Sara Mateos Natal, agente medioambiental de Castilla y León

Sara Mateos Natal, agente medioambiental de Castilla y León Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Castilla y León

El importante aviso de Sara, una guardiana en la lucha contra el fuego: "Ahora tenemos incendios más destructivos"

Llega el calor, y con él las llamas. Con la vista puesta aún en el violento incendio en la Sierra de la Culebra de Zamora, charlamos con una agente medioambiental que habla alto y claro.

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Soy una mujer de clase obrera que siempre se ha rebelado contra las injusticias. En términos laborales, soy agente medioambiental y representante de los trabajadores y las trabajadoras en CSIF”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Sara Mateos Natal.

Nacida en Puente Castro (León) hace 42 primaveras, nuestra entrevistada asegura que estuvo muchos años viviendo en Bizkaia, a la que también considera como su casa. “Se podría decir que tengo el corazón dividido entre La Región Leonesa y Euskadi”, explica.

Suma seis años como agente medioambiental y asegura que la de trabajar como ello es una decisión que tomó cuando tenía 30 años por su “inquietud” a la hora de trabajar en el medio ambiente y con el fin de “abandonar las malas condiciones laborales que sufría como bombera forestal”, su trabajo anterior.

“Me equivoqué en eso de las malas condiciones laborales ya que el colectivo de agentes medioambientales sufrimos otro tipo de precariedad”, asegura la leonesa que, en la actualidad está destinada en la comarca de Vinuesa, en Soria.

Después de pasar doce campañas como bombera forestal, nuestra protagonista vivirá otra más ahora como agente medioambiental. El sol comienza a apretar. El calor llega y el riesgo de incendios se incrementa. Toca tomar precauciones y valorar y ensalzar la labor de los profesionales como ella.

P.- ¿Cuál es la labor de un agente medioambiental?

R.- Principalmente, la defensa integral del medio ambiente y, cuando me refiero a integral, es porque abarca absolutamente todo lo que pueda afectar al medio natural y eso hace que tengamos unas funciones muy amplias.

P.- ¿Cuáles son esas funciones?

R.- Garantizamos que los aprovechamientos forestales, como la madera, la ganadería, las setas o la caza y la pesca, sean sostenibles. Protegemos los ecosistemas, vigilamos los usos inapropiados del suelo, los ríos y masa de agua. También controlamos los vertidos de empresas, entre otras labores.

P.- También ejercen con agentes de la autoridad y policía judicial genérica.

R.- Así es, denunciamos infracciones y perseguimos delitos medioambientales bajo este cargo.

P.- Y son muy importantes también en épocas de incendios.

R.- Pertenecemos al sistema de Emergencias de Castilla y León dirigiendo al operativo en más del 90% de los incendios forestales. Es decir, asumimos la responsabilidad de todo lo que ocurra en el incendio, incluida la seguridad de las y los bomberos forestales y tomamos las decisiones que determinan la estrategia de extinción.

P.- ¿Cuántos agentes medioambientales hay en la actualidad en Castilla y León?

R.- Actualmente somos 756 agentes y estamos esperando la incorporación, en breve, de 113 más. Realmente, necesitamos que se aumente el número de agentes en plantilla. A día de hoy, ni siquiera podemos realizar los servicios en pareja por falta de personal.

P.- Llega el calor y los incendios. ¿Son ahora más violentos que hace unos años?

R.- Lo primero, hay que entender los cambios que está sufriendo el monte. Hace 20 años había muchos incendios de poca importancia donde, a pesar de que existía la cultura de quemar para despejar zonas de vegetación, no llegaban a ser peligrosos porque el monte estaba mucho más cuidado y el clima era más estable. Eso nos facilitaba la extinción. Ahora tenemos menos incendios, pero con comportamientos mucho más destructivos e impredecibles.

P.- Un ejemplo, el que sufrió la provincia de Zamora.

R.- Los incendios de última generación son extremadamente peligrosos y esto es consecuencia del estado de la masa forestal por el abandono de los aprovechamientos del monte. A ello hay que añadirle la absoluta falta de prevención y un clima más variable. El último de estos incendios en Castilla y León lo sufrimos en la Sierra de la Culebra, en Zamora, allá por 2022.

P.- ¿Se ha aprendido de este incendio?

R.- En aquel momento no había empezado el verano, y por eso no estaban asignados agentes de guardia, ni el operativo estaba funcionando al cien por cien. Por desgracia, tres años después, la Administración no ha aprendido nada y seguimos funcionando de la misma manera, cuando sabemos que este tipo de incendios van a ir en aumento como está pasando en Estados Unidos, Grecia o Portugal.

P.- ¿Cómo cree que va a ser la campaña de incendios de este año?

R.- Climatológicamente, la previsión es que este será un verano más cálido y seco que la media de los últimos. La tendencia global va encaminada hacia un aumento paulatino de las temperaturas.

P.- ¿Habrá más incendios este año?

R.- Aunque, evidentemente, la cantidad de incendios es importante, lo que realmente nos debe de preocupar, es cómo de peligrosos pueden ser esos incendios y que capacidad vamos a tener para actuar sobre ellos. La respuesta tiene mala pinta.

Sara Mateos Natal

Sara Mateos Natal Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

P.- ¿Las lluvias de todo el año hacen no ser optimistas?

R.- El problema no es la lluvia, porque sobre eso no podemos hacer nada. En cambio, en los factores sobre los que sí podemos intervenir como son la prevención, la profesionalización o un buen dimensionamiento del operativo no se están llevando a cabo. Ese sí es un gran problema y hace que no podamos ser optimistas.

P.- ¿Hay un dispositivo adecuado?

R.- Rotundamente, no. A pesar de que el Gobierno ha impuesto la obligación a las comunidades de disponer de un operativo todo el año, Castilla y León no quiere cumplirlo. A los agentes medioambientales nos han quitado 1.300 guardias de incendios, y 400 guardias a conductores. Están cerrando puestos de vigilancia para sustituirlos por unas cámaras que sabemos que no son funcionales y siguen sin tener un operativo permanente y bien dimensionado porque se niegan a asumir que los incendios forestales han cambiado y ya no son solo en verano.

P.- Sin embargo, su trabajo es reconocido por la ciudadanía.

R.- En Castilla y León tenemos fama de ser el mejor operativo de incendios del país. Esto se debe a que somos uno de los territorios con más incendios de Europa y pese a contar con menos medios y peores condiciones laborales, aun así, conseguimos ser eficaces y esto es solo gracias a la vocación de las personas que estamos en esto, porque la gestión de la Consejería de Medio Ambiente deja muchísimo que desear.

P.- ¿Les da miedo lo que pueda pasar este año?

R.- La palabra más adecuada sería preocupación.

P.- ¿Están negociando el decreto de incendios?

R.- Sí, lo llevamos negociando tres años de los cuales ha estado más de uno parado. Ahora, con la sombra de una posible campaña electoral, se ha acelerado la negociación.

P.- ¿Cómo va?

R.- Hace tres años nos plantearon un primer borrador que todos los sindicatos rechazamos y se hicieron manifestaciones para protestar. Dos años después volvieron a presentar un borrador aún peor que el primero. Actualmente se sigue negociando, pero el planteamiento de la Consejería de Medio Ambiente no cambia.

P.- ¿En qué sentido?

R.- Se trata de lo que ellos llaman “un operativo flexible”. Un incendio forestal se considera un trabajo extraordinario y con eso justifican unas condiciones laborales donde nos puedan modificar horarios libremente, poner y quitar guardias sin previo aviso, y pueden obligarnos a trabajar 19 horas seguidas en muchos casos. Otro tema importante es el de contar con solo dos agentes de guardia para una provincia entera. No tenemos capacidad humana de respuesta rápida y eficaz.

P.- ¿Qué piden?

R.- Una vez que se inicia un incendio, solo una actuación rápida puede evitar que alcance una gran magnitud y por eso es tan necesario un operativo al cien por cien, preparado para intervenir en cualquier época del año. Esa es nuestra principal reivindicación.

P.- Un operativo acorde a lo importante del asunto.

R.- Pedimos un operativo bien dimensionado. Donde estar disponible para acudir a un incendio se considere un trabajo ordinario, con unos calendarios de guardias preestablecidos que den cobertura a todo el territorio, todos los días del año, con las máximas garantías de seguridad. También, que se nos remunere de forma digna por asumir la responsabilidad de las vidas de las personas del operativo y de los ciudadanos.

P.- ¿Cree que deberían ser mejor tratados?

R.- Es que tratarnos peor es imposible. La inquina que demuestra la Consejería de Medio Ambiente hacia sus agentes medioambientales es constante y palpable, la pregunta que nos hacemos es: ¿por qué lo hacen?

P.- ¿Cómo ve el futuro?

R.- Tenemos la esperanza de que las cosas cambien.

P.- ¿Objetivo y deseo mirando al futuro?

R.- Mi deseo es que todos los responsables políticos, en especial los dirigentes de la Consejería de Medio Ambiente, fueran personas realmente comprometidas con el medio ambiente.