Raquel Martínez en la Facultad de Comunicación de la UPSA.

Raquel Martínez en la Facultad de Comunicación de la UPSA.

Hay gente que pagaría cualquier precio por presentar informativos en TVE y por ser imagen corporativa de la cadena; y hay profesionales que renuncian a ello, porque no desean presentar ni presentarse de cualquier forma y manera. Es decir: hay gente dispuesta a cualquier cosa; y hay profesionales que, en un determinado momento, deciden decir basta.

En esa distinta forma de proceder entra en juego el respeto que muestras hacia la audiencia; entra en juego la consideración que brindas a tu ejercicio profesional; entra en juego, en definitiva, la ética. Precisamente, para hablar de “Ética e información audiovisual” acudió Raquel Martínez a la Facultad de Comunicación de la UPSA. Otro día habrá ocasión de afrontar con más detenimiento esa clásica convivencia entre poder político y poder mediático, pero hoy, por lo pronto, subrayaré que me entristece que la valía sea enmudecida por razones ajenas a la profesionalidad.

Raquel Martínez es palentina, aunque vivió muchos años en Andalucía, y de ahí ese acento que proyecta fuera de cámara. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla y realizó el máster de RNE. Está ligada a RTVE desde 2004. Primero trabajó en la radio (RNE en Valladolid), y de aquella etapa cuenta con un Premio de Periodismo Francisco de Cossío. Después pasó a la televisión, donde sobre todo se ha desenvuelto en el ámbito informativo: al principio, informativos territoriales de TVE en CyL, y luego informativos de cobertura nacional e internacional: La Noche en 24 horas, La 2 Noticias o, de 2012 a 2018, los Telediarios de TVE en La 1. Dicho sea de paso: esos TD de fin de semana que presentaba en la primera cadena eran rotundos líderes de audiencia. Hoy los informativos de TVE no están, ni por asomo, en esa situación de liderazgo.

En 2018 hay cambio gubernamental y eso implicó, también, cambios en la Corporación que gestiona el servicio público de radio y televisión. Raquel Martínez fue reubicada de nuevo en el Canal 24 horas, donde pasa a presentar los informativos vespertinos de sábado y domingo. Esa etapa alcanza hasta febrero de este mismo año, recogiendo en sus redes ese cierre de ciclo: “La importancia de saber cuándo romper filas… Hasta aquí 18 años junto a vosotros y aprendiendo siempre de gente maravillosa. Gracias por haber estado”. Una despedida que aglutina gratitud, educación y elegancia. Una despedida que también notifica firmeza, convicción y valentía. Todo ello, tanto unos rasgos como otros, son marchamo de la autora del mensaje.

Desde entonces sigue ligada a RTVE, pero ya en otra vertiente. Ahora realiza piezas audiovisuales en la sección de cultura, abordadas con enorme mimo. Antonio Carreño es un poeta alicantino que “en las rupturas amorosas”, confiesa, siempre firma “no conforme”, reservándose así su derecho “a emprender acciones poéticas”. Quien ha estado casi dos décadas presentando informativos y entiende que ha llegado el momento de renunciar, supongo que desde el punto de vista profesional también vive algo de ruptura afectiva; y desde luego constato que Raquel Martínez se ha reservado su derecho a emprender sus particulares “acciones poéticas”.

Poesía es aquello donde nada sobra y nada falta. Aquello donde no existen los sinónimos, puesto que irá la palabra justa. Podría haber vocablos de significado parecido, claro, pero nunca encerrarán ni el mismo registro ni el mismo sabor ni las mismas connotaciones. De manera que no existen sinónimos, porque sólo va la palabra que ha de ir. Extrapolando todo esto al lenguaje audiovisual, me animo a constatar que Raquel Martínez está firmando reportajes que incorporan la palabra precisa, el fotograma adecuado, la locución pertinente, la musicalidad que corresponde, el ritmo que se requiere… Poesía de la P a la A. Poesía de la R a la Z.

Alguien, con criterio profesional y mucho dominio del medio, me dijo que lo acontecido con Raquel Martínez es como si los Chicago Bulls, en la época de esplendor de Michael Jordan, deciden dejarle en el banquillo… de manera que el jugador se hubiera visto condicionado a emprender otros destinos. La metáfora ayuda a visualizar y, si me permiten, le daré continuidad a la misma. Tras retirarse del baloncesto para jugar al béisbol, en marzo de 1995 Michael anunció su regreso: “I´m back”. A partir de ahí, aún había de ganar tres anillos más como campeón de la NBA, y siguió batiendo todo tipo de marcas. Espero que en algún momento se den las circunstancias propicias para que, en la presentación de informativos, Raquel Martínez también pueda decir… “Estoy de vuelta”.