¿Original o copia? La eterna guerra de los formatos similares en la televisión

¿Original o copia? La eterna guerra de los formatos similares en la televisión

Televisión

¿Original o copia? La eterna guerra de los formatos similares en la televisión

Telecinco podría dejar de emitir ‘Pasapalabra’ y ‘Volverte a ver’ por problemas de licencias

8 abril, 2019 08:56

Desde siempre, la televisión se ha nutrido de programas similares en su parrilla. En los años 90, por ejemplo, teníamos Vídeos de Primera en La 1 y Olé tus vídeos en las autonómicas sobre vídeos domésticos, Quién sabe dónde en La 1 y Se Busca en Antena 3 sobre desapariciones, y así, podríamos seguir con Supermarket y Carros de juego, Bellezas al Agua y Juegos sin Fronteras, o más recientemente Splash ¡Famosos al agua! y Mira quién salta.

A veces, cuando dos formatos se parecen lo suficiente, la cosa puede llegar a los tribunales, pues la línea que separa un formato original del plagio es muy sutil. En estos momentos, Telecinco tiene en la cuerda floja a Pasapalabra y Volverte a ver.

‘Volverte a ver’ vs ‘Hay una cosa que te quiero decir’

En el caso de Soberta, el futuro del programa está en el aire por su parecido al formato italiano C'è posta per te (que ya se adaptó como Hay una cosa que te quiero decir y Hay una carta para ti). La esencia del programa es la misma, aunque se cambió varios conceptos (los carteros pasaron a llamarse mensajeros, y no se abría un sobre sino que se da la vuelta a una pantalla) pero esto llevó a Banijay Group -propietaria de Magnolia, productora primigenia de Hay una cosa que te quiero decir- a enviar un requerimiento a Bulldog TV para que cesara las emisiones de Volverte a ver argumentando que este programa es “una simple adaptación de C`è posta per te".

Telecinco continuó emitiendo el formato, pero en la actualidad se ha detenido la grabación. Curiosamente, coincide con un momento en el que Mediaset España ha llegado a un acuerdo con Banijay para adaptar en nuestro país uno de sus formatos: La isla de las tentaciones, que presentará Mónica Naranjo. 

En el caso de Pasapalabra, Mediaset ha interpuesto un recurso de casación sobre la titularidad del formato, por cuyos derechos de emisión está litigando en los tribunales contra la británica ITV desde 2010. Y es que un concurso con mismo nombre y mecánica similar ya fue emitido anteriormente en esta cadena inglesa.

En 2009, Telecinco firmó un contrato en 2009 con ITV para la emisión del programa en España, presentó un año más tarde una demanda contra la empresa británica pidiendo que se declarara la nulidad de los acuerdos de emisión y se restituyera lo pagado, además de reclamar una indemnización. La compañía británica contraatacó con otra demanda.

La cadena española alegó entonces "falta de titularidad de los derechos sobre el formato televisivo Pasapalabra y sobre 'El Rosco' (la prueba final) por parte de ITV", derechos sobre la prueba alfabética que a su vez reclama la sociedad holandesa MC&F.

¿Original o copia, cuándo es lo uno y cuando lo otro?

En España hemos tenido muchos formatos vendidos como originales que recuerdan a otro de éxito internacional. Por ejemplo. Deja sitio para el postre, que emitio Cuatro en 2013, recordaba a The Great British Bake Off, el cual actualmente adapta esa misma cadena y con todas las de la ley. Y lo mismo se puede decir de Tú sí que vales, la reinvención de Telecinco de Got talent, y que Cuatro emitió como Tienes talento.

Tú sí que vales fue vendido como una creación propia, y Toni Cruz, presidente de Gestmusic Endemol, indicó entonces que “los programas cazatalentos a partir de un casting de artistas constituyen un género de televisión universalmente usado desde los inicios del medio”. Con el paso del tiempo, Telecinco compró el formato original de Got talent, y Tienes talento pasó a laSexta con el nombre de Tú sí que sí.

También se puede mencionar Tiene arreglo, el programa colaborativo de Canal Sur que presentaba Toñi Moreno, y en el que la audiencia llamaba para ayudar al protagonista de una historia, que se encontraba en una situación complicada. Toñi dejó el formato para irse a Televisión Española con Entre todos, un programa muy similar (y que además llevaba a cabo parte del mismo equipo). RTVA pidió la cancelación de Entre todos por el notable parecido, pero Televisión Española se amparó en que lo que ellos ofrecían es un género televisivo, no un formato.

La lista de ideas originales que rozan el plagio se podría alargar con Maestros de la costura, adaptación oficial de The Great British Sewing Bee, que no habría nacido si no hubiese tenido éxito The Project Runaway / Pasarela a la fama. O cómo Allí Abajo recordaba a la película Ocho apellidos vascos, y Aquí no hay quien viva al cómic 13 Rúe del Percebe.

Pero es que hasta el Un, dos, tres, quizá el mayor concurso creado en España, no habría nacido si Chicho no se hubiese inspirado en lo que se hacía en la televisión en otros países. Y es que Ibáñez Serrador reinventó Haga negocio con Kiko de la televisión peruana para la famosa subasta que cerraba el Un, dos, tres, e incluso se trajo al mismo presentador, Kiko Ledgard.

El olvidado caso de ‘Médico de familia’

A veces nos encontramos con series en distintos canales que parten de un mismo punto común, como como Niños robados (Telecinco) e Historias robadas (Antena 3) sobre robos de recién nacidos, o Mi gitana (Telecinco) y Hoy quiero confesar (Antena 3), sobre la vida de Isabel Pantoja.

Especialmente interesante es el caso de cómo a mediado de los años 90 llegaron a televisión dos series con la misma premisa. Un hombre joven, viudo con tres hijos, intenta rehacer su vida tras la pérdida de su esposa. En Telecinco se estrenó Médico de familia, producida y protagonizada por Emilio Aragón, y en Antena 3, Tres hijos para mí solo, producida por José Frade y con Enrique Simón como protagonista.

Frade llevó a los tribunales a Emilio Aragón, afirmando que le habían robado una idea que él mismo hizo llegar a Miliki, padre de Emilio, y Globomedia denunció a Frade porque supuestamente su hijo habría robado ideas de Médico y las habría integrado en Tres hijos para mí solo.

Hubo un juicio en el que Frade salió perdiendo, pues sus pruebas como que en ambas series se quemaban las tostadas en el desayuno no convenció al juez. Además, se alegó que en la serie había “elementos que están al alcance de cualquier aprendiz de guionista” y que Frade defendía como originales “estereotipos sociales que no pueden ser registrados como propios por nadie”.