David Arranz, diputado de VOX en las Cortes de Aragón
"Delincuente" es la persona que comete delito o delitos. Y los llamados '6 de Zaragoza' fueron condenados hasta por tres tribunales distintos por delitos muy graves, y algunos en su forma agravada, que fueron: atentado, desórdenes públicos, lesiones a policías y daños en el mobiliario urbano y en bienes privados.
Estos son la Audiencia Provincial de Zaragoza, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y el Tribunal Supremo. Contaron con procesos judiciales con todas las garantías legales, y, en los tres casos, fueron condenados a penas, entre otras, de prisión. Condenas de 6 años, 7 años y 4 años con 9 meses de prisión, respectivamente.
El largo periplo judicial, con sus correspondientes apelaciones, terminó en el Tribunal Supremo la mencionada sentencia condenatoria a pena de prisión de 4 años y 9 meses para los cuatro mayores de edad y medida de libertad vigilada y multas económicas para los dos menores de edad, además de las obligaciones legales de hacerse cargo de las responsabilidades económicas derivadas de los delitos, indemnizaciones por lesiones, secuelas, daños o días de baja de los policías heridos.
Todas las sentencias se fundamentaron en pruebas de cargo: testificales de policías lesionados y presentes en los hechos, partes médicos, grabación de los incidentes, etc.
Todo ocurrió el 19 de enero de 2019, cuando la formación política VOX se disponía a celebrar un acto en el que participaría Santiago Abascal, entre otros, en el Auditorio de Zaragoza. Acto que, dicho sea de paso, se terminó celebrando con gran éxito y lleno absoluto de público.
Pues bien, para la extrema izquierda y grupos ‘antifascistas’ -de capucha y algarada callejera- que un partido legal, actualmente la tercera fuerza política nacional y en Aragón, pretendiera realizar un acto político, les suponía una ‘provocación fascista’ y, sin asistir ni escuchar, ya intuían que entre ‘discurso de odio’ y olor a azufre transcurriría el evento.
Para estos extremistas, lo de la libertad de expresión y opinión, el pluralismo político, la igualdad ante la ley y la tolerancia, sólo es aplicable a los que pasen su sectario filtro ideológico.
Convocaron una ‘concentración antifascista’, que obligó a la policía a actuar, no permitiendo que acosaran a simpatizantes de VOX, que libremente acudían al acto, y que pudieron “embolsar” a estos violentos para conducirles hacia la ciudad universitaria. Lugar donde dieron rienda suelta a su violencia, lanzamiento de piedras y adoquines, agresión a policías, y quema de contenedores, así como demás actos que suelen perpetrar, supuestamente por la libertad, la democracia y la tolerancia.
El resultado fue media docena de policías heridos, de diversa consideración. Y, una vez disueltos los aguerridos manifestantes, fueron identificados y detenidos por la zona seis de ellos.
Acabaron entrando en prisión los cuatro mayores de edad. Durante todos estos años se sucedieron manifestaciones, concentraciones, actos festivos, manifiestos suscritos por la progresía perroflaútica habitual, incluso una recogida de fondos. Hasta una representación de 'papis antifascistas' acudieron a las Cortes de Aragón a despotricar contra jueces, policías y fiscales, a los que tildaron de fascistas. Todo era una conspiración fascista y del estado profundo contra sus hijos, unos "santos infanticos del Pilar".
Pedían la absolución, uniéndose a otras causas, como la de Alfon, radical de izquierdas preso por transportar explosivos caseros; o los de Alsasua, batasunos que agredieron a guardias civiles de paisano con sus parejas, y demás "revolucionarios por la paz y el amor".
Al final, recientemente, ha llegado el indulto para dos de los encarcelados, Javichu (militante de Anticapitalistas) y Adrián, tras poco más de un año de prisión. Un indulto que anunció sonriendo en sala de prensa del Gobierno de España la portavoz Pilar Alegría.
El Consejo de Gobierno, al parecer con informe favorable de Fiscalía y del Tribunal Supremo, les concedió el indulto y les puso en libertad. Resulta paradójico que estos bravos antisistema se vean beneficiados e indultados por ese mismo "sistema opresor": por el Gobierno y con el beneplácito de Fiscalía y el TS, al que hace nada tildaban de "terriblemente facha".
Ninguna sorpresa del Gobierno de Sánchez, que ya amnistió a golpistas separatistas y violentos, que tiene como socios a los herederos de ETA, o que permitió y aplaudió a los violentos manifestantes propalestinos que nos avergonzaran internacionalmente, reventando el final de la Vuelta Ciclista a España.
El indulto es una figura anacrónica (regulada en una ley de 1870, reformada en 1988) y que es utilizada, generalmente, por los Gobiernos de turno, por el bipartidismo, con intereses políticos y partidistas. Que desautoriza al poder judicial, como una grave injerencia en la administración de justicia.
Este indulto, tras la movilización de la extrema izquierda y del mundillo progre, para el Gobierno de Sánchez, seguramente que no es más que otra cortina de humo para distraer la atención y el foco mediático de sus innumerables casos de corrupción familiar, moral, partidista y política; y para comer la tostada política a los partidos que se sitúan más a la izquierda del PSOE.
Si bien, para VOX, este indulto significa una llamada de atención, una más, que nos obliga a extremar las precauciones y cautelas, porque el mensaje que se manda es claro: la violencia contra VOX sale barata, hay "barra libre" para la izquierda y todo vale para acallar el discurso de VOX.
Aunque no tenemos miedo y no reblaremos. Como afirmó Víctor Hugo: "No hay nada más poderoso que una idea cuyo tiempo ha llegado".
Y nuestro tiempo ha llegado.