Estamos viviendo un verano trágico en cuanto a accidentes laborales en Aragón, especialmente este mes de agosto. En lo que va de año 25 trabajadores han fallecido en Aragón en accidentes laborales, siete más que en el mismo periodo del año pasado.

Cada accidente es distinto y las causas son múltiples, pero hay fallos evitables y estos números nos deberían hacer reflexionar. También estamos viviendo un verano extremadamente cálido, con incendios que asolan gran parte del noroeste de España. Más allá de la bronca política, los incendios han puesto sobre la mesa la necesidad de reforzar la gestión antiincendios y el cuidado de los montes durante todo el año.

Este contexto es un buen momento para reivindicar la importancia de la prevención y de la seguridad laboral. Nos solemos acordar de la prevención cuando es tarde, cuando la tragedia ya se ha producido, cuando las llamas queman el bosque o cuando lamentamos el último accidente laboral mortal. Tanto las empresas como la Administración suelen ser reactivas: reaccionan a posteriori, para intentar dar respuesta a una situación sobrevenida. Nosotros pedimos que sean preventivas.

La prevención salva vidas y repercute directamente en el bienestar de los trabajadores. La prevención debería ser un asunto capital y fundamental, no el último apartado al que nadie hace mucho caso. Es necesario invertir más en prevención y que haya un cambio de mentalidad por parte de todos: Administración, empresas y trabajadores.

Tenemos normativas, leyes y protocolos sobre prevención de riesgos laborales (la más importante, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, de 1995), pero no siempre se cumplen y muchos están desactualizados. Reclamamos más recursos para la prevención, actualización de la normativa, seguimiento de su cumplimiento, más inspecciones y más formación en prevención. También pedimos que se hagan manuales de acogida para los nuevos trabajadores, sin olvidar la prevención en riesgos psicosociales.

Para CSIF, la prevención es fundamental y participamos de manera activa y crítica en los comités de seguridad y salud laboral. Hemos denunciado en distintas ocasiones a la Inspección de Trabajo para exigir más seguridad para los trabajadores.

Por ejemplo, recientemente desde CSIF denunciamos a la Inspección la inacción del hospital Miguel Servet para prevenir los riesgos de los trabajadores en contacto con el formol. Más de 150 trabajadores del hospital están en contacto con esta sustancia calificada como cancerígena por la Organización Mundial de la Salud. En este caso, CSIF reclama medidas de protección colectivas como las envasadoras automáticas.

Fenómenos climáticos extremos

El calor y el frío son factores de riesgo para los trabajadores. Cada vez vamos a vivir más fenómenos climáticos extremos, que nos ponen a prueba y nos amenazan: incendios, danas, tormentas, inundaciones, altas temperaturas. Este verano estamos viviendo varias olas de calor, que afectan directamente a la salud laboral y los riesgos para los trabajadores.

Las empresas y la Administración se están adaptando al calor, por ejemplo con la aprobación del Real Decreto-ley de 2023 de medidas de protección para los trabajadores expuestos a temperaturas extremas, pero denunciamos que en muchas ocasiones se incumple.

La normativa marca que la temperatura máxima para trabajos en interiores es de 27 grados. En numerosos centros públicos y privados se ha superado con creces los 30 grados en interior este verano. Llevamos varios años denunciando esta situación en los centros escolares, que en mayo, junio y septiembre soportan temperaturas extremas en situaciones indignas. Reclamamos un protocolo específico de calor para los centros escolares y un plan de infraestructuras para adaptar los centros y patios a las altas temperaturas.

Otro lugar donde se incumple de manera sistemática el decreto de temperaturas en el centro de trabajo es la estación de Delicias, tanto en verano como en invierno. Desde CSIF hemos ido este verano a vigilar y comprobar este incumplimiento. Los vigilantes de seguridad que trabajan en la estación están sometidos a temperaturas extremas, sin poder resguardarse en ningún espacio. Apoyamos a los trabajadores y pedimos protocolos actualizados.

Para trabajos en exteriores, la ley contempla adaptar horarios o suspender tareas si hay alerta roja o naranja. También establece que las empresas deben tener un plan preventivo incluyendo recursos como agua, sombra o ventiladores. En CSIF debatimos este tema en numerosas pequeñas y medianas empresas, como recientemente en Z+M (la empresa que gestiona los parquímetros de Zaragoza).

Aquí hemos solicitado que se actualizara el protocolo de calor, que contemplaba 60 céntimos para cada trabajador en días de temperaturas extremas para que pudieran comprar agua fresca durante su jornada laboral. La respuesta de la empresa ha sido subir esa cantidad a 80 céntimos. Nos parece ridículo y claramente insuficiente. Es una muestra más de que la prevención aún no se toma en serio.

*Mar Ramos, responsable de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF Zaragoza