Hiba, propietaria de Hojaldres.

Hiba, propietaria de Hojaldres. E.E

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Hiba, dueña de una pastelería de Zaragoza que acaba de ganar un Solete Repsol: "Pensábamos que era una estafa"

Hiba Zidor y Fermín Morillo cogieron el traslado de Hojaldres hace seis años, y han mantenido la calidad de los dulces.

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Zaragoza
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La Guía Repsol reparte cada año sus soles entre los restaurantes de la alta cocina y sus soletes para pequeños locales y comercios. Esta semana han repartido 300 soletes por toda España, y uno ha recaído en una pequeña y deliciosa pastelería zaragozana: Hojaldres.

Detrás del mostrador se encuentran Hiba Zidor y Fermín Morillo, dueños de la pastelería desde hace unos 6 años, cuando cogieron el relevo de su amigo Mario.

"No nos lo esperábamos para nada, incluso cuando nos llamaron pensábamos que era una estafa o un comercial. Ha sido un subidón increíble", relata Hiba a El Español de Aragón.

"Como insistieron, el lunes llamé yo y ya me dijeron que nos habían dado un Solete el día 1. Yo solo repetía: ‘¿Seguro? ¿En serio?’", cuenta.

Tanto ella como Fermín son "unos fanáticos de todos los restaurantes de Soles, soletes y la Estrella Michelin", por eso, cuando entró en la web y en el Instagram de Guía Repsol y vio el nombre de Hojaldres, el corazón le dio un vuelco.

Fachada de la pastelería Hojaldres en su tienda del Coso.

Fachada de la pastelería Hojaldres en su tienda del Coso. E.E

"Fue un subidón increíble. Llevamos una racha complicada, como todos: subidas de precios, problemas… vamos, lo que viven los autónomos. Y de repente, esto. Es un empuje porque será que no lo estamos haciendo mal", afirma.

Supone todo un orgullo, pero la pastelera reconoce que no es un premio para ella y Fermín, sino para todo el equipo: "Somos un equipo, unos en el obrador y otros en las tiendas. Intentamos dar siempre lo mejor y que te valoren así… pues emociona".

En total, entre las dos tiendas (la del Coso y la de Pomarón) trabajan siete personas, además de las tres que elaboran cada día en el obrador y el encargado del reparto. La furgoneta sale todos los días con el género recién hecho. "No congelamos nada, y eso se nota en el producto final", asegura la pastelera.

Esa apuesta por lo artesanal es casi un acto de resistencia. "Usamos productos naturales como si los hicieras en casa, y claro, la mantequilla, el huevo, la harina… todo ha subido un 300% en seis años", lamenta. Aun así, mantienen la misma filosofía de dedicar el tiempo necesario, una buena mano de obra y profesionalidad para mantener la calidad.

Entre la variedad de dulces que encontramos en el mostrador, hay uno que destaca: el milhojas. "La gente dice que es el mejor de Zaragoza. Y yo siempre invito a probarlo". En un fin de semana normal venden unas 50 unidades, tiras grandes para unas seis personas.

Aparte de milhojas, encontramos la repostería casera de toda la vida: leche frita, buñuelos de crema, canutillos fritos, tartas de queso, petisús, pastelitos individuales y la joya que provoca que se le escape un suspiro: la tarta tatín. "La hacemos de una manera muy especial: manzana entera asada y caramelizada, con la galleta horneada al revés… Es un manjar".

El Solete llega justo antes de la campaña navideña, donde el protagonista será el roscón. "Esperamos que la gente se anime a venir a las tiendas y a probarlo. Está buenísimo", dice Hiba, con ese entusiasmo contagioso de quien ama su oficio.

Después de seis años al frente de Hojaldres, el reconocimiento les confirma que la fórmula funciona: trabajo, cariño y fidelidad a una tradición pastelera que Zaragoza aprecia desde hace más de tres décadas.