Paco Igea, como lo llama la clase política y los amigos, vuelve al tajo político tras comprobar que su puesto de médico en el hospital de Palencia no colmaba sus expectativas.

Y es que a Paco Igea, tras saborear las mieles del triunfo y del poder desde que en 2015 saliera elegido diputado nacional por Cs, debe costarle un esfuerzo grande adaptarse a la vida cotidiana, a la vida sencilla de médico especialista en aparato digestivo, donde ha venido ejerciendo desde 1993 hasta 2013 en la capital del Carrión.

Paco, en su blog de Cs –“Me llamo Francisco, pero los amigos me conocen por Paco”- ha venido ejerciendo de portavoz, vicepresidente del Ejecutivo y consejero de Transparencia del Colegio de la Asunción durante los dos primeros años de esta Legislatura. Pero por mor de la política las cosas cambiaron para Paco de un día para otro.

Paco, dice en su blog de Cs: “Cuando llegue el día en que deje de estar en primera fila de la política, volveré a ese hospital, a continuar trabajando como profesional de la sanidad, porque tratar de ayudar a las personas a través de la medicina es mi auténtica pasión”…

Pero su pasión secundaria -oculta- estaba en la política como ha venido demostrando desde que ingresara en UPyD en 2014, cuando se presentó a las primarias para elegir al aspirante de la presidencia de la Junta de CyL. Partido que abandonaría para incorporarse a las filas de Cs hasta lograr con este partido una de sus metas más importantes en política, la única.

En estos dos años de Legislatura ha visto el color del poder. Y cuando uno tiene y goza del poder suele hacer lo que decía un tal Séneca: “El que tiene un gran poder no debe usarlo a la ligera.”

No digo yo que Igea haya sido excesivamente ligero en cuanto a usar el poder político que le confirió Mañueco. Pero Paco, el galeno vallisoletano, se quemó antes y durante la pandemia; y al mismo tiempo quemó a “la mejor médico de familia del mundo”: Verónica Casado.

Y con este golpe de efecto de Mañueco, al adelantar las elecciones, Paco se ha auto inmolado porque, según las encuestas, su partido, Cs, sólo sacará un procurador en las Cortes de CyL. Si sale, será uno más del Hemiciclo. Pero al menos sacará pecho al haber ostentado y ejercido el poder durante dos años.

Pero eso no ha sido óbice para dejar de inmediato su ocupación médica y volver a la política desde la base. A Paco le va a costar sobrevivir políticamente en esa lucha encarnizada que se avecina como es una campaña electoral. Aunque más que encarnizada será fratricida tras convivir estos dos años con quién será su peor enemigo político y que aún sigue ejerciendo el poder como es Alfonso Mañueco.

A Paco, su sinceridad, su falta de experiencia política y sus salidas de tono, le han pasado factura en estos 24 meses de Legislatura. Hubo momentos de excesivo protagonismo y prepotencia desde la portavocía del Ejecutivo. Su actitud le hacía parecer al propio presidente y algunos nos preguntábamos: ¿Por qué aguantaba tanto Mañueco? Razones obvias: por el pacto de Gobierno, esgrimían unos. Mañueco, zorro viejo en los asuntos políticos sabe lo que tiene que hacer y no se dejará pisar por un segundón, esgrimían otros.

Aquello acabó de súbito (“Paco, quedas destituido. Voy a convocar elecciones”) y Mañueco tomó una decisión drástica tras argumentar “traición” de sus socios de Gobierno. Ahora hay que salir al ruedo político, cada uno con lo puesto; unos aún revestidos de poder y otros a mendigar el voto.

Las elecciones pondrán a cada uno en su sitio. A Igea, a Paco, le puede ocurrir como a aquel sobresaliente quién vio como los dos diestros actuantes eran heridos por sus respectivos toros. Cuando lo conminaron a salir al ruedo a lidiar, el sobresaliente comentó por lo bajini: “Sí, si yo salgo, pero me va a coger el toro”. Y lo cogió. Y el festejo hubo de suspenderse por falta de toreros…

Hay dos formas de hacer de la política una profesión. O se vive para la política o se vive de la política.” (Max Weber)