En época estival muchas personas mayores que viven solas, se sienten aun un poco más solas. La soledad es un fenómeno actual que se encuentra en mayor grado ligado a la vejez. Es una circunstancia muy actual, que ha ido irrumpiendo en nuestra sociedad conforme ha ido cambiando la estructura de las familias en nuestro país, cada vez los hogares tienen menos miembros hasta el punto de que los hogares unipersonales han pasado de representar el 7,5% en 1970 a casi el 26% actualmente.

Casi cinco millones de personas viven solas en España actualmente y de esta cifra dos millones tienen 65 años o más. Esta nueva configuración de nuestra estructura social es el resultado de las bajas tasas de fertilidad, el aumento de la esperanza de vida y del consecuente envejecimiento de la población. Este es un fenómeno mundial que ha venido acompañado de la urbanización de nuestra sociedad, la industrialización y la tecnologización.

Silvia Clemente junto a su hijo y su tía, de 91 años

Silvia Clemente junto a su hijo y su tía, de 91 años

Tasas de fertilidad, esperanza de vida 

España ocupa el primer puesto en la UE de los 28 en las bajas tasas de fecundidad con 1,2 hijos por mujer, también esta entre los primeros puestos en esperanza de vida con 80 años para los hombres y 85 para las mujeres.

En este momento las personas mayores de 65 suponen el 21% de la población y en los próximos años iremos perdiendo población y podrán llegar a suponer el 40% del total. Nuestra pirámide poblacional se va a ensanchar cada vez más por arriba y va a adelgazar en la base. Los emigrantes no van a compensar las bajas tasas de natalidad.

Es cierto que nuestro país ha ido dando respuesta a los desafíos que el estado de bienestar le ha ido planteando respecto a las necesidades económicas de las personas mayores a través de un sistema de pensiones basado en la equidad y una justicia redistributiva de la riqueza, que ha dado cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 50 de la Constitución Española. También se creó un sistema de atención a las personas dependientes que de manera fundamental da respuesta a las necesidades de bienestar de las personas mayores.

Atención sanitaria 

Ahora bien, creo que no existe la adecuada respuesta a la atención que precisan del sistema sanitario. Pudimos ver durante la pandemia del COVID como miles de personas mayores se vieron discriminadas en la atención que se les prestó en ese momento y como sus derechos fueron vulnerados. No eran atendidos en los hospitales y se quedaron recluidos en Residencias de Personas Mayores, sin recibir un trato adecuado.

La cuestión no es solo lo que sucedió en ese momento. Viví de cerca aquella situación y lamentablemente mi padre falleció de COVID. Actualmente seguimos teniendo carencias en la atención que reciben los mayores por parte de la sanidad pública.

Si ni siquiera esta atención que es prioritaria y básica esta adecuadamente resuelta para los mayores de 65 años, por supuesto que en otras necesidades que garantizan el bienestar y que la Constitución Española contempla cuando dice “… Asimismo y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán (los poderes públicos) su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”. En estos aspectos estamos muy lejos de alcanzarlo y vivimos de espaldas a algo que nosotros mismos necesitaremos.

Hay algo que está claro y que parece una enorme contradicción en el ser humano: Nosotros mismos, si tenemos la dicha de seguir viviendo, seremos mayores y entonces ¿por qué no preparamos la respuesta social que nosotros mismos precisaremos?

Necesidades de la vida diaria 

He vivido recientemente el enfado de mi tía, que tiene 91 años, y que vive sola porque ella decidió no casarse, en un tiempo en el que esta decisión era difícil adoptarla. Que ha tenido autonomía e independencia económica durante toda su vida y que no tiene hijos. No entiende que el banco no le remita la información de su cuenta en papel. No puede acceder a su cuenta on line porque no sabe hacerlo. Parece lógico que no sepa, la ha pillado mayor. Ha llamado por teléfono al banco para resolverlo y no lo cogen. Es verano, vive en Madrid y esta sola porque mis tíos y primos se han ido de vacaciones. Ha tenido que esperar a verme a mí para que yo le ayudara a consultarlo en su aplicación.

Tuvo dificultades con el voto por correo porque no le llegaba a su casa y tuvo que ir dos veces a la oficina de correos a interesarse hasta que se lo llevaron. Gracias a su empeño y determinación porque es una persona con mucha energía y voluntad resuelve muchas de las situaciones que le acontecen, pero no porque la sociedad en la que vivimos disponga de la respuesta a unas necesidades que cada vez afectan a más mayores y se van a hacer más presentes. Las personas mayores se sienten discriminadas y estigmatizadas en muchas ocasiones y hay incluso una posición social respecto a la vejez. Habría que trabajar más sobre esto y dictar nuevas normas, modificar comportamientos respecto a los mayores en todas las esferas de su vida.

Es necesario mejorar nuestra sensibilidad y actitud respecto a los mayores, para atender en todos los ámbitos sus necesidades vitales, para que se sientan de verdad plenamente integrados y atendidos en las diferencias generacionales que presentan. Una atención que egoístamente mirada será la que al cabo de unos años si tenemos suerte, necesitaremos nosotros mismos.