Qué destreza, presidente. Es usted el rey Midas de la impostura: todo lo que toca lo convierte en engañifa. El mayor problema de sus imposturas es que las emplea para cavar trincheras. Y si el embuste es pernicioso, trabajar para la polarización es suicida. Aunque no sea el único con tales propósitos polarizadores, usted es el presidente del Gobierno, y por ello tiene una responsabilidad institucional añadida. Por eso, se lo ruego, no divida a la sociedad, para así multiplicar su ilimitado ego; no divida a la ciudadanía, para así seguir multiplicando su insaciable afán de poder. Por favor: no enrede, no confunda, no tome por fascista a todo aquel que se aparta de sus falsificaciones, no tome por imbécil a todo aquel que discrepa de esas soflamas de parvulario que tantas veces manosea.

Habría muchos ejemplos para argumentar el párrafo anterior, así que quedémonos con unas declaraciones del lunes, previas a que se rasgase las `investiduras´ con sus silencios del martes y el miércoles. Yo (como muchas personas) desde luego que no tengo nada contra las lenguas cooficiales, pero sí tengo algo contra los inflamables artificios del presidente del Gobierno. En el Instituto Cervantes, Pedro Sánchez clausuraba el acto del Día Europeo de las Lenguas, y allí aprovechó para arrimar el ascua a su demagogia. En vez de explicar de forma transparente las razones por las que ahora existen traductores en el Congreso de los Diputados, optó por falsificadores ambages. Vayamos desgranando su intervención.

Sánchez dijo: “Nuestra pluralidad lingüística es un valor único”. Anoto:
1.El castellano no deja de ser oficial en aquellas Comunidades Autónomas que tienen otra lengua. Cuando el correspondiente nacionalismo pretenda arrinconar o perseguir el castellano, convendría que el presidente del Gobierno también salga en defensa de la “pluralidad lingüística”. Sus socios, aquellos a los que les está pidiendo permiso para alcanzar la presidencia, suelen ser firmes partidarios del monolingüismo obligatorio. Esas prácticas también las aprendieron del nacionalista franquismo (ese franquismo que tanto dicen denostar… y del que son, mira por donde, entregados discípulos). En consecuencia, subrayemos: el nacionalismo es la antítesis de la diversidad, el nacionalismo difiere sobremanera de la enarbolada pluralidad.

2.Los nacionalismos dirán querer mucho a su respectiva lengua. Y aunque se esfuercen en realizar sentimentales escorzos de cara a la galería, los nacionalismos van más de odios que de amores. Así que, entre los principales objetivos de la reciente medida, se encuentra el mostrar que hay una ingente distancia respecto al resto de la ciudadanía. Aspiran a visibilizar que no hay nada que les una a otros españoles… ni siquiera un idioma compartido. Y Sánchez añadió: “Escuchar en el Congreso de los Diputados las lenguas con las que nuestros compatriotas nombran la realidad de España era imprescindible”. Anoto:

3. Ante tan campanuda proclama, convendrá recordar lo obvio. No parece que la medida la viera tan “imprescindible” antes de necesitar a Puigdemont para ser investido presidente del Gobierno. Si Sánchez y su partido hubieran considerado la medida tan “imprescindible” como ahora sermonean, la habrían incorporado al programa electoral. No lo hicieron. Y en concreto el año pasado (el 23 junio de 2022) el PSOE votó en contra de una propuesta similar a la actual.

Y Sánchez añadió: “(…) proteger una lengua es también una decisión política, al igual que lo es censurarla o cercenarla. Hay quien tiene la tentación de caricaturizar este esfuerzo, incluso quien inventa batallas y conflictos allí donde sólo hay normalidad democrática. (…) el tiempo acabará dando la razón al progreso y a la convivencia. (…) España ya vivió un tiempo en que las lenguas cooficiales estuvieron prohibidas”. Anoto:

4.¿Era necesario este tramposo equívoco? ¿Es responsable dar a entender que esas lenguas estaban prohibidas hasta que él y sus socios han introducido la última modificación en el reglamento del Congreso? ¿Seguro que es política de Estado pretender salir airoso, a costa de embarrar la propia democracia que presides? Qué cuajo, presidente. Qué absoluta falta de escrúpulos.

5.Las apelaciones a la “normalidad democrática” se responden también con lo dicho en el punto tres. Ya es curioso que él mismo hubiera decidido rebozarse en la `anormalidad democrática´, hasta que no necesitó los votos de un prófugo de la Justicia.

6.Respecto a las invocaciones a la “convivencia” y al “progreso”. Ay. La anterior columna que publicaba en este medio ya afrontaba esos interesados manejos del lenguaje, donde palabras sonoras y relevantes se ven tergiversadas con fluidez [“El progresómetro”: https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/opinion/20230904/progresometro/792050788_13.html].
Y Sánchez añadió: “Creo que es momento de darles su espacio allí donde está representada la voluntad popular de una ciudadanía que quiere poder expresarse en sus lenguas cooficiales”. Anoto:

7.El catalán, el euskera y el gallego son lenguas cooficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas. No en el conjunto del Estado. Basta leer el artículo 3 de la Constitución para comprobar esto. Incidir en la cooficialidad de las lenguas sin dejar claro ese apunte también ha contribuido a la confusión.

8.Ya antes de la reciente reforma, las lenguas cooficiales tenían cabida en el Senado, la Cámara de representación territorial. En el Congreso de los Diputados, cada representante es elegido por circunscripción provincial, pero no acude al Congreso a representar a la provincia desde donde ha sido elegido. Los 350 diputados están representando al pueblo español, y contar con una lengua común que haga más eficiente la comunicación (para quienes forman parte de la Cámara y para la ciudadanía que siga las sesiones) no es despreciable. Contar con esa lengua común en el Congreso no implica menoscabo alguno de otras lenguas. ¿Y es además más barato? Pues también, por supuesto. Qué tiempos aquellos donde se simulaba no desear que la “casta política” se gastase el dinero a la ligera, existiendo necesidades sociales para las que el presupuesto no alcanzaba. Y Sánchez añadió: “En lugar del ruido transitorio del presente, la esperanza del mañana”. Anoto:

9.Oh, presidente, cuánta hermosura. Cuando el vate Sánchez saca la lira, encarna por sí solo la poesía provenzal. “Me gustas cuando callas porque estás como ausente”, le habría dicho Neruda con alborozo. Yo, sin tuteo, le añadiré que también me gusta cuando estomaga… porque está como `oscarpuente´.