Miki en 'OT 2018'

Miki en 'OT 2018'

Televisión

No, no ha habido ninguna polémica porque Miki cante en catalán en 'Operación Triunfo'

Algunos medios sirven de altavoz para unas cuantas protestas en redes sociales.

22 noviembre, 2018 08:54

Cuando hace casi una semana, Noemí Galera anunciaba que Miki cantaría una canción en catalán (Una lluna a l'aigua, de Txarango) en la novena gala de este miércoles, sabía perfectamente que habría quién lo utilizaría para crear polémica y contribuir así al clima de tensión en el país respecto a la cuestión catalana.

Y así ha sido. A pesar de que las voces contrarias a este hecho histórico en el programa han sido mínimas, ha habido medios que han querido generar un conflicto donde no lo hay, simplemente para ganarse unos cuantos clicks o directamente calentar el ambiente.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. Los tuits protestando porque Miki cante en catalán son mínimos y, muchos de ellos, pertenecen a cuentas anónimas. Asimismo, en ningún momento este hecho se convirtió en uno de los temas del momento en redes sociales.

De hecho, la verdad es que los seguidores del concurso celebraban que por fin se les escuchara y se seleccionara una tema en otra lengua oficial de España, como así había hecho Sabela en la segunda gala cantando Benditas feridas, de Rosa Cedrón.

Entonces, al igual que ahora, no se generó ninguna polémica. Sin embargo, todo lo que tenga que ver con Cataluña se utiliza como artillería de trincheras.

La España de mierda

Este episodio recuerda a lo que sucedió cuando Alfred regaló a Amaia el libro España de mierda. Entonces, la España más rancia se lanzó a las redes a pedir el boicot al dúo y exigir a TVE que los retire de la carrera de Eurovisión. Si hasta se critió que Alfred hubiera elegido su nombre en catalán y no en castellano.

Sin embargo, la cadena pública hizo oídos sordos a estas estúpidas peticiones. De hecho, sin que ellos mismos lo supieran, el día que despidieron al dúo antes de partir a Lisboa, habían elegido un lugar perfecto, el Teatro Real, justo enfrente del Palacio Real, para coronar a Alfred y Amaia como símbolos de una nueva generación.

Una nueva generación que ha dejado atrás los odios de trincheras para ser más inquieta, autocrítica, exigente, reformista, comprometida, participativa, defensora de sus derechos, de la cultura.