Noni Gilbert, presidenta de la Asociación Castellano Leonesa de Academias de Idiomas. Aclid
Las empresas suspenden a los trabajadores en inglés y las academias lo confirman: "Falta constancia"
Un estudio de la Cámara de Valladolid asegura que el 40% de las empresas considera "insuficiente" el nivel de inglés de los candidatos a ofertas de empleo.
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Los españoles seguimos teniendo en los idiomas nuestro talón de Aquiles. Las empresas aseguran que el nivel de inglés de los trabajadores es insuficiente. Así lo recoge el Estudio de Necesidades Formativas elaborado por la Cámara de Valladolid. El 40% de las empresas vallisoletanas suspende en inglés a los candidatos que se presentan a sus procesos de selección.
"Los españoles no son malos con los idiomas. El problema es que hay que ponerse a estudiarlo", asegura Noni Gilbert, presidenta de la Asociación de Academias de Idiomas de Castilla y León (Aclid). "Hay que reconocer que aprender un idioma es un proceso largo, hace falta constancia".
Esta profesora de inglés tiene su academia en Ávila. Asegura que a pesar de todo la evolución de los españoles es buena. "Llevo 29 años dando clases de inglés en España y la cosa mejora mucho, pero mucho".
Gilbert considera que el principal problema de los españoles con los idiomas es la falta de constancia. "No es difícil empezar a formarse en inglés, pero hay mucha gente que por razones diversas fracasa en ese intento. Y es un círculo vicioso. Porque hay gente que ha fracasado en el pasado y tiene mucho miedo de volver a intentarlo".
Para evitar esa frustración desde la Aclid recomiendan evitar los métodos milagro y estudiar el idioma de forma presencial en un centro acreditado. "Hay mucha enseñanza digital que es muy útil para el aprendizaje de los idiomas, pero tiene que ser un complemento. No puede ser la parte principal del aprendizaje".
Lo que más nos cuesta a la hora de estudiar inglés es la gramática y aprendernos las excepciones. "Quizá que en inglés todo son excepciones", reconoce Noni Gilbert.
Inglés empresarial
Desde CEOE Valladolid confirman que los trabajadores tienen en el inglés una asignatura pendiente mientras que las ofertas de empleo cada vez exigen un nivel más alto. Ha dejado de ser un extra en los currículum para tratarse de un requisito imprescindible.
Ángel Martín Villota es el presidente de la Comisión de Formación y es contundente con el diagnóstico. "Seguimos notando que los trabajadores no son capaces de desenvolverse de una forma práctica dentro de su ámbito laboral con los temas del sector que a ellos les competen".
Porque para el mercado laboral no sirve con un nivel básico."Es importante no solamente defenderse del idioma, también hay que conocer la especialidad de vocabulario de tu sector profesional", reconoce Noni Gilbert. "Causa mejor impresión y además es más eficaz".
Para conseguir esta formación específica cada vez existen más cursos de inglés profesional. En CEOE Valladolid ofertan tanto formación genérica en inglés como específica desde nivel básico hasta el nivel C2, incluyendo también un curso de inglés empresarial orientado a desenvolverse en reuniones o conversaciones internacionales. Según Martín Villota incluso en los cursos más básicos "intentamos adaptar también a las personas que se han inscrito y al sector al que pertenecen o al que vayan a trabajar".
Las academias de idiomas también han detectado esta nueva necesidad y desarrollan cursos específicos para adultos de diversas especialidades profesionales. Gilbert remarca como tienen tarifas especiales para personas en paro, para que puedan acceder a una formación que necesitan para reengancharse al mercado laboral.
"Hay academias en Valladolid, nosotros también lo hacemos, que tienen grupos que son para aprender inglés para mayores. El nuestro, por ejemplo, se llama Silver y tienen que tener mínimo 45 años para poder entrar".
En todo caso desde el departamento de formación de la patronal vallisoletana remarcan que existe un problema añadido en los trabajadores cuando se enfrentan al inglés: el miedo.
"Nos cuesta mucho comunicarnos en grupo en otro idioma. Podemos tener unos conocimientos teóricos claros, pero la formación práctica que nos permite hablar con fluidez es complicada". Esta formación permite quitarnos el miedo a poder hablar".
Y en este sentido, además de estudiar, la recomendación es muy clara."Recomendaría perder el miedo, incluso el miedo a meter la pata. No pasa nada por meter la pata. Metiéndola la pata unas cuantas veces es cuando vamos a aprender", anima Ángel Martín Villota.
Añade otro consejo, "lanzarnos a hablar intercambiando información entre profesionales del mismo sector, para poder utilizar el vocabulario específico del sector en el que nosotros nos movemos".
La presidenta de la Asociación de Academias de Idiomas de Castilla y León suma otra recomendación. "No dejes la enseñanza del idioma en manos de personas que no sean profesionales. Lo barato al final sale caro".
Pérdida de competitividad
Este déficit en idiomas de España podría cambiar en unos años cuando se incorporen al mercado laboral las nuevas generaciones formadas en la enseñanza bilingüe donde se ha elevado el nivel de exigencia. También con la inclusión del inglés en toda la FP y con el protagonismo que se le está dando en la formación universitaria.
Aún así, desde CEOE reconocen que "somos conscientes de que va a llevar un tiempo todavía".
Por este motivo consideran que es un problema muy serio para la economía. Según Martín Villota "limita la competitividad de las empresas" en un momento en el que todos los sectores se lanzan a la exportación y necesitan profesionales que puedan entenderse con los clientes de otros países.
También supone una pérdida de talento al que las empresas están renunciando al no contratar trabajadores por no tener la preparación idiomática necesaria. Según el informe de la Cámara de Valladolid muchas empresas están descartando candidatos técnicamente válidos por su bajo nivel de inglés. Las ofertas de empleo que exigen un alto nivel de inglés tardan cinco veces más en cubrirse.
En las conclusiones del documento relatan un ejemplo aportado por una de las empresas entrevistadas para el estudio. “Necesitábamos un técnico de laboratorio, pero también que hablara inglés para informes internacionales: los únicos buenos técnicos que encontramos no hablaban inglés, y los que hablaban inglés no tenían la experiencia técnica".