La empresa leonesa Patatas Hijolusa da un salto en su plan de competitividad y eficiencia invirtiendo en el desarrollo de acciones encaminadas a depender menos energéticamente de fuentes externas y reducir su huella de carbono.

Así, la compañía, con 200 empleados y una facturación de 68,42 millones de euros, ha anunciado la puesta en marcha de su propio parque eólico para abastecer de energía verde sus procesos de fabricación a través de modelos sostenibles.

Este nuevo parque, bautizado como Becerril II-B, se localiza en Villaumbrales (Palencia) y consta de nueve aerogeneradores que suman una potencia total de 31,05 MW, con los que se alcanzará previsiblemente una producción neta de 109.678 MWh/año y que cubrirá las necesidades de energía de unas 50.000 personas al año.

Este proyecto se une a la planta solar fotovoltaica para autoconsumo de 3.500 metros cuadrados formada por 1.120 paneles fotovoltaicos que ya instaló en la cubierta de su fábrica de Ribaseca (León) en 2020, y que producen anualmente más de 643.000 KWh, o lo que es lo mismo, el equivalente al consumo diario de casi 71.500 hogares.

Las inversiones que la compañía está llevando a cabo persiguen una mejora efectiva "que garantice un impacto positivo interna y externamente", según fuentes de la patatera leonesa.

Un objetivo que a su vez permitirá a Hijolusa evitar la emisión a la atmósfera del equivalente a 517 toneladas al año de dióxido de azufre, 214 de óxido de nitrógeno y 109.000 de dióxido de carbono. 

Además de mejorar su huella ecológica, con esta nueva inversión, Hijolusa tratará de paliar el crecimiento de los costes de producción provocado por las constantes subidas en los precios de la luz, minimizando así el impacto en los precios de sus productos, en un escenario en el que la inflación (11,8% en Castilla y León en agosto) hace especial mella en los bolsillos de los consumidores.