Pablo Menéndez en uno de los eventos Entrevu.

Pablo Menéndez en uno de los eventos Entrevu.

Vivir

Pablo, el emprendedor que une Zaragoza con el mundo a través de la comida: "Busco que sea un negocio del que poder vivir"

Hace un año nació ‘Entrevu’ con el objetivo de crear espacios de unión entre locales y migrantes en una experiencia de inmersión internacional.

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Zaragoza
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Viajar no siempre requiere de una maleta ni un billete de avión. A veces descubrir nuevos países, gastronomías y culturas es posible sin moverse de casa y basta con afinar cada uno de los sentidos. Estar abierto a escuchar, a probar y a no juzgar.

Así pues, transportarse sin salir de Zaragoza hasta ese lugar al que deseas viajar puede ser más sencillo de lo que piensas. Sobre todo, desde que Pablo Menéndez emprendió su original y pionera aventura.

Hace un año nació en la capital aragonesa Entrevu, un proyecto que busca ofrecer una expedición al extranjero desde Zaragoza, así como unir a locales y migrantes en un ambiente distendido para crear nuevos vínculos. Todo ello con la gastronomía como excusa.

En este sentido, el fundador observó el problema de integración de las personas migrantes: “Vi que uno de los aspectos que más contribuyen a una percepción negativa de la población local con la gente que está llegando de otros países es que no existen muchos espacios para tener encuentros de ocio donde conocer y compartir”.

A raíz de esa situación, Pablo Menéndez quería encontrar una forma de “conectar a personas locales con personas migrantes”, y de “acercar a la población local las culturas de estas personas y sus historias”.

Eventos Entrevu.

Eventos Entrevu.

El proyecto consiste en celebrar una vez al mes un evento en un restaurante internacional en el que los asistentes prueban un menú degustación exclusivo para ese día con comida típica, conocen su cultura a través de música y baile u otras actividades y pueden hablar con algunos invitados de ese país para vivir una inmersión cultural.

“Siempre hay invitados especiales del país que viven en Zaragoza. Intento buscar personas que sean carismáticas, que hayan montado un negocio o empresa y cuentan su historia, evolución, anécdotas o diferencias importantes”, explica Pablo.

De esta forma, la gastronomía se convierte en el “gancho” para provocar el encuentro. “La gente española es muy abierta y cuando viaja busca probar la comida del país”, señala.

Con la idea clara y los recursos al alcance, el primer evento fue hace un año, en el restaurante venezolano Moralepa. Tras aquel, Entrevu ha seguido “viajando” a otros países (Líbano, Perú, Senegal, Cuba, India, México, Colombia), alternando uno latinoamericano y otro no. Ahora, el próximo día 13 se celebra el noveno, en el que se viajará hasta Rumanía en el restaurante Asador Broto.

Además, el creador confiesa que será “increíble” y que habrá “sorpresas”. Igualmente, adelanta que para el décimo evento preparará algo más especial. “Estoy pensando en hacer un evento de varios países africanos en una finca”, anticipa.

Experiencia Entrevu en Colombia.

Experiencia Entrevu en Colombia.

Programación del evento

Cada evento es único y con una esencia diferente, pero con muchos elementos comunes. Siempre empieza a las 19.30 y la idea es que la gente se mezcle y hable con todo el mundo.

“A las 20.00 normalmente es cuando empezamos. Hay una presentación de curiosidades sobre el país, normalmente lo preparo yo o intento que sea alguien del país quien lo cuente”, detalla sobre el planning de cada evento.

Además, suele haber unas tres actuaciones de música o de baile a lo largo de la velada. En este punto, Pablo reconoce que intenta contactar con la asociación cultural del país en Zaragoza para colaborar con ellos.

Después es el turno de los testimonios, de 10 minutos cada uno, y la cena. Como cierre, en alguna ocasión Entrevu introduce algún juego típico de la región y siempre hay un concurso para ver quién sabe más sobre el país. Incluso, se les dan 3 premios a los ganadores. Luego, algunos eventos se animan más.

En total, el precio de toda la experiencia es de 28 euros.

"La humanidad"

Sin duda, si Pablo tiene que destacar algo que enganche a la gente de su proyecto, se queda con la humanidad. “Es el contacto más humano de poder conocer personas de otros países”, defiende. Además, es algo que viven los participantes y los invitados que colaboran, para quienes “es un orgullo muy grande poder compartir su cultura, su historia y que las personas se interesen”.

Aunque, el principal objetivo es que “la gente se lo pase bien” y tener una inmersión en el país como cuando viajas.

La gastronomía es el gancho para la unión.

La gastronomía es "el gancho" para la unión.

“Mi público objetivo es la gente a la que le gusta viajar, que le gusta conocer otras culturas, que es curiosa, que le gusta probar otras gastronomías. También desde la parte de las personas migrantes que muchas veces se quedan en sus comunidades, con la gente de sus países, y tampoco saben cómo integrarse”, reflexiona el joven.

De hecho, un 60% de los asistentes son de Zaragoza y el 40% de fuera. Y los rangos de edades son muy variados, desde los 30 a incluso gente jubilada.

Ampliar horizontes

Una vez consolidado y asentado el formato en Zaragoza, Pablo Menéndez aspira a poder trasladarlo a otras ciudades de España. “Creo que se puede replicar fácilmente. Tengo algunos recursos que podría compartir y estoy haciendo un primer experimento aquí en Zaragoza, donde una amiga rumana lo está organizando”, cuenta.

Además, desvela que le han contactado para replicarlo en otros tres lugares y espera poder hacerlo antes de que acabe el año en Barcelona.

En cada evento hay invitados del país que cuentan su historia.

En cada evento hay invitados del país que cuentan su historia.

En ese hecho se encuentra también su posibilidad de dedicarse a ello, ya que Pablo tiene su trabajo de jornada completa y Entrevu es un proyecto de su tiempo libre. “Sí que busco que sea un negocio que pueda crecer y que sea algo de lo que pueda vivir”, desea. “Si se hace en 10 ciudades, ya podría ser rentable”, cuenta.

No obstante, por ahora, aunque se queda “casi igual”, está “perdiendo dinero”, teniendo en cuenta que ya en gastos fijos se van más de 300 euros al mes.

“De momento estoy construyendo bases para luego rentabilizarlo. No sé si me dará a corto o a medio plazo para poder dedicarme a esto, pero al menos para tener un ingreso extra, sí”, finaliza el joven.

Eso sí, rentable o no, Pablo puede estar orgulloso de haber logrado formar espacios de unión y respeto, así como una bonita comunidad donde no existan diferencias. Y no hay nada más enriquecedor que ser parte de los vínculos humanos.