Una mujer con un niño lanza un beso a la Virgen del Pilar durante la tradicional ofrenda de flores en el día de su festividad, a 12 de octubre de 2022, en Zaragoza, Aragón .

Una mujer con un niño lanza un beso a la Virgen del Pilar durante la tradicional ofrenda de flores en el día de su festividad, a 12 de octubre de 2022, en Zaragoza, Aragón . Fabián Simón Europa Press

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La palabra que describe la esencia aragonesa: muy común en Zaragoza pero desconocida en el resto de España

La curiosa expresión es muy popular en Aragón e incluso ha titulado un documental.

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El aragonés esconde un sinfín de palabras que para cualquier vecino de la tierra son de lo más comunes, pero que el resto de España ni conoce ni entiende. Son términos con historia, con carácter, y con un significado que va mucho más allá de las palabras.

Así que, si alguna vez escuchas a un aragonés decir que va “de propio” a algún sitio, que está “escobando” la casa o que le encantan las olivas, lo mejor que puedes hacer es seguirle el rollo y no mandarle “a escaparrar”. Paciencia, que todo se aprende.

Pero si hay un término que define la esencia de Aragón, ese es “rasmia”. La RAE lo define como el “tesón y empuje para acometer y continuar una empresa”, pero en tierras aragonesas significa mucho más. Es energía, actitud, tenacidad. Es esa fuerza con la que los aragoneses y en concreto los maños afrontan la vida y que, cuando se ponen algo entre ceja y ceja, los hace imparables.

La rasmia aragonesa

'Rasmia' es un término que se usa principalmente en Aragón y en Navarra, y que la Real Academia de la Lengua (RAE) la define como: empuje y tesón para acometer y continuar una empresa.

Este espíritu se ha convertido en bandera del Casademont Zaragoza, que en abril de 2023 tituló con este término un documental sobre su equipo femenino tras conquistar la Copa de la Reina. Y no solo eso: el entrenador del conjunto masculino, Porfi Fisac, también lo tomó como lema para su plantilla esa temporada, dejando claro que en su equipo, la rasmia no se negocia.

Pero la rasmia no solo se vive en el deporte. También es el alma de la editorial zaragozana Rasmia Editorial, que publica libros con “empuje e ímpetu”, y del espectáculo “Rasmia Show”, que en agosto llevó el carácter aragonés hasta Calahorra con una fusión de humor, música y acrobacias.

La rasmia aragonesa es el motor que impulsa a su gente a no rendirse nunca. Es ese empuje que se siente en cada rincón de la tierra, desde el esfuerzo de los agricultores en el campo hasta la pasión de los deportistas en la cancha. Es la determinación de quienes levantan negocios, de quienes defienden su cultura y de quienes, con cabezonería bien entendida, saben que rendirse no es una opción.

Otras palabras aragonesas

Más allá de este importante término, en Aragón existe una amplia variedad de expresiones típicas y que también pueden resultar curiosas o desconocidas para el resto de españoles. Entre otras curiosas palabras aragonesas, encontramos "alberge", que no es un insulto ni una palabra extraña, sino la forma de llamar al albaricoque en Aragón, diferente al resto de España.

Otra expresión común es "chipiarse", utilizada para describir cuando te mojas, generalmente en grandes cantidades, como tras un chaparrón o si te derramas una bebida encima. Si algo te da asco o te causa escalofríos, puede que escuches "dar pampurrias", una forma de expresar repugnancia o desagrado.

"Esbafar" es otra de esas palabras que no escucharás en otras regiones, y se refiere a cuando una bebida pierde el gas y, con ello, parte de su sabor. Más divertido es "esbarizaculos", una forma creativa de describir a los toboganes, combinando la palabra "culo" con "esbarizar", que significa deslizarse.

Por otro lado, "escaparrar" es un término bastante contundente, utilizado para mandar a alguien lejos de forma poco amistosa, aunque en tono de broma puede suavizarse.

Finalmente, está "zaborrero", un insulto aragonés que describe a alguien torpe o descuidado. Aunque puede usarse en broma, siempre lleva consigo una connotación de desaliño o chapucería. Estas palabras, algunas más suaves que otras, forman también parte del rico y variado vocabulario aragonés, cargado de historia y carácter.