Quiche de calabacín con queso de cabra

Quiche de calabacín con queso de cabra

Vivir

En 10 minutos y sin ensuciar: la cena proteica y deliciosa que hace mi abuela aragonesa todas las semanas

La receta se hace con varias verduras por lo que además de deliciosa y sencilla, es buena para la salud.

Más información: Ni pollo ni atún: esta es la cena favorita de mi abuela aragonesa rica en proteínas y muy fácil de hacer 

Zaragoza
Publicada

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Solo de pensar en la receta, ¡ya empiezo a salivar! He de reconocer que no soy de morro fino y que disfruto con casi todo, pero la cena que suele hacer mi abuela todas las semanas es una auténtica delicia. Lo bueno no está reñido con lo sencillo, y este plato se prepara en 10 minutos y apenas hay que manchar nada.

Últimamente, la vida se ha acelerado, y de lunes a viernes no hay tiempo (y a menudo tampoco ganas) para estar varias horas en la cocina, por lo que las recetas sencillas, rápidas y, además, buenas para la salud son codiciadas por todos.

Para una cena proteica, saciante y deliciosa, mi abuela cuenta con un gran aliado: el calabacín. Aunque no te gusten las verduras, sigue leyendo, que preparado de esta forma te solucionará la vida más de una vez.

El calabacín es una hortaliza muy versátil, podríamos decir que es incluso camaleónica, pues tiene la capacidad de hacerse pasar por lo que no es. Podemos cortarla en láminas y utilizarlas para preparar lasañas o canelones o cortarlos con un espiralizador de verduras y hacerlos pasar por espaguetis.

Aparte de las eternas cremas de calabacín o de los socorridos pistos, el calabacín se luce cuando se utiliza en pasteles o en tortillas, cuando se cocina a la plancha o rebozado y sorprende a todos cuando se utiliza crudo o en bizcochos. Un alimento que, además, aporta muy pocas calorías. Dependiendo de la forma de preparación, puede ser una hortaliza muy adecuada para dietas de pérdida de peso.

Una cena rápida y deliciosa

Una de las ventajas que ofrece el calabacín para los que no son muy amantes de las verduras es que se cocina muy rápido, algo que todos necesitamos para esos días en los que la vida no nos da para más o, simplemente, no queremos complicarnos la vida. Cuando se trata de preparar algo de cenar en un momento, una cosa que siempre triunfa en casa de mi abuela son los pastelitos salados, se hacen en el microondas y se puede aprovechar cualquier cosa de la nevera.

Para la versión de mi abuela solo hacen falta cinco ingredientes: calabacín, huevo, atún, pimientos del piquillo y queso feta. El resultado es una excelente opción para una cena ligera y equilibrada, ya que combinan proteínas de alta calidad, vegetales ricos en fibra y grasas saludables en una receta que cualquiera, aunque no sepa nada de cocina, la puede preparar con éxito.

El atún es una fuente de proteínas de fácil digestión y aporta ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular y el buen funcionamiento del cerebro. Además, contiene minerales esenciales como el selenio y el yodo, que favorecen el metabolismo y la función tiroidea.

El queso feta y los huevos suman proteínas de alta calidad y grasas saludables. El queso feta, aunque en cantidades moderadas, proporciona calcio y fósforo, esenciales para la salud ósea. Los huevos, además de ser una excelente fuente de proteínas completas, contienen colina, un nutrientes clave para el funcionamiento de nuestro cuerpo.

El calabacín y los pimientos del piquillo aportan fibra, vitaminas y antioxidantes sin sumar apenas calorías. El calabacín es un vegetal con muy poca densidad calórica, pero rico en agua y micronutrientes como el potasio y la vitamina C, que contribuyen a la hidratación y al equilibrio de los líquidos en el organismo.

Los pimientos del piquillo, por su parte, aportan un alto contenido de vitamina C y carotenoides, que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a combatir el estrés oxidativo. Aunque someter los alimentos a temperaturas altas hace que se pierdan parte de los nutrientes, el breve tiempo de cocinado en microondas permite que se conserven mejor que con otros métodos de cocción.

Pastelitos de calabacín

Ingredientes

  • 2 latas de atún
  • 1 calabacín mediano
  • 6 pimientos de piquillo
  • 3 huevos
  • Queso feta
  • Aceite, sal y pimienta

Paso 1

Escurrimos bien el atún y lo desmenuzamos con ayuda de un tenedor. Lavamos el calabacín y lo cortamos en cubos pequeños. Picamos finamente los pimientos del piquillo y desmigamos el queso feta.

Paso 2

Ponemos el calabacín picado en un recipiente apto para microondas, lo salpimentamos y lo cocinamos a máxima potencia durante 3-4 minutos, removiendo a la mitad del tiempo para asegurar una cocción uniforme. El tiempo total dependerá de la potencia de cada microondas y del tamaño que tengan los trocitos de calabacín.

Paso 3

En un bol grande, batimos los huevos y añadimos el atún desmenuzado, los pimientos picados, el queso feta y el calabacín cocido con cuidado de no añadir el líquido que éste hubiera podido soltar. Mezclamos todo bien y sazonamos con sal y pimienta al gusto.

Paso 4

Engrasamos moldes de silicona de los que se usan para hacer muffins y magdalenas o, si se prefiere, dos moldes individuales aptos para microondas. Repartimos la mezcla en los moldes elegidos y cocinamos en el microondas a máxima potencia de 2 a 4 minutos, hasta que los pastelitos estén cuajados y firmes. (El tiempo total dependerá de la potencia del microondas utilizado y del tamaño del molde).

Paso 5

Dejamos reposar unos minutos antes de desmoldar con cuidado. Servimos los pastelitos calientes. Pueden acompañarse con una ensalada de hojas verdes.

¿Y sí no tengo esos ingredientes?

Preparar una cena rápida es algo que va ligado a utilizar ingredientes que tengo en casa en ese momento; si para hacer una receta, tengo que bajar al super a por tres ingredientes, ya no es una receta rápida. Por esta razón, me gusta más pensar en ideas de cenas, que pueden servir como base para que cada uno las adapte a su situación, que hablar de recetas en las que no hay opción de cambiar nada.

Estos pastelitos salados pueden adaptarse fácilmente según los ingredientes que tengamos en la nevera. Si nos falta el atún, podemos sustituirlo por otra proteína como un poco de pollo asado desmenuzado, taquitos de jamón cocido o fiambre de pavo, tofu ahumado o, incluso, legumbres, como un puñado de guisantes o garbanzos cocidos para una versión vegetariana. En caso de no tener calabacín, podemos usar otras verduras de textura similar, como berenjena, o champiñones previamente salteados o cocidos.

En vez de pimientos del piquillo, cualquier pimiento asado o incluso tomate seco hidratado pueden aportar ese toque de color y un extra de sabor. El queso feta puede reemplazarse por otro queso que tengamos en casa, como queso fresco, mozzarella o cualquier otro queso rallado.

Los huevos son más difíciles de sustituir, pues son los que nos permite formar la estructura de los pastelitos, pero si no los tenemos o queremos una versión vegana, podemos sustituirlos por una mezcla de harina de garbanzo con agua o una cucharada de semillas de chía o lino hidratadas. Pero, si no tienes huevos en casa (y no eres vegano), yo te recomiendo pedirle un par al vecino, y pasar al día siguiente por el súper y hacerte con una docena.