Pesadilla en el Paraíso vuelve a pescar en el extinto Mujeres y Hombres y Viceversa para engordar su casting de participantes. En la mayoría de los realities de Mediaset, se puede encontrar algún rostro procedente del dating show presentado por Emma García y posteriormente por Toñi Moreno. 

Ella es Marina Ruiz, nació en 1994 en Tarragona, pero con solo dos años se mudó con su familia a Villanueva del Arzobispo, en Jaén. Por eso dice que se siente más andaluza que catalana. Ha estudiado un Grado de Turismo, pero se define como creadora de contenido en redes, es decir, 'influencer'. Antes trabajó en el campo con sus padres y como camarera en un local de su pueblo.

Su carrera televisiva comenzó en 2015, cuando llegó a Mujeres y Hombres y Viceversa como pretendienta de Lukas Ablático, donde vivieron una intensa historia de amor y dio mucho que hablar. Tanto es así, que solo tres años después se convertía en tronista donde acabó escogiendo a Alai en lugar de Alberto Santana. A pesar de que salieron de la mano, lo suyo no duró mucho y la influencer volvió al programa, esta vez como pretendienta del propio Santana. 

Tras este paso por la pequeña pantalla, Ruiz asumía las redes sociales como su trabajo, donde acumula 432.000 seguidores solo en su cuenta oficial de Instagram. Además, cuenta con un canal de Mtmad llamado Sabor a mar, donde sube contenido semanal en el que explica sus experiencias personas, su día a día o sus desamores. 

En los últimos meses, volvía a la televisión para defender a su amiga Tania Media mientras esta concursaba en la última edición de Supervivientes 2022. Asimismo, fue una de las integrantes del reality de Mtmad Por siempre o jamás, donde puso punto final a lo que pudiera quedar entre ella y Hugo Paz, su última pareja y también extronista de Mujeres y Hombres y Viceversa. 

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Ahora, Marina Ruiz encara este reality como una oportunidad para volver a la pequeña pantalla y conquistar a toda la audiencia haciendo frente a las adversidades que compartirá con otros 15 famosos elegidos. Pesadilla en El Paraíso promete poner contra las cuerdas a sus concursantes, que tendrán que cuidar de una granja emplazada en un espacio rural en el que no contarán con las comodidades de las sociedades modernas.