
El lago de Casablanca. Ayuntamiento de Zaragoza
El barrio de Zaragoza que no tenía calles asfaltadas y ahora es uno de los más caros para vivir: más de 2.600 euros el metro cuadrado
Este conocido barrio de Zaragoza es actualmente uno de los más caros para comprar una vivienda, sin embargo, sus orígenes fueron más bien humildes.
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Casablanca es un barrio muy conocido en Zaragoza. Hoy nadie diría que es un barrio humilde. Sus chalets de lujo, el paseo junto al Canal Imperial, los colegios privados y los clubes deportivos pueden hacernos creer que siempre fue un enclave de alto nivel. Pero no.
En realidad, Casablanca fue durante mucho tiempo un barrio rural a las afueras, donde vivían principalmente trabajadores. Hasta bien entrados los años 70, sus calles estaban sin asfaltar, y las viviendas eran pisos bajos, pequeños y austeros.
En los años 80 se construyeron varios bloques de viviendas de protección oficial que definieron el paisaje urbano durante unos años, aunque tiempo después llegaron los chalés y las urbanizaciones de lujo.
Origen de un barrio
La historia de Casablanca comienza mucho antes de ese desarrollo urbano, en el siglo XVIII, con la construcción del Canal Imperial de Aragón. Esta gran obra de ingeniería trajo consigo una transformación profunda del sur de Zaragoza.
El agua abundante permitió el cultivo de campos, y en sus orillas empezaron a levantarse torres agrícolas y casas. La más imponente de todas fue la Almenara de San Carlos, una casa de servicio situada junto a las impresionantes esclusas que aún hoy nos asombran por su perfección y simetría.

Las esclusas del molino, hacia 1878. Zaragoza
Estas esclusas permitían al agua salvar el desnivel del terreno, y para gobernarlas se construyeron almenaras: casonas que albergaban tanto la maquinaria hidráulica como las viviendas de los operarios.
Las esclusas de Casablanca suponían la auténtica entrada de agua a la ciudad. Justo antes de ellas se construyó una gran balsa para regular el caudal: la balsa de Casablanca, que hoy se conserva en perfecto estado, flanqueada por el Parque de los Incrédulos a un lado y una hilera de plataneros al otro. Esta balsa acumulaba miles de litros de agua, lo que la convertía en una fuente de energía hidráulica nada despreciable.

La fuente de los incrédulos. Zaragoza
Junto a ella se edificó un gran molino, una construcción que destacaba entre los campos. Cuando sus fachadas se encalaron de blanco, empezó a conocerse como la Casa Blanca. Aquel hito visual y simbólico acabó dando nombre al barrio entero.
Frente a la balsa se encuentra también la Fuente de los Incrédulos, un pequeño monumento lleno de ironía. Como nadie creía en el éxito del canal, el arquitecto dedicó esta fuente a todos los que dudaban de la obra: "Para convencimiento de los incrédulos y descanso de los viajeros", fechada en 1786. Un gesto divertido, que nos parece muy representativo del carácter aragonés.
De barrio olvidado a zona exclusiva
Durante buena parte del siglo XIX, Casablanca quedó algo al margen del crecimiento urbano. La burguesía zaragozana se asentó en zonas más céntricas, como Gran Vía o Paseo Sagasta, mientras Casablanca seguía siendo un barrio periférico y agrícola.
Sin embargo, a finales del siglo XX, el barrio experimentó una renovación profunda. Se construyeron colegios privados, clubes deportivos y urbanizaciones de lujo.

Pistas de tenis, Stadium Casablanca.
No obstante, aún hoy se perciben diferencias entre una orilla y otra del canal. En la margen derecha, podemos encontrar los pisos antiguos y promociones de vivienda protegida; y en la izquierda, predominan las urbanizaciones de lujo y los chalets independientes.
Pese a su actual imagen de exclusividad, Casablanca tiene profundas raíces obreras. De hecho, la urbanización Nuestra Señora de las Nieves, situada al otro lado del canal, fue de las primeras promociones de vivienda protegida que se construyeron en Zaragoza. Su diseño, organizado alrededor de una plaza, le daba un aire de "pueblo dentro del pueblo", como era Casablanca en los años 60.
Actualmente, Casablanca figura entre los barrios de Zaragoza con el precio por metro cuadrado más alto de Zaragoza. Según Idealista, el valor medio ronda los 2.645 €/m².
Algunas viviendas unifamiliares alcanzan precios impensables décadas atrás. Es posible encontrar chalets en venta por más de 700.000 euros, e incluso algunas propiedades superan los dos millones de euros. Una de las más caras que podemos encontrar en el portal inmobiliario se ofrece por 1.900.000 euros. Se trata de una casa de tres plantas con ascensor, jardín con piscina, nueve habitaciones, trastero y plaza de garaje.
Casablanca no siempre fue sinónimo de lujo. Su historia es la de una transformación progresiva: desde un entorno rural y trabajador, marcado por el agua y la ingeniería del Canal Imperial, hasta convertirse en uno de los barrios más cotizados de Zaragoza.