Pablo Motos y Santiago Segura en 'El Hormiguero' (Atresmedia)

Pablo Motos y Santiago Segura en 'El Hormiguero' (Atresmedia)

Televisión

¿Por qué Pablo Motos no aprovecha sus polémicas para hacer pedagogía?

Al presentador de 'El Hormiguero' le llovieron las críticas por preguntar a una niña de 9 años si le gustaba algún chico

17 septiembre, 2020 08:20

Hablar (mal) de Pablo Motos funciona mucho en términos de visitas. Muchos lo negaran, pero tampoco hay que ser muy avispado para darse cuenta de ello. Y es por eso por lo que cada mínimo tropezón del presentador de El Hormiguero es motivo suficiente para atacar al programa.

Tal es la animadversión u obsesión hacia el valenciano que tienen algunos que ha habido ocasiones en las que algunos medios ya tenían la pistola cargada incluso antes de que se produjeran determinadas entrevistas. Lo más curioso es que muchas veces se hace con titulares pensados sólo para atrapar visitas aunque carezcan de fundamento.

Motos no dio por buena la respuesta de que a la niña le gustaba Blanca Suárez

No ocurría así la semana pasada cuando Motos volvió a ser el centro de las críticas después de preguntarle a una niña de nueve años, la actriz Luna Fulgencio, si le gustaba algún chico o famoso. “No sé... Blanca Suárez”, contestaba la pequeña. “Pero, bueno, te gusta como actriz”, matizaba el presentador.

Rápidamente, y con razón, las redes sociales se llenaron de comentarios críticos con el comunicador señalando cómo su actitud es un micromachismo de manual, un pequeño gesto sexista o machista que ayuda a perpetuar roles de género.

Los medios recogimos esta polémica -¡cómo desaprovechar la oportunidad!-, aunque cada uno optando por un enfoque. En BLUPER decidimos que lo mejor era explicar por qué dicha pregunta era un micromachismo ya que, al igual que Motos, mucha gente de su generación no ha tenido la misma educación que hemos tenido las generaciones más jóvenes en estos asuntos.

“Con su aparentemente inocente pregunta, Pablo estaba dando por sentado la orientación sexual de la pequeña (la cual ni siquiera tenía por qué ser consciente de la misma), indicando que le gustan los chicos. Y cuando le preguntó por algún famoso que le gustase, él esperaba una respuesta heteropatriarcal, con connotaciones de atracción física, y hasta facilitaba respuestas como Antonio Banderas o Mario Casas”, escribíamos. 

“Cuando la pequeña le dijo el nombre de Blanca Suárez, el primero que se le vendría a la cabeza como personaje famoso, Motos no dio por buena la respuesta, y matizó que le gustaría como actriz, exclusivamente. Negando la posibilidad, por remota que fuese, de que Blanca le pudiese gustar como Pablo esperaba que le gustase Mario Casas”, añadíamos.

Los casos de 'Sálvame' o 'Amar es para siempre'

Y esto es precisamente lo que debería haber hecho el presentador en El Hormiguero en días posteriores. En vez de enfadarse por ser objeto de críticas e incluso atacarles a través de Nuria Roca, lo correcto sería recoger la polémica, hacerla suya y hacer pedagogía con ello.

El Hormiguero es el programa más visto de la televisión de forma diaria y qué mejor que aprovechar una ventana así para hacer una sociedad más justa, para explicar a nuestros padres, tíos y abuelos por qué una inocente pregunta puede resultar machista u homófoba. 

¿O todos aquellos que hace una semana criticaban públicamente a Motos no son conscientes de que esa misma pregunta la pueden escuchar perfectamente en sus casas? ¿Intentarán ellos mismos hacer pedagogía con los suyos u optarán por callarse?

Es algo así como lo que hace cada semana Sálvame con su sección 'Con M de Mujer' en la que pone la lupa sobre determinados micromachismos que aún existen hoy en día en la sociedad. Y todo ello cuando su público objetivo es mayor de 55 años.

O también lo que ha hecho Amar es para siempre llevando hasta cientos de hogares españoles la bella historia de amor de Luimelia. "Amar es para siempre es una serie que entra en las casas y que tiene una responsabilidad de mostrar otras realidades. Me imagino a la típica mujer mayor de un pueblo de España y que tenga la oportunidad de ver esa historia cada día, creo que es un triunfo", explicaba Carol Rovira a BLUPER.

Programas como El Hormiguero, que se autodefinen como familiares, tienen una enorme responsabilidad social y, por qué no decirlo, educativa. Abordar una polémica así desde la pedagogía sería un interesante movimiento que los medios, también desde su responsabilidad, deberíamos reclamar y no quedarnos en el click fácil.