Después del hartazgo de casi dos meses de convenciones, congresos, intermunicipales, declaraciones políticas, etcétera, nos damos cuenta ahora de que la campaña electoral de las autonómicas del 13-F en realidad no ha hecho más que empezar. Estábamos cansados, ¡pues toma dos vendedores de enciclopedias!

Parece una pesadilla semejante a la del coronavirus. Te informan de que la curva de contagios se va aplanando, pero la felicidad subsiste apenas unos instantes, porque al poco te lanzan el jarro de agua fría de que ya anda zascandileando por ahí una nueva variante, y que, además, es mucho más contagiosa y asesina.

Así, al circo político le sucede como a la curva pandémica: por más que la estires, que la patees, que te tumbes sobre ella, en un alarde sorprendente de resiliencia, acaba volviendo a su órbita.

Horquillas descomunales

Pareja a la parafernalia política electoral agotadora, florece la peste de las encuestas. El maestro en estas lides es José Félix Tezanos, al que algunos tachan de sectario de rostro marmóreo con asombrosas habilidades en el aderezo de sondeos electorales. Su cocina de encuestas electorales nada tiene que envidiar a la del mismísimo Karlos Arguiñano.

Unos escaños de más o de menos por aquí, un caldito de Vox por allá, una pizca de pimienta de Ciudadanos, unas cebollitas de miedo a que Podemos pueda subir más de lo esperado y restar votos al PSOE, unas ramitas de perejil con la España Vaciada para adornar. Y el guiso, listo para servir.

Pero ¿y si los datos de Tezanos no fueran tan descabellados como algunos pretenden? Tezanos se ha curado en salud estableciendo unas horquillas de procuradores descomunales, de modo que tiene el acierto casi asegurado.

Al PSOE le adjudica entre 25 y 34 escaños, es decir, una diferencia de nueve entre el peor y el mejor resultado posible. Con tal elasticidad, acertará fijo. Lo que nos está diciendo es que el PSOE de Tudanca, que en 2019 consiguió 35 procuradores, está a la baja. A Tudanca no lo ayudan, desde luego, las visitas de Pedro Sánchez. Y mucho menos las de los dirigentes de Podemos.

Tezanos otorga al PP entre 27 y 32 escaños, o sea, una horquilla inferior a la del PSOE. La tendencia que apunta el CIS es que el PP, que en 2019 obtuvo 29 procuradores, está al alza. Lo que no sabemos es hasta dónde llegará su impulso.

Como le sucede a Tudanca, las visitas de Pablo Casado y sus fotos con las vacas y demás quizás ayuden a Mañueco o quizás consigan lo contrario. Por lo que uno ve y oye por ahí, la gente quiere a Isabel Ayuso, que es la que Mañueco debería exhibir más por Castilla y León. Pero, extrañamente, parece que la dejarán haciendo punto de cruz en Madrid para que no eclipse a Pablo Casado.

Demasiadas incógnitas

Y es que, de tanto empecinarse, unos y otros, han conseguido, en efecto, que las elecciones autonómicas en Castilla y León se conviertan en unas primarias nacionales. Para bien o para mal de los candidatos autóctonos, vaya usted a saber.

Tezanos trata de ayudar a los suyos en la interpretación de los datos de los sondeos, pero guardándose las espaldas. Se ciernen tantas incógnitas sobre estas elecciones atípicas (participación, cita electoral autonómica individual, atomización de candidaturas, la matemática incierta de los restos del sistema D’Hondt en 9 provincias…) que cualquier resultado parece posible.

Y todavía restan 12 días de campaña. Y tropecientas encuestas, ay.