Gloria Camila y Kiko siguen demostrando el flaco favor que se hacen a sí mismos al concursar juntos. Cuando pensaban que la cámara no los estaba grabando, ambos confesaban su mal estar en el concurso y sus verdaderos sentimientos acerca de sus compañeros. Gloria gritaba mientras afirmaba que sentía asco por sus rivales, llegando incluso a decir que sentía asco por Juan Miguel, y eso que el pobre habla más bien poco. Lo que ninguno de los dos sabía, es que su conversación estaba siendo grabada y que la audiencia iba a tener la oportunidad de visionarla.

Gloria y Kiko se restan el uno al otro: los agentes contaminantes son exclusivamente ellos

A pesar de la pillada, sería injusto no reconocer los méritos que ambos tienen como supervivientes. Gloria es buena en las pruebas y Kiko muestra interés en el día a día, pero la verdad es que todo esto queda relegado a un segundo plano cuando ambos nos hacen participes de la amargura que llevan a las espaldas. Gloria y Kiko se restan el uno al otro, eso es un hecho cada día más evidente. Los dos creen que el grupo está envenenado y piensan que separándose de los demás van a respirar energía más limpia. Resulta cómico, e incluso enternecedor, que no se paren a pensar en la idea de que posiblemente los agentes contaminantes sean exclusivamente ellos, aunque no se hayan dado cuenta todavía.

Si el jueves se va Kiko, veremos cómo reacciona Gloria, aunque si tenemos en cuenta la idea que tiene sobre concurso, nos enfrentamos a un mal pronóstico. A diferencia de su novio, ella no concibe la aventura sin su beneplácito y su compañía. Ambos viven en un cabreo eterno del que está huyendo la mismísima Laura Matamoros, que ha vuelto a unirse a Alba Carrillo tras la unificación. Probablemente la hija de Kiko Matamoros se ha dado cuenta de que la alianza que mantenía con Gloria es de todo menos beneficiosa.

Uno de los platos fuertes que anoche tenía preparados Conexión Honduras, era la llamada de María Teresa Campos. Si somos sensatos debemos reconocer que a Edmundo le viene de perlas que María Teresa entre en el programa en su semana como nominado. No es censurable, pero es evidente que Edmundo se beneficiará de los apoyos de la periodista, que probablemente se transformen en votos para su salvación.

De los tres nominados, Edmundo es el que ha hecho un juego más particular. Empezó en este concurso sin responder a las expectativas que había depositadas en su figura de concursante, y poco a poco, con el paso de los días, supo ganarse el respeto de sus compañeros y el de la propia audiencia que sigue este tipo de programas, probablemente porque él nunca se ha bajado del burro y ha defendido su forma en el juego con una constancia y un brío del que muchos deberían tomar ejemplo. Edmundo está haciendo un juego discreto, quizás demasiado, y posiblemente su ausencia sería la que menos se notase en la isla, que no en el programa en general, que se alimenta más de su nombre que del juego que está dando dentro de la convivencia.

El concurso de Gloria sin Kiko

Laura Matamoros, otra de las nominadas, está dando lo que se esperaba de ella. Su imagen en esta ocasión es bastante más blanca, ya que son escasos los conflictos que ha generado con sus compañeros. Está bastante alejada de la concursante que ganó Gran Hermano VIP, algo que, lejos de resultar negativo, la engrandece como concursante al mostrar una cara desconocida hasta el momento.

Paola tiró por tierra la buena gala que protagonizó hace unos días

Kiko sin embargo, es uno de los concursantes que más antipatías despierta en el público pero es el que soporta más peso en las tramas que se llevan produciendo en las últimas semanas. Su ausencia se notaría demasiado, aunque también genera esa curiosidad de ver concursar a Gloria Camila en solitario. Si finalmente es el eliminado pueden pasar dos cosas: que Gloria se venga arriba y ofrezca una imagen totalmente diferente hasta el momento, como le pasó a Alba Carrillo cuando su madre salió del concurso, o que se apague y se convierta en una palmera con poco movimiento.

La decisión está en manos de la audiencia que el jueves pasado salvó a Paola, esa concursante que anoche tiró por tierra la buena gala que protagonizó hace unos días al acusar a Gloria de arañarla durante la prueba de recompensa, cuando fue ella quien lo hizo. El programa revisó las imágenes de la prueba y Paola quedó en evidencia ante los espectadores y ante sus compañeros. Ni se inmutó. Y lo peor de todo es que no tuvo el valor de pedir perdón.