Una vez más se me acumulan los temas de actualidad, pero como el del caso Ábalos, (yo me resisto a llamarle el caso Koldo) va a mantenerse en titulares durante varias semanas, y del terrible incendio de ayer en Valencia no tenemos datos concluyentes, no quiero pasar por alto las elecciones celebradas en Galicia el pasado domingo, que han dominado los titulares de los medios y los argumentarios distribuidos a los miembros del gobierno Sanchezstein, incluido el Presimiente, con la inevitable ayuda(?), del CIS de Tezanos.

Todas las encuestas, salvo las del CIS y la segunda publicada por el País, daban por seguro que el PP repetiría la mayoría absoluta de las cuatro elecciones anteriores en las que Feijóo encabezaba las listas, esta vez con Rueda al frente de las mismas.

El ambiente de la política nacional estaba impregnado por la amnistía a todos los relacionados con el golpe de estado catalán de 2017, y quieran admitirlo en Ferraz o no, es incuestionable que influyó en el voto de muchas gentes que en elecciones anteriores votaban al PSOE y que en buena parte o se quedaron en casa o votaron BNG e incluso al PP, a pesar de la manipulación que desde Moncloa se hizo de la pérdida de varios contenedores con pellets de plástico frente a las costas portuguesas.

Desde el gobierno y sus terminales mediáticas se intentaron inventar un nuevo Prestige, al detectar que el plástico comenzó a llegar a las costas gallegas, responsabilizando al gobierno gallego de la contaminación provocada. Pero el tiempo quita y da razones, y una vez más, se las quitó a los asesores monclovitas y al alcalde de Vigo que se sumó, cómo no, a las acusaciones contra el gobierno gallego, y quedó demostrado que el gobierno portugués informó al gobierno español del incidente, por ser el responsable de las aguas costeras.

Por si esto fuera poco, las televisiones ofrecieron imágenes de playas de Tarragona auténticamente llenas de los mismos pellets desde hace años aclarando, además, que no eran tóxicos ni para el hombre ni siquiera para los peces. Y para rematar el golpe, nuestra inefable vicepresidenta gallega fotografiándose en las playas intentando recoger las bolitas de plástico que quería contar como si fueran votos. Y así le resultó días después con el recuento de sus papeletas en las urnas.

Ante el fracaso del “Prestige” de plástico, creyeron encontrar una nueva vía de ataque contra el PP con motivo de unas declaraciones “off the record” del presidente Feijóo a un grupo de periodistas. En mi opinión unas declaraciones imprudentes teniendo en cuenta quién controla la mayoría de los medios y qué piensan la mayoría de los periodistas. Está visto que al PP no se le dan bien las campañas y los responsables de las campañas electorales deben de ser más prudentes… y ¡ojo! que antes de dos meses tenemos las elecciones en el País Vasco.

Ciertamente lo que dijo Núñez Feijóo fue que hablarían con todos los partidos excepto con EH-Bildu, y cuando alguien del PP, que no del núcleo duro del partido contactó con Junts, y estos manifestaron que el primer paso era respaldar la Ley de Amnistía, a las 24 horas recibieron la negativa del Partido Popular. Y eso no es decir que iban a estudiarlo. Las declaraciones del líder popular siempre fueron contrarias a la amnistía y al indulto a los golpistas.

Y por fin llegamos a la cita electoral con una tremenda ofensiva de la izquierda y sus terminales mediáticas, incluido el CIS de Tezanos, intentando vender que el vuelco era posible, y pronosticando un gobierno del BNG-PSOE, lo que según ellos conllevaría el fin de Núñez Feijóo al frente del Partido Popular.

Las mesas electorales se constituyeron sin problemas y el aflujo de votantes superó con creces a los de convocatorias anteriores, acercándose a votar nada menos que 2.245.052 ciudadanos. En los colegios electorales había papeletas de un total de 12 partidos o agrupaciones electorales, aunque en realidad tan sólo 3 o 4 con posibilidades de obtener un escaño. Finalizada la jornada se procedió al recuento de las papeletas, pero tan pronto como se cerraron los colegios y se hicieron públicos los resultados de los sondeos que las distintas empresas habían realizado, se vio desde el primer momento que aseguraban una mayoría absoluta para el Partido Popular.

Como es habitual al iniciar el recuento el grupo mayoritario aparece con un número de escaños superior al del resultado final, por cuanto los primeros recuentos suelen corresponder a los colegios más pequeños, pero los 46 escaños iniciales del PP prácticamente le garantizaban la mayoría absoluta, como así ocurrió. Finalizado el recuento, el PP obtuvo 40 escaños, ( la mayoría absoluta son 38), perdiendo dos escaños respecto a las últimas elecciones a pesar de tener 75.000 votos más, el BNG 25 escaños aumentando en seis, el PSDEG-PSOE 9, perdiendo 5 y Democracia Orensana 1.  El resto de partidos no obtuvieron ninguno.

En esta ocasión la división en la izquierda, con Sumar y Podemos en listas independientes beneficiaron al PP, y las listas de Vox sumaron 32.493 votos, quedando por encima de las listas de la extrema izquierda. Los votos del PP son más que los obtenidos por la suma de los dos siguientes partidos. Y el escaño de Democracia Orensana se vuelve irrelevante. Y una vez más, desde que es secretario general del PSOE ha perdido las elecciones. Vamos, que no ha ganado ni una.

 

Por una vez no salieron diciendo que habían ganado todos los partidos; tan sólo los populares y los integrantes del bloque pudieron presumir de resultados, si bien hay que destacar la prudencia con que lo hicieron los populares hasta no tener garantizado el escaño 38, con el que consolida una vez más su mayoría absoluta, el BNG obtiene su mejor resultado, el PSDEG-PSOE se hunde con su peor resultado pero el gran perdedor se llama Gobierno de España, es decir, PSOE y Sumar, y la sorpresa, Democracia Orensana. En los otros casos estaba cantado su fracaso.

Por hacer un balance simple, respondiendo a la provocación del Presimiente Sánchez en las Cortes, FEIJÓO 40- SÁNCHEZ 9, aunque éste ya ha querido desmarcarse del resultado responsabilizando del mismo a la debilidad de los lideratos regionales, con lo que el liderazgo de Gómez Besteiro queda en entredicho. Por cierto, el que permanece desaparecido es José Luis Rodríguez Zapatero, gran animador de la campaña. Esperemos que repita su papel en las elecciones del País Vasco.

El PP, con un 47,4% de los votos gana en 295 de los 313 municipios gallegos y en 6 de las 7 principales ciudades gallegas y en Vigo, el Bloque desplaza a los socialistas, y la vicepresidenta gallega no ha ganado ni en su pueblo. Claro, que allí la conocen bien. Su invento de sumar no hace sino restar y no llegó al 2% de los votos.

Y ahora sólo falta recontar el voto CERA. Se trata nada menos que el 17% del censo, (476.514) es decir los gallegos residentes en el extranjero, especialmente en Argentina, Cuba, Brasil, Uruguay y Suiza, que han podido ejercer el derecho al voto hasta el pasado día 15, y cuyo recuento se hará el próximo lunes, pero no es probable que altere el resultado del voto del pasado domingo.

Y ahora sí, con mi enhorabuena a mis amigos gallegos, y mi condolencia para con mis amigos valencianos, y feliz por haber acertado en mi apuesta por los 40 escaños populares, lo dejo hasta la semana que viene.