¿No tienen la impresión de que todo va cada vez más rápido? ¿Que vivimos a mucha velocidad los acontecimientos externos y estamos demasiado agitados y convulsos? En las ultimas semanas, días, hemos conocido a diario la subida de la inflación, del precio del gas y de la electricidad, las amenazas de ataque nuclear de Putin, las elecciones de Brasil, donde pudiera parecer que estamos en el mismo sitio de hace 15 años, con un candidato a la presidencia más que visto y revisto como Lula da Silva.

GASTOS E INGRESOS

Hemos conocido esta semana el Proyecto de Ley de Presupuestos para España de 2023 con el gasto más apoteósico de todos los posibles: subida de las pensiones como medida estrella, con 190.000 millones de gasto y que supone 19.000 de incremento de los 32.000 que crece el gasto del Estado, subida de la prestación por desempleo a partir del sexto mes, subida del sueldo de los funcionarios con un 6% más entre los nuevos empleos y el incremento salarial…

En definitiva, un reguero de gasto que no se compadece con los ingresos previstos, se prevé una bajada del IRPF a las rentas por debajo de 21.000 euros y el impuesto a los ricos, a los bancos y a las eléctricas... no va a dar ni para empezar. La mayoría de las Comunidades Autónomas se han lanzado a bajar los impuestos y hasta se ha animado alguna Diputación Provincial como la de Alicante que ha suprimido el recargo sobre el IAE.

No va a ser fácil averiguar en este país cuál es la asignación final que te corresponde, ya vivas en Oviedo, Valladolid o Málaga. No parece que se puedan cuadrar estas cuentas con facilidad, si aumentas el gasto y rebajas los ingresos en un momento como el que nos encontramos de recesión económica, está claro que algo no encaja. Quizás simplemente con pararnos a pensar un poco en lo que estábamos escuchando hace solo unas semanas o tan solo unos días nos damos cuenta de que esto no está bien pensado, ni medido.

JÓVENES SIN FORMACIÓN

Mientras recibíamos la mala noticia de que la OCDE colocaba a España en el último lugar de la UE en cuanto a que un 30% de nuestros jóvenes entre 25 y 34 años no siguen estudiando al terminar la educación básica. A nivel global solo tienen peores datos que nosotros Turquía, México y Costa Rica. Resulta que la segunda etapa de Secundaria es la cualificación mínima para tener una participación exitosa en el mundo laboral. Además, un 20% de jóvenes españoles no estudia, ni trabaja, situándose la media europea en el 13%.

En España deberíamos plantearnos mejor la educación de quienes representan el futuro de nuestra sociedad. Que los jóvenes terminen los estudios básicos y se fomente la Formación Profesional es una prioridad. Pecamos de falta de trabajadores con formación media adaptada a la demanda de empleo que tiene el mercado. Es la eterna aspiración: conseguir que la oferta laboral se adecue a la demanda. No es tan difícil llevar a cabo una adecuada orientación a los chicos para que puedan pensar y decidir bien hacia donde encaminan sus estudios para tener un futuro profesional.

Conocíamos los datos de septiembre con la elevación de las cifras de desempleo, mientras siguen existiendo puestos de trabajo que no se cubren por falta de candidatos. Solo si atajamos nuestros problemas de raíz estructurales, como es este, resolveremos una cuestión que también ataca a nuestros presupuestos permanentemente como son las listas de parados.

EUROPA

En Europa otros debates y preocupaciones que no son menores: topar el precio del gas es una petición realizada por 15 paises entre ellos Francia, Italia y España, otros en contra como Alemania, Bélgica o Austria. Escudo antimisiles que plantea Alemania a España y la verdad que si Putin cumpliera su anuncio no iba a servir de mucho esta decisión.

EN CATALUÑA, A TODA PASTILLA

Para colmo de acontecimientos y disparates que ya nadie sigue, esta lo del Govern de Cataluña, que tan solo un año y medio después de las últimas elecciones han sometido la continuidad de su gobierno a la decisión de los de Junts afiliados que son unos 6.500, los que han votado han decidido romperlo y así dejar en la cuerda floja un gobierno que afecta a casi ocho millones de catalanes.

¿De verdad no tienen la impresión de que todo va demasiado deprisa y que unos acontecimientos tapan a otros y que lo que ayer era blanco hoy es negro y no sabemos hacia donde nos lleva el mundo?

Solo sabemos que nuestra vida si la organizamos nosotros hasta donde nos dejan, que no todo se puede ordenar pero que cada día tenemos que trabajar, cuidar de nuestra familia, hacer posible lo imposible y disfrutar de la vida al máximo ayudando al prójimo siempre que podamos, pero eso sí, cuadrando los ingresos con los gastos, porque si no se nos cae el invento.