Instalación de Voeral

Instalación de Voeral

Economía

De un pueblo de Zaragoza a todo el mundo para medir el viento: "Tuve que mirar en Google Maps dónde está Isla Reunión"

Voeral, fundada en 2003, ya ha estado presente en más de 40 países por todo el planeta, desde Chile hasta Jordania, pasando por Senegal, Azerbaiyán o Marruecos

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Zaragoza
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Villanueva de Gállego es una pequeña localidad a unos diez kilómetros al norte de Zaragoza, a la que está unida gracias a la autovía A-23, con alrededor de 5.000 habitantes. Sede de una universidad privada desde hace 20 años y con el atractivo que le otorga el entorno de la capital, su nombre saltó a la fama internacional desde que Amazon Web Services la escogió para ubicar uno de sus centros de datos y su posterior ampliación.

Pero más allá de los grandes nombres y proyectos, Villanueva también acoge otras empresas que pelean por su hueco y que llevan el nombre de Aragón por el resto del mundo. Es el caso de Voeral, fundada en 2003 y que ya ha estado presente en más de 40 países por todo el planeta, desde Chile hasta Jordania, pasando por Senegal, Azerbaiyán o Marruecos.

Voeral se dedica a la instalación de torres, sensores y sistemas para la medición del viento y otros parámetros ambientales. Son una pieza necesaria dentro del puzzle de las energías renovables, ya que, a partir de sus datos, las compañías deciden el lugar idóneo para implantar los parques eólicos.

Prácticamente desde sus inicios comprendieron el potencial de vender en el exterior. La primera parada fue Francia, un mercado “muy exigente”, pero, como recuerda su gerente, Raúl Gascón, ahí aprendieron lo que es vender en el exterior. “Jugar fuera quiere decir competir con empresas locales. Todas las empresas que había ahí eran francesas y nosotros, los españoles, fuimos ahí. Es verdad que entramos por precio, pero al final nos hemos quedado por calidad”, expone.

De ahí, salieron a otros países, desde Italia, Portugal o Bélgica, hasta llegar a Jordania, Azerbaiyán o Senegal, además de lugares recónditos como Islas Mauricio o Isla Reunión, o un rincón de Marruecos al que tuvieron que llegar en burro. “Aprendimos mucho en Francia pero, luego, cada mercado nos ha enseñado a ser mejor empresa, a estar preparados para otros mercados distintos”, ha apuntado Gascón.

Así, 2020 fue un punto de inflexión, después de un parón de la actividad por la pandemia, acumulando crecimientos anuales del 20% pese a todos los problemas del comercio internacional en los últimos años. Actualmente, su facturación se divide prácticamente a partes iguales entre el mercado nacional y el extranjero, pese a que la exportación llegó a suponer el 95% durante los peores momentos de la crisis de 2008.

Ello les ha llevado incluso a crear dos divisiones, Voeral Solar y Voeral Construction, destinadas a la instalación de estaciones de medición solar y a la ejecución de obras civiles en parques eólicos y solares.

Todo este camino les ha llevado a ser reconocidos por la Cámara de Comercio de Zaragoza con uno de sus Premios a la Exportación, que ven como “una validación de todo el camino que hemos recorrido”.

E invitan a todas las empresas a iniciar ese mismo camino, sin miedo, pero con las ideas claras. “Tú tienes que ir a otro país y tienes que aportar un valor. Y, sobre todo, escuchar al país, aprender y adaptarse. Exportar no es vender fuera, es mucho más”, ha zanjado Gascón.