Aunque lo que me pide el ánimo es dedicar mis comentarios de hoy a mi querida Concha Velasco, voy a rematar mis comentarios sobre el nuevo gobierno porque de Concha he hablado y escrito estos días en distintos medios y muy posiblemente vuelva a hacerlo más adelante. Así que hoy haré mis reflexiones sobre aquellos ministros que se mantienen en el Gobierno después de la crisis:

Manuel Albares continúa al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y está trabajando duro como apaga fuegos del Gobierno ante los despropósitos internacionales del Presimiente Sánchez y sus ministros: Argelia, Israel, Argentina, Italia, Francia... además de tratar de cerrar los acuerdos con Gibraltar después del Brexit, y ordenar a los embajadores su defensa de la Ley de Amnistía.

En Defensa se mantiene Margarita Robles. Es la ministra mejor valorada por los ciudadanos y la más odiada por el sector de ultraizquierda del Gobierno, que la considera una ministra de derechas. Ha tenido que defender la Ley de Amnistía después de decir, como SuperSanchez y sus ministros que no tenía cabida dentro de la Constitución Española. Su conciencia de juez tiene que estar revuelta… o dormida.

Fernando Grande-Marlaska se mantiene al frente de Interior, a pesar de haber sido reprobado en el Parlamento y ser el ministro peor valorado en todas las encuestas. Pasó de ser un magistrado valiente y admirado por las gentes de bien, a ministro despreciado hasta por los miles de policías y guardias civiles sobre los que ejerce el mando. Desde su formación jurista afirmó que la Ley de Amnistía no era posible con la actual Constitución Española, y hoy ha pasado a defenderla contra viento y marea. Pura coherencia…

Isabel Rodríguez cesa como ministra portavoz y se hace cargo de una nueva cartera, la de vivienda, con una tarea harto difícil como sin duda será desarrollar la Ley de Vivienda, cuyo efecto inmediato ha sido una caída superior al 30% de la oferta de viviendas en alquiler, algo que ya se les había advertido. Tendrá que modular el régimen de alquileres, regular los apartamentos turísticos y facilitar el acceso a la vivienda, junto con el acceso a un puesto de trabajo el mayor problema de los jóvenes en el momento actual. Y una tarea imposible: cumplir el compromiso de SuperSanchez de crear cientos de miles de viviendas para facilitar el acceso a los jóvenes. Ahí es nada…

Pilar Alegría suma a sus competencias en Educación las de Deporte y la portavocía del Gobierno. Entre las primeras debe desarrollar la Ley de Enseñanzas Artísticas, el Estatuto de la Carrera Docente y regular el acceso a la Universidad. En el mundo del Deporte tiene que organizar las elecciones en las distintas Federaciones, y como Portavoz del Gobierno trasladar su tribuna desde Ferraz a Moncloa para seguir diciendo lo mismo…Por cierto, acaba de hacerse público el último informe PISA en el que España ha obtenido el peor resultado de la historia, en el que Castilla y León ha obtenido los mejores resultados de España y las regiones con inmersión lingüística se han hundido, y en su respuesta sobre el mantenimiento de Tezanos en el CIS se ha lucido.

Al frente de Agricultura se mantiene Luis Planas, un técnico disciplinado a las instrucciones de Su Sanchidad. La guerra de Ucrania y la inflación, y el control de la nueva Ley de la Cadena Alimentaria, así como la sostenibilidad que impera en Bruselas no le facilitan su tarea y la PAC está en peligro.

Diana Morán es una perfecta desconocida que continúa al frente del Ministerio que suma a las competencias sobre investigación las escasas competencias que mantiene el Gobierno sobre Universidades. Tendrá que aplicar la nueva Ley del Sistema Universitario y conseguir que se dedique el 1% del PIB a la Enseñanza Superior, e intentar homogeneizar el sistema de acceso a la universidad.

José Luis Escrivá pasa a hacerse cargo del Ministerio de Transformación Digital de rango claramente inferior al que ocupaba en  el anterior gobierno. Se especula con que pudiera ser el sustituido de Nadia Calviño una vez de que la vicepresidenta consiga acceder a la presidencia del BEI. De momento observa la guerra entre Calviño y Yolanda desde la barrera. Sin embargo, se especula con que Su Sanchidad está buscando sustituto fuera del gobierno… e incluso del partido.

Como sustituta de Escrivá, y al frente de una nueva cartera de inclusión aparece Elma Sáinz, que tendrá que ocuparse de la reforma de las pensiones, la jubilación parcial, el contrato de relevo, la acogida de inmigrantes y la construcción de nuevos centros de acogida. Debí incluirla entre los nuevos ministros, pero no cabía.

Y finalmente tendría que incluir entre los ministros de la vieja guardia a tres militantes socialistas con un gran poder y una mayor disciplina a las órdenes de Su Sanchidad: Paquita Armengol, presidenta del Congreso, Álvaro García  Ortiz, Fiscal General del Estado y José Luis Tezanos, presidente del CIS, que han olvidado que las instituciones que gobiernan deberían mantener la neutralidad política.

Y hoy tengo que incorporar un nuevo nombre en esta lista de invasores de las instituciones: Miguel Ángel Oliver que fue secretario de estado de Comunicación y pasa a la presidencia de la Agencia EFE, y a dos ministros cesados con un currículum académico ridículo, Miquel Iceta y Héctor Gómez les coloca al frente de las embajadas en la Unesco y en las Naciones Unidas, lo que ha provocado una airada protesta de los diplomáticos españoles.

Y por hoy ya va bien. Terminaré recordando que estamos de nuevo ante el Gobierno más caro de la democracia además del más numeroso. al que se han incorporado 8 nuevas secretarias de estado y 20 direcciones generales más. El viernes que viene, más, y espero no tener que hablar de más cargos de confianza.

P.D.: mi paisano Óscar Puente sigue dando que hablar, e insinúa que Isabel Díaz Ayuso está detrás de los descarrilamientos de los cercanías de Madrid. Ya advertí la semana pasada, que el nuevo ministro de transportes va a ser una fuente inagotable de noticias, y no precisamente buenas. Ya, hasta los sindicatos de Renfe lo han detectado. La última, por el momento ha sido declarar en el Parlamento que Bildu es un partido democrático y progresista.