Una receta aragonesa y una mujer comiendo.

Una receta aragonesa y una mujer comiendo. Freepik

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El plato aragonés que encanta a todos pero es desconocido en el resto de España: fácil de hacer y rico en proteínas

Esta receta es muy típica en Aragón y se hace con muy pocos ingredientes: pan, huevo, ajo y perejil.

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Zaragoza
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En la tradición culinaria de Aragón abundan recetas sencillas y sabrosas que han pasado de generación en generación. Los huevos tontos son un buen ejemplo: un plato humilde que, pese a su origen modesto, sigue conquistando mesas por su sabor auténtico y facilidad de preparación.

En apenas 20 minutos puedes disfrutar de esta receta tradicional. Es económica, fácil de hacer y gusta a todo el mundo. Es una pena que no se conozca en el resto de España.

El secreto está en la cocina de aprovechamiento. Con pan duro, huevo y ajo se consigue un bocado crujiente por fuera y tierno por dentro. Un acompañamiento perfecto para caldos o guisos. Su curioso nombre viene de que apenas lleva huevo, un recurso ingenioso en tiempos en los que este alimento era un lujo.

El huevo, aunque escaso en la receta original, es un ingrediente muy completo. Aporta proteínas de alta calidad que ayudan a mantener músculos y tejidos. También contiene vitaminas, minerales y grasas saludables. Por eso, forma parte de una dieta equilibrada y es un gran aliado para la salud.

El huevo es un alimento muy completo y versátil. Contiene proteínas de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para reparar tejidos y mantener la masa muscular. Además, aporta vitaminas como la B12, D y A, minerales como hierro, fósforo y selenio, y grasas saludables que favorecen la función cerebral y el sistema cardiovascular. Gracias a su combinación de nutrientes, el huevo es ideal para todas las edades y se integra fácilmente en dietas equilibradas.

Receta de los huevos tontos

En el Aragón rural de antaño, el despilfarro no era posible. Las familias aprovechaban hasta la última miga de pan para dar vida a estos bocados nutritivos. Así, los huevos tontos se convirtieron en símbolo de ingenio y economía doméstica.

Ingredientes

  • Pan duro
  • Leche
  • 2 huevos
  • Ajo
  • Sal y perejil

Paso 1

Tritura el pan duro hasta que quede en trozo pequeños.

Paso 2

Ablanda el pan con un poco de leche.

Paso 3

Bate bien los huevos con una pizca de sal y añádelos a la masa de pan.

Paso 4

Tritura el ajo y el perejil y se incluyen a la mezcla.

Paso 5

Haz bolitas no muy grandes y fríelas en la sartén bien llena de aceite.

Paso 6

Cuando estén bien doradas sácalas y déjalas escurrir en un plato con un papel de cocina para quitar el aceite sobrante.

Hoy evocan recuerdos de infancia, la cocina de las abuelas y el valor de una alimentación sostenible. Una receta sencilla que alimenta tanto el cuerpo como el alma.

Cada vez que se fríen unos huevos tontos, se revive una historia de creatividad y cariño por los productos locales. La gastronomía aragonesa mantiene viva esta herencia, recordándonos que la tradición también puede ser nutritiva y actual.