Israel ha vivido este jueves su día más complicado en toda su historia en el Festival de Eurovisión. La cantante Eden Golan ha sido la antepenúltima participante en subirse al escenario del Malmö Arena para interpretar su tema, Hurricane. Y lo ha hecho entre abucheos que, por más que se hayan puesto medidas para que no se colasen en los micrófonos, han acabado llegando a la retransmisión en televisión.

En el año 2022, la UER anunció que Rusia no podría participar en Eurovisión 2022 tras su invasión a Ucrania. Sin embargo, no se ha tomado una medida similar con Israel, que tiene abierta una guerra contra Palestina, y esto ha provocado todo tipo de críticas y reacciones. Muchos países participantes pedían la expulsión del país asiático de la competición,

A raíz del conflicto se llevaron a cabo continuas presiones de partidos políticos, eurofans, periodistas e incluso de algunas televisiones públicas europeas pidiendo su expulsión de Eurovisión. Algo a lo que la UER se negó desde un primer momento. "Eurovisión es un evento apolítico y un concurso entre organismos públicos de radiodifusión miembros de la UER, no un concurso entre gobiernos", defendía el Grupo de Referencia y el Comité Ejecutivo el pasado diciembre en un comunicado.

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Este comunicado no sirvió para apaciguar las aguas. Es más, cuando Israel presentó su primera propuesta, October Rain, fue rechazado por su “contenido político”. Y después presentó Dance Forever, que fue descartada por la misma razón. En ambos casos, se hablaba del conflicto en Gaza, donde han fallecido 30.000 palestinos.

Muchos esperaban entonces que Israel fuese descalificado, como sucedió con Bielorrusia en 2021, que no pudo concursar tras dos temas vetados. Pero a Israel le permitieron entregar un tercer tema, Hurricane, el que ha sonado esta noche, y que es una nueva letra para el primigenio October Rain.

Para proteger la candidatura de Eden Golan la organización del Festival ha tomado medidas extraordinarias como el crear contenidos a influencers desde el centro de prensa, presumiblemente, para no captar reacciones negativas hacia Israel que se puedan notar en vivo.

De nada ha servido. En Eurovisión, el público se ha mostrado en contra de Israel, país que tiene varias victorias en su haber. Y es que en el inicio de la canción no se han podido ocultar las pitadas contra el país. En redes sociales, los comentarios hacia la actuación de Israel han sido en una gran parte pidiendo la libertad de Palestina. 

Israel, vetada en Bélgica

Además de los abucheos del público y las manifestaciones propalestinas fuera del estadio, hubo otros gestos de rechazo a la candidatura israelí. La televisión pública flamenca, una de las dos emisoras belgas que organiza la participación para Eurovisión, interrumpió temporalmente la emisión del festival durante la actuación de  Eden Golan, a petición de un sindicato, como acto de condena a las "violaciones del Estado de Israel".

Así lo comunicó la propia televisión pública minutos antes de la segunda semifinal del festival eurovisivo. "Condenamos las violaciones del estado de Israel en Gaza. Israel está destrozando la libertad de prensa. Por eso interrumpimos temporalmente la emisión", rezaba el comunicado.

También el representante de Bélgica, Mustii, quiso sumarse a la ola de ciudadanos que piden el fin de la guerra y se pintó en el brazo la palabra 'peace' que dejó ver durante su actuación.

Finalmente, Israel pasó a la gran final del sábado junto a Letonia, Austria, Países Bajos, Noruega, Grecia, Estonia, Suiza, Georgia y Armenia. Al anunciar el nombre de Israel como país que pasaba el corte, de nuevo no se ha podido silenciar los pitos y abucheos del Malmö Arena. 

A lo largo de su historia, Israel ha ganado Eurovisión en cuatro ocasiones. Izhar Cohen y Alphabeta ganaron el 1978 con el éxito A-ba-ni-bi, y en 1979 ganaron de nuevo con Hallelujah, España quedó en segundo lugar en aquella ocasión, cuando nos representó Betty Missiego. La tercera victoria sucedió en 1998 con Diva de Dana International, y la última y más reciente sucedió en 2018, con la canción Toy de Netta.