
Daroca.
El bonito pueblo medieval cerca de Zaragoza ideal para una escapada de fin de semana: una joya histórica
A menos de una hora en coche, este municipio sorprende a los turistas por su paisaje, su muralla y por su increíble basílica.
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Seguro que muchos lo conocen, pero seguro también que pocos han ido a visitarlo. O por lo menos eso me pasaba a mí hasta hace una semana. Se trata de Daroca, un pueblo bastante cerca de Zaragoza que es famoso por su muralla, su encanto medieval y por ser la zona escogida por Dios para guardar los Santos Corporales. Está tan cerca que a los zaragozanos se nos ocurren mil destinos diferentes antes que este.
No obstante, el municipio merece muchísimo la pena. Daroca está a menos de una hora en coche desde Zaragoza capital, lo que es ideal para una escapada breve, ¡incluso para una excursión en el día!, que es lo que hice yo hace unos días.
Una vez que se llega al municipio, hay que avanzar un poco y atravesar la muralla para llegar al Daroca medieval. Allí se puede pasear tranquilamente entre las calles y las plazas, pero, desde luego, donde uno se sorprende es en la catedral. No te esperas encontrar semejante joya en un pequeño municipio aragonés.
A decir verdad, Daroca es considerada ciudad. Cuenta con una estructura urbanística y social más desarrollada que un pueblo, con mayor cantidad de servicios y actividades, y tiene casi 2.000 habitantes. Pero cuando te adentras en el casco antiguo, la sensación es de estar en un bonito pueblo medieval.
Daroca ha sido reconocida como una joya histórica, pero, a pesar de su riqueza cultural, a menudo pasa desapercibida en comparación con otros destinos turísticos más populares. A veces no hace falta irse a Roma para sorprenderse.
Qué ver en Daroca
Daroca fue en su día una avanzadilla clave en la conquista cristiana y, más tarde, un estratégico territorio de frontera. Por ello, fue protegida con una de las murallas más impresionantes de Aragón, que llegó a superar los cuatro kilómetros de longitud. A día de hoy, aún se conservan magníficos vestigios como el Portal de Valencia, la Puerta Baja o la Puerta del Arrabal, que reciben al visitante con el mismo carácter solemne de antaño.
Pasear por sus murallas es uno de los mayores placeres que ofrece esta villa medieval. Sus torreones imponentes conducen hasta lo alto del castillo, desde donde se obtienen vistas privilegiadas de todo Daroca.

Daroca. Turismo de Aragón
Pero no todo está en lo alto: su casco histórico alberga muchos edificios catalogados, como la majestuosa basílica de Santa María, guardiana de los Sagrados Corporales, protagonistas de un milagro ocurrido en el siglo XIII. Muy cerca, las calles del antiguo barrio judío invitan a perderse entre historia y leyenda.
La riqueza religiosa de Daroca continúa con joyas como la iglesia románica de San Miguel, decorada con espectaculares pinturas murales góticas de vivos colores, y las de San Juan y Santo Domingo de Silos, ambas iniciadas en el siglo XII y finalizadas en el XIII, fusionando el románico con el arte mudéjar. Todo ello convierte al pueblo en un verdadero museo al aire libre.

Basílica de Daroca. Turismo de Aragón
Entre cuestas y callejuelas, aparecen casas señoriales como el palacio de los Luna, la antigua Casa de Canónigos o el palacio de Gil Bernabé. El antiguo Hospital de Santo Domingo acoge hoy el Museo de la Historia y las Artes. Y para los más golosos, una parada obligatoria es el Museo de la Pastelería Manuel Segura. Esta dulce tradición se celebra cada mayo con una feria dedicada al dulce y la pasta. Además, no faltan eventos como las fiestas medievales o el Festival de Música Antigua, que subrayan el alma histórica y cultural de esta localidad, incluso mencionada en el Cantar del Mio Cid.
Dónde comer en Daroca
He de confesar que en la excursión que hice a Daroca fui con bocadillos preparados en casa. Hace tan buen tiempo este mes de mayo que aprovechamos para comer en una de sus plazas. Sin embargo, echando un ojo a TripAdvisor, he encontrado restaurantes que tienen muy buena pinta, tanto que me planteo repetir la escapada solo para comer allí.
El restaurante con mejor puntuación es la posada Almudí (dos por uno, comida y alojamiento). Está ubicado en la calle Grajea y el servicio es "amable y acogedor", "excelente", se lee en algunas reseñas. La comida es casera, tienen menú diario con varios platos a elegir, entre los que suele haber carne y pescado.
En la web de la posada, se explica que es un hotel-restaurante construido tras restaurar un palacio de los siglos XV y XVI, "en cuya adecuación se han tenido en cuenta todas las comodidades que reúnen los hoteles más modernos, sin perder, en ningún momento, el encanto de un edificio realmente singular". Los comentarios dan fe de que se ha respetado el conjunto urbano, integrándose el hotel con el palacio medieval con los colores y las texturas originales.
El siguiente restaurante con buena puntuación es el Restaurante Ruejo. Tiene una nota de 3,3 sobre 5. También cuenta con menú y con varios platos para elegir. En Daroca no escatiman en generosidad. Por lo que explican en la web, los productos son de proximidad y sus mejores opciones son comidas típicas de la tierra: "Las Migas, los Quesos, las ensaladas especiales, las Borrajas, la Pasta de Trigo Duro, el Bacalao y el Cordero Asado son algunos de los platos más apreciados". Para una experiencia completamente inmersiva, comer platos aragoneses es imprescindible.
Además, este restaurante también forma parte de un hotel. Si queremos algo más moderno, Hotel Cienbalcones parece la mejor opción: "Disponemos de 29 amplias y luminosas habitaciones, de estilo muy cuidado, decoradas con muebles lacados de modernas líneas y con una iluminación muy agradable", exponen en su web.
Historia de los Sagrados Corporales de Daroca
Daroca es un destino especial también para los creyentes, pues en la preciosa basílica se guardan los Sagrados Corporales. Todo comenzó en 1239, durante la conquista cristiana de Valencia. En las inmediaciones del castillo de Chío, cerca de Luchente, las tropas cristianas de Daroca, Teruel y Calatayud, lideradas por Berenguer de Entenza, se preparaban para la batalla.
El capellán, don Mateo Martínez, celebraba misa y acababa de consagrar seis hostias cuando un ataque musulmán interrumpió la ceremonia. Para proteger las formas sagradas, el sacerdote las envolvió en un corporal y las escondió bajo unas piedras. Tras la inesperada victoria cristiana, al recuperar el corporal, descubrieron que las hostias estaban empapadas en sangre, lo que se interpretó como un milagro eucarístico.
La cuestión de dónde guardar tan preciada reliquia generó disputas entre las ciudades implicadas. Tras varios intentos de sorteo que favorecieron a Daroca, pero sin consenso, se optó por una solución singular: colocar el corporal en una arqueta sobre una mula y dejar que, guiada por la providencia, decidiera el destino. La mula emprendió un viaje de doce días, recorriendo más de 200 kilómetros, hasta que el 7 de marzo de 1239, se detuvo y cayó muerta frente al antiguo hospital de San Marcos en Daroca.
Este acontecimiento marcó profundamente a la ciudad. Para albergar los Sagrados Corporales, se construyó la majestuosa basílica de Santa María, que con el tiempo se convirtió en un importante centro de peregrinación y devoción. La festividad del Corpus Christi, instaurada por el papa Urbano IV en 1264, tiene en Daroca una celebración especial, con procesiones y actos que rememoran este milagro. Actualmente siguen allí guardados y se pueden visitar.
Para conocer más sobre esta fascinante historia, puedes ver el siguiente video: