Los múltiples encontronazos que Pablo ha tenido con Miguel y Clara durante su primera semana de convivencia en la casa de Gran Hermano 17 han puesto al zamorano en alerta. Tal es así que el gofrero piensa que gallego y la madrileña han entrado al concurso juntos, y que se conocían desde antes del punto de arranque del reality show.

Estas sospechas llevaron a Pablo a perseguir, durante la madrugada del sábado, 17 de septiembre, a sus enemigos íntimos dentro del concurso y a espiarles durante una conversación que ambos mantuvieron en la lavandería.

Así lo contó el propio gofrero al Super en el confesionario, minutos después de que Pablo se atreviera a interrumpir esta charla mintiendo y alegando que necesitaba recoger unos calcetines de ese cuarto.

"Estaba acostado, pero no me dormía y tenía ganas de ir al servicio. Fui y me encontré que la puerta de la lavandería estaba tapada con una toalla. Miré y me di cuenta que eran los pantalones de Miguel y que había alguien más allí. Fui a tomar un tazón de leche para esperar a ver si salían para ver quiénes son. No quería inmiscuirme y me suponía que era Miguel y Clara y no quería enfrentarme a ellos porque no estaba con ánimos de ello", alega Pablo.

"Como veía que no salían, pensé que también era mi casa y no me parecía bien que alguien estuviera en la lavandería tapando la puerta y hablando dentro. Algo esconden. Lo pueden hablar perfectamente en otra parte porque todo el mundo en la casa estaba durmiendo. Decidí inventarme que iba a por unos calcetines, sinceramente porque quería ver qué había dentro, si eran Clara y Miguel y si tenían algo que esconder", confiesa el zamorano.

"Algo tienen que ocultar. Me he planteado dos opciones: son amigos de fuera y por eso estaban hablando y no querían que nadie entrara; y la segunda sería que, en el caso que no se conociera de fuera, que están hablando a las espaldas de los demás de la forma más escondida que se puede hacer", afirma Pablo.