No hace falta ser un avezado politólogo para saber que desde que se hicieron públicos los resultados de las elecciones andaluzas, o lo que es lo mismo el triunfo aplastante de Moreno Bonilla y el fracaso escandaloso de Pedro Sánchez, entramos de lleno en un largo periodo electoral que se va a prolongar hasta las próximas elecciones generales, es decir, más allá de las próximas elecciones autonómicas y municipales. A ello viene a colaborar la elección de Alberto Núñez Feijóo como Presidente del Partido Popular y el imparable crecimiento del PP en todas las encuestas, excepto en las de Tezanos, y el simultáneo descenso del Partido Socialista.   

Y lógicamente, donde la alarma tomó un cariz extraordinario fue en el Palacio de la Moncloa y en el propio gobierno de España: el Presimiente Sánchez y sus ministros y ministras, iniciaron un desaforado ataque al Partido Popular y muy particularmente a la persona de su presidente Núñez Feijóo, mientras su centenaria cohorte de asesores iniciaron una campaña para intentar acercar al presidente al pueblo. Y el resultado no pudo ser peor: comenzaron con el encuentro de Su Sanchidad en los jardines de la Moncloa con una cincuentena de ciudadanos seleccionados por los organizadores y de los que tan sólo cinco pudieron preguntar al Presidente. Basta ver el contenido de las mismas para detectar su tremendo tufo ideológico. Vamos que estaban cocinadas como el CIS de Tezanos.

El segundo error y el subsiguiente segundo fracaso fue el intentar acercar a SuperSanchez a la calle, iniciando unos paseos por Sevilla que sirvieron justamente para lo contrario, es decir, para que los ciudadanos al reconocerle se aproximaran hasta donde la guardia de corps lo permitió, y lo hicieron, pero no para felicitarle, sino para increparle, insultarle y reclamarle la dimisión. A la vista del éxito de este paseo sevillano, el siguiente encuentro fue programado en Toledo, pero sin paseo callejero sino entrando en el recinto en coche y por la puerta de atrás, y por supuesto, el acceso al recinto era mediante rigurosa invitación. Y para complicar las cosas un poco más, planea sobre el Gobierno la petición de indulto para Griñan, decisión que puede cambiar el voto de unos cuantos miles de ciudadanos.

La alternativa, esto es, Núñez Feijóo, no está precisamente quieto en casita, sino recorriendo el país a diario, sin super Puma ni Falcon, en una campaña para que los futuros votantes conozcan al candidato y el programa. Afortunadamente sin incidentes, con un lenguaje moderado y brindando a diario su colaboración al Gobierno de España, aunque sus propuestas son inmediatamente rechazadas por éste a través del Ministro de Presidencia o la Ministra Portavoz, pues Sánchez, el Candidato del NO ES NO, lo único que quiere del PP es la aceptación de su proyecto, si bien, pocos meses después de rechazarlos, incorpora como propios aquellos que rechazaba cuando aparecían como iniciativa Popular.

La parte podemita del gobierno tampoco está para tirar cohetes y está claro que la vicepresidenta Yolanda Díaz carece de la más mínima autoridad sobre sus compañeros podemitas de gobierno, y las contradicciones entre unos y otros son permanentes. Y el resto de los partidos tampoco está para muchas alegrías: Ciudadanos camina hacia el desastre final, por mucho que Arrimadas pretenda lo contrario, y Vox está viviendo en estos días su primera gran crisis, provocada por Macarena Olona, ya repuesta de la enfermedad que la obligó a dejar, a lo que se ve temporalmente, la política, pero el portazo que ayer le dio Espinosa de los Monteros y las ironías de Abascal sobre la enfermedad de Olona imposibilitan su incorporación a Vox. Su nominación como candidata a la Junta de Andalucía fue un error, y su campaña electoral un auténtico desastre. Pero tras ella, me temo que un importante número de militantes abandonen el Partido. Una vez más, la derecha cainita vuelve a las andadas.

Del resto de partidos del arco parlamentario no vale la pena hacer comentario alguno, pues apenas parecen sufrir variaciones, pero lo que es seguro, que los tradicionales socios seguirán apoyando a este Gobierno Sanchezstein, si bien, ni ERC ni el PNV lo harán gratis.

Pues bien, con este ambiente preelectoral vamos a estar  hasta el próximo mes de mayo en que se celebrarán las elecciones municipales en toda España y las autonómicas en buena parte del país, pero en la Moncloa saben muy bien que el resultado en estas elecciones puede condicionar el resultado de las elecciones generales que se celebrarán unos meses después pues tradicionalmente quien gana las municipales gana las elecciones generales siguientes. Y eso lo sabe muy bien SuperSanchez que, además, ve en Núñez Feijóo un adversario que nunca vio en Pablo Casado. 

Y el problema es que todo esto no sólo se ve en Moncloa sino en todos y cada uno de los gobiernos autonómicos y municipales en manos de miembros del Partido Socialista, y son conscientes de que en las elecciones la mayoría de los ciudadanos vota a favor de una determinada candidatura, pero no son pocos los que votan “en contra de” y aquí el actual inquilino de la Moncloa se lleva la palma  y no van a ser pocos los candidatos socialistas que buscarán cualquier pretexto para que el Secretario General del Psoe no aparezca en la campaña o aparezca lo menos posible. Esto lo vimos en las elecciones andaluzas. en las que la presencia del Presimiente fue disminuyendo a medida que las encuestas adelantaban el resultado electoral.

Y si alguien tiene dudas el respecto, ayer mismo se aprobó el mayor techo de gasto de la historia siendo de 198.221 millones de euros, para poder montar los martes electorales post consejo de ministros en el que regarán de subvenciones y paguitas a aquellos sectores que supongan se lo devolverán con el voto. Y así, paguita a paguita, desde que se constituyó el Gobierno Sanchezstein, el aumento del gasto público ha crecido en 300.000 millones de euros, de los cuales, al menos 70.000 millones eran perfectamente prescindibles.

Con este panorama los partidos políticos tendrán que proclamar candidatos a las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y Diputaciones en unas elecciones que serán muy reñidas. Por cierto, mi apuesta personal es que más de una ministra encabezará las listas socialistas en Ayuntamientos y CCAA.. Tiempo al tiempo, mientras Page va haciendo las maletas, después de criticar a Su Sanchidad. Debía de saber que su jefe no tolera discrepancias para con su política.

Ayer se celebró en Valladolid el día sin coche. Pero las  aceras seguían repletas de bicicletas y patinetes. Faltaría más…

 Hasta la semana que viene.