Santiago Aparicio: "Empresas con inversiones grandísimas no pueden instalarse en CyL por la falta de potencia eléctrica"

Castilla y León se está jugando el futuro de su economía por la saturación de la red eléctrica. Así de contundente se muestra el recién reelegido presidente de la CEOE Castilla y León. Santiago Aparicio, subraya que se trata del mayor reto al que se enfrenta en este cuarto mandato al frente de la patronal de la comunidad autónoma.

Aparicio asegura que este problema ha eclipsado al resto de necesidades que tenían en la agenda los empresarios de Castilla y León. "Es lo más urgente de todo".

Entre ellas está la lucha contra el "muy preocupante" número de bajas laborales fraudulentas, el mantenimiento del diálogo social, efecto del complicado escenario internacional o las medidas para ganar competitividad. De todo habla en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL - Noticias CyL.

Pregunta. ¿Qué efectos tiene en Castilla y León el problema de la saturación de la red eléctrica para que lo haya convertido en el principal reto del nuevo mandato?

Respuesta. Es algo que no debía de estar en nuestra agenda. Un reto mayúsculo, fundamental y básico. Tenemos que conseguir que se hagan inversiones en nueva potencia eléctrica.

Al no tener potencia no se pueden instalar empresas en nuestra comunidad porque carecen de lo básico, que es la luz, la energía. Y eso es fundamental. Sin eso dan igual que los ciberataques sean gravísimos, que los precios de las materias primas estén por las nubes, que la geopolítica no esté ayudando en nada o que la simplificación administrativa no exista. Todo eso se queda en una mera anécdota.

Si no tenemos potencia la empresa no puede arrancar, no puede hacer nada. Es el máximo reto que tenemos actualmente, conseguir que se invierta por parte del Gobierno de España en nuevas líneas para generar potencia y tener energía para poder suministrar a todos los inversores. A los que vienen de fuera y a los propios empresarios de Castilla y León que quieren ampliar sus empresas.

No hacerlo sería un desastre, un suicidio que iría poquito a poco acabando con las empresas de Castilla y León. Porque si no tenemos potencia no se puede generar nada. Básicamente es el reto único que ahora mismo nos ponemos por delante.

Pregunta. ¿Le consta que hay empresas que quieren invertir en Castilla y León y no pueden hacerlo por falta de potencia eléctrica?

Respuesta. Sí que ha habido problemas. Llevamos denunciando este tema desde hace más de un año. Hemos tenido problemas y vemos que hay empresas grandes con unas inversiones fortísimas, grandísimas, que necesitan muchísima potencia y que no se pueden instalar.

Si se instalan lo hacen con menor capacidad de la que en un principio pensaban hacerlo. Eso nos preocupa enormemente y nos tiene que preocupar a toda la sociedad, porque ahí nos jugamos mucho, nos jugamos el futuro de Castilla y León.

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Pregunta. Decía que para solucionar el problema hacen falta inversiones del Gobierno de España, ¿se está atendiendo esta reivindicación?

Respuesta. No sabemos nada más que lo último que dijeron, que iban a invertir 13.000 millones de euros. Pero hasta que no lo vea, no lo creo. Es un proceso lento y muy engorroso el de la instalación de nuevas plantas de energía para poder suministrar al empresariado, para poder suministrar a las viviendas, para poder suministrar a todas las baterías y a todo el almacenamiento que podamos tener.

Necesita un bagaje de 4 a 5 años, según los expertos, para poder poner unas líneas de alta tensión y poner a prueba el rendimiento. Unos 5 años.

Cinco años son mucho tiempo, pero las infraestructuras no se hacen de un día para otro. Son complejas, son complicadas, hay que hacer muchísimos trámites, hay que hacer muchísimas cosas y se toma mucho tiempo.

Pregunta. También incidió mucho en su discurso de reelección como líder de la patronal de la comunidad en la lucha contra las bajas laborales fraudulentas. Lo calificó de "gravísimo".

Respuesta. Si te fijas en los números y en que todos los días hay un millón doscientas, un millón trescientas o un millón cuatrocientas mil personas que no van a trabajar sin tener la baja correspondiente por parte de su médico de cabecera, pues hombre, eso es muy preocupante.

O sea, un millón cuatrocientas mil personas que no van a trabajar todos los días. Es la preocupación mayor que teníamos antes de que llegara el tema de la potencia y de la energía.

Pregunta. Proponía como modelo de lucha contra las bajas laborales lo que se está haciendo ya en otras comunidades autónomas como Galicia. ¿Hay alguna expectativa de que se pueda implantar pronto en Castilla y León?

Respuesta. Es querer hacerlo y copiar el modelo. Copiar el modelo que hay. No sé si será más fácil o más difícil, depende de las comunidades, pero nosotros ya hemos hablado en alguna ocasión con el Gobierno de Castilla y León.

Les hemos hecho ver esta situación y el Gobierno de Castilla y León ha sido receptivo a nuestra propuesta. Espero y deseo con la ayuda de todos poder cortar esa sangría que tenemos diariamente de tantos trabajadores que no van a trabajar sin una justificación clara.

Nosotros como empresarios tenemos que velar por la situación y mejora de la actividad empresarial, propiciar a los empresarios los mejores marcos, tanto normativos como físicos, de estructura, para que puedan instalarse y trabajar. Esa es nuestra misión y es lo que vamos a seguir haciendo.

Y por eso todo lo que nos hace daño y nos hace mal, como es el tema del absentismo, tenemos que combatirlo. Tenemos que trabajar para cambiar el modelo y para que esa situación poco a poco vaya acabándose.

Pregunta. Comenzamos un curso con las elecciones autonómicas ya a la vista. ¿Hay temor por la salud del diálogo social después de la primera parte de esta legislatura tan complicada que se vivió?

Respuesta. El diálogo social ha pasado un momento delicado, complicado, que no veíamos la luz a final del túnel. Pero, creo que, por la cordura que ha imperado entre el Gobierno de Castilla y León, los sindicatos y la CEOE para sacar adelante todo lo que realmente se habla y se debate y se llega a aprobar en el diálogo social, nos lo pusimos como meta y como un objetivo claro. Y lo que tenemos que hacer es recuperar todo lo que se había perdido en los dos años en los cuales realmente el diálogo social no funcionó.

Durante el gobierno del PP en coalición con Vox fue un parón en seco. Ahí no hubo diálogo, no nos sentamos en las mesas, no se abrieron las mesas para negociar los diferentes asuntos que teníamos que negociar y realmente eso nos perjudicó mucho.

Pero desde hace ya más de un año que firmamos acuerdos de diálogo social, fueron los primeros después de ese parón, volvimos a la senda de la confianza. Porque esa confianza se había perdido entre los miembros del diálogo social. Entre los sindicatos, entre nosotros y entre el gobierno.

Ahora mismo realmente estamos en una situación en la cual estamos firmando, como firmamos en abril, unos acuerdos importantes y ahora estamos ya con todas las mesas y todos los temas que tenemos pendientes sentados negociando para poder firmar otros acuerdos de diálogo social antes de que se disuelvan en las Cortes.

Si pudiéramos llegar a tener firmados los acuerdos que ahora mismo están abiertos, pues sería fantástico. Si no, esperemos que después de las elecciones podamos seguir con la situación que hay ahora mismo. Es la idónea. Ahora mismo podemos decir que el diálogo social tiene una situación privilegiada.

Pregunta. Todo en un contexto internacional convulso y complicado. ¿Hay datos de cómo están afectando los aranceles de EE. UU. a las empresas de la comunidad?

Respuesta. Ahora mismo, exactamente, no sabríamos decir cómo está afectando. Las empresas susceptibles de poder tener ese tipo de aranceles tan altos antes de que se pusieran en marcha esos aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos, ya habían hecho compras para tener suministro en Estados Unidos y que no afectara la subida.

Por eso ahora mismo no se puede evaluar de una manera concreta y verídica cómo está, porque realmente se ha comprado antes lo que se tenía que comprar en este último cuatrimestre. Desde luego al sector agroalimentario no le está haciendo ningún bien, va a ser uno de los más afectados.

Pero ahora mismo cifras no tenemos. Habrá que esperar unos meses, a principios de año, a ver cómo está la situación. Cómo ha evolucionado y cómo se está llevando por parte de las empresas.

Pregunta. ¿Está afectando el conflicto de Israel a empresas en Castilla y León?

Respuesta. Es difícil decirte ahora si hay empresas que compran o que venden a empresas israelíes o si hay empresas de capital israelí o de parte de capital israelí que estén en Castilla y León. Desde luego, la situación no beneficia.

Toda la situación que hay actualmente en la política, que es una situación que está muy polarizada, muy crispada, no ayuda en absoluto a mejorar la economía.

Pregunta. Otra de las preocupaciones en la posible pérdida de competitividad de las empresas españolas frente a la llegada de marcas y productos asiáticos. ¿Hay incertidumbre?

Respuesta. Bueno, siempre hay un cierto temor a muchas cosas. Pero Castilla y León es la referencia para el resto de autonomías del Estado español. Creo que se ha hecho muy bien y Castilla y León ahora mismo, quizás, la única región que tiene una balanza de pagos positiva con respecto a otras comunidades autónomas o con respecto a España.

Y eso es porque en Castilla y León tenemos empresas muy buenas, tecnológicamente hablando, muy bien gestionadas, que hacen que sean competitivas. Están constantemente innovando, están constantemente internacionalizándose y buscando nuevos mercados.

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Hay dos temas clarísimos. La inteligencia artificial, que nos puede suponer un ahorro en competitividad tremendo, sabiendo que haga que nuestras empresas sean mucho más ágiles, mucho más abiertas, mucho más susceptibles de conseguir empaparse de todas las nuevas tecnologías para poder implantar. Puede hacer que su empresa sea, aparte de más competitiva, mucho más modélica y mucho más abierta.

Luego la factura electrónica. Que a la hora de la gestión pueda ser mucho más fácil, con lo cual se ahorre también tiempo y dinero. También lo que hace es que añadir competitividad a los productos que desde Castilla y León se están produciendo y se están llevando a otros sitios.

Por eso digo que Castilla y León tiene un marco muy estable, tiene un desarrollo económico adecuado y creo que se va en la buena línea con las decisiones que se están tomando. Se han bajado los impuestos, y estamos totalmente de acuerdo con el Gobierno, pero falta un impuesto que es clave y por el cual estamos pagando tres y cuatro veces, que es el impuesto de patrimonio.

El impuesto de patrimonio está creándonos unos problemas tremendos y sí que está mermando al empresario la capacidad que tiene para poder invertir y eso realmente es algo que nos perjudica mucho.

Creo que el Gobierno tiene que ser sensible y darse cuenta de que es un impuesto que en el resto de Europa lo han quitado de todos los sitios, porque era un impuesto que lo que hacía era gravar un bien por tercera o por cuarta vez.