiles pagado en cinco años, su coche de concesionario es tu carraca que se recalienta y tiene prohibido el acceso al centro de la ciudad. Has condenado tu futuro. Te has cavado tu propia tumba, mileniol borrachín de socialismo. Luchas más por el sueldo de Broncano que por pretender vivir mejor que tu bisabuelo, mutilado en el Jarama.
Nuestra catástrofe silenciosa es la equiparación con Europa siendo más Bolivia que Austria. Ya somos el circo de europeos normales que romantizan la pobreza, como la jipuncia vasca que viaja a La Habana y fotografía Mercedes desguazados por el primer mundo. No vives mejor que tus padres. Eres pobre y la pobreza se nota en la cara, se cura pasadas tres generaciones. "Se nota que son felices, aquí todo es mucho más real", nos dicen, como si fuésemos la India. Somos europobres y votaremos nuestra propia destrucción mientras nos prometen un tercero sin ascensor en Zorita de la Loma. Nacerá en España un hombre santo que volverá a construir el paraíso que un día conocimos. Las grúas volverán a mirarse con las catedrales.
Despertaremos. Construiremos. Nos levantaremos y no caeremos jamás.