Santiago y Pilar.

Santiago y Pilar. Asociación de Empresarios de Caspe y Comarca

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Santiago y Pilar, carniceros que bajan la persiana tras 45 años en Zaragoza: "Se crea un vínculo de amistad con la gente"

El matrimonio traspasa su carnicería, un referente en Caspe, por jubilación.

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Zaragoza
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Santiago y Pilar ponen fin a una bonita y larga etapa al frente de su carnicería y charcutería Cortés, en el municipio de Caspe (Zaragoza). El matrimonio tiene que despedirse tras 40 años (45 en el caso de ella) por jubilación y esperan que un nuevo inquilino coja las riendas de este comercio que tan felices les ha hecho durante años.

La carnicería Cortés, en la calle Baja, 46, de Caspe, comenzó su trayectoria a principios de los años 60 y ha pasado de generación en generación, hasta que ahora, después de 45 años, Pilar Cortés (quien lo heredó de su madre Miguela Buisán), lo pone en otras manos.

Así pues, a principios de este 2025 colocaron el cartel del traspaso, así como anuncios en diferentes plataformas de comercio de Aragón o en la Asociación Profesional de Empresarios de Caspe y Comarca. Por ahora, según cuenta Santiago, propietario junto a su mujer, “ha habido intentos y gente que ha preguntado, pero no con intenciones directas de traspasarlo”.

En ese aspecto, entiende que es un tipo de negocio sacrificado, y aunque funcione bien, no es lo que la gente busca actualmente.

Interior de la carnicería Cortés.

Interior de la carnicería Cortés. Traspasos Aragón

Años de dedicación

Tras tantos años de esfuerzo y dedicación en la localidad, la carnicería Cortés es todo un referente para los vecinos de la zona, con una clientela que valora la calidad que ofrecen en este establecimiento zaragozano.

En ese sentido, hay una fiel clientela que acude a por los productos que ellos mismos elaboran de manera artesanal: “Nuestro trabajo y nuestras ventas consistían ahora en los productos elaborados por nosotros. Es lo que la gente demandaba más, nuestras salchichas, nuestras hamburguesas, nuestra longaniza o nuestro chorizo. Solamente los hacíamos nosotros y nos ganábamos muy bien la vida”.

El negocio funciona perfectamente y por ello quieren que la actividad continúe y siga creciendo en el futuro. Además, en el anuncio describen que los dueños están dispuestos a compartir su experiencia, apoyar y acompañar a los nuevos emprendedores para que conozcan la profesión. 

Un adiós con tristeza

Ante la cercana jubilación, Santiago asegura que le da mucha pena despedirse de la carnicería: “Lo echaremos de menos porque ha sido una rutina de muchos años, el contacto directo que tenemos con nuestra clientela no se tiene ni en los supermercados ni en otros negocios. El comercio pequeño es lo que tiene”.

“Se crea un vínculo de amistad con la clientela, de familiaridad, no se trata a la gente simplemente como una clienta que te da de comer. Y eso es lo que echas de menos, porque la gente nos lo ha demostrado”, concluía el carnicero con emoción.