El pasado 21 de septiembre, Telecinco estrenaba la quinta edición de uno de sus realities estrella, La isla de las tentaciones. Tras el discreto estreno de temporada de la cadena de Vasile, el formato de parejas se ha presentado como el salvavidas perfecto para sacar a flote los datos de audiencia de Mediaset. La realidad es que La isla de las tentaciones se ha convertido en su mejor estreno, superando el 20% de share en su primera gala.

Las nuevas luces de la tentación o la primera expulsión de una pareja concursante son algunas de las novedades con las que se ha presentado esta quinta edición. Pero sin duda, la esencia del reality reside en las fiestas organizadas por la propia productora (Cuarzo) en las dos villas donde habitan los chicos con las solteras y las chicas con los solteros. 

Como suele ocurrir en muchos formatos televisivos, las curiosidades que ocurren detrás de las cámaras son de gran interés para la audiencia. Una de estas preguntas recurrentes es cómo es el consumo de bebidas alcohólicas entre los concursantes y cómo son los suministros por parte de la organización. 

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Una pregunta resuelta por uno de los concursantes de la tercera edición de este concurso, Diego James Lover, en su cuenta oficial de TikTok. En uno de sus vídeos, explica que "hay barra libre, pero con control. Cuando alguien se veía que iba muy afectado, se le cortaba y no le daban más". 

Aunque sin duda, la mayor confesión del exprotagonista del reality ha sido el papel fundamental de la organización en el suministro de bebidas alcohólicas. "Ellos son los que te llaman y te decían: 'Oye Diego, pues ven, recárgate esto'. Normalmente, eran ellos los que nos llamaban para recargarnos la copa o darnos un chupito", comentaba el que fuera novio de Marta de Lola. 

Como anécdota, el deportista asegura que uno de sus compañeros de aquella edición, Manuel González (el que fuera pareja de Lucía Sánchez), era uno de los que más presencia tenía en la barra libre de alcohol. "Manuel iba siempre allí (a recargarse la copa de alcohol). No hacía falta que le llamasen, iba siempre él. A veces tocaba la puerta y no le abrían", recordaba entre risas.