
El Príncipe Felipe en la clausura. E.E.
Zaragoza celebra el triunfo del Praga sobre el Mersin turco en la despedida de su primera Final Six de baloncesto
El pabellón Príncipe Felipe, con 4.300 espectadores en la grada, ha vibrado con la final de la Euroliga femenina.
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Zaragoza concluye con un broche de oro su primera vez como sede de la Final Six de la Euroliga femenina. 4.287 espectadores han vibrado en el pabellón Príncipe Felipe gracias a una final de mucho talento, intensidad y emoción. En la última jornada de la mayor competición del baloncesto femenino, el Praga ha conquistado la corona imponiéndose por 53 - 66.
El CBK Mersin de Turquía y el USK Praha se enfrentaban este domingo 13 de abril en la final de la Euroliga femenina, tras superar a Valencia Basket y al Fenerbahçe en las semifinales del pasado viernes. Los aficionados zaragozanos tenían claro cuál era su favorito esta noche, el cuadro checo. Por tanto, la victoria de las de Natalia Heljkova se ha vivido como un gran triunfo anfitrión.
Incluso, el resto de seguidores de otros conjuntos presentes en el pabellón, mostraban su apoyo a las checas, más que por afinidad, por falta de esta con el equipo turco, protagonista absoluto de la competición por los incidentes con su presidente el primer día de competición.
Las gradas tenían diversidad de colores. No faltaban los rojillos, con importante presencia de camisetas del Casademont Zaragoza, aunque también el naranja teñía el feudo aragonés con aficionados de Valencia Basket, que había perdido un rato antes su partido por el bronce frente al Fenerbahçe (49-59). Banderas de España o de República Checa completaban la escena.
Por supuesto, en el Príncipe Felipe también estaba la plantilla del Casademont Zaragoza, así como otras jugadoras de la Liga española. Todas ellas, muy aclamadas por los fans. En especial, Iyana Martín, de Perfumerías Avenida, era la más fotografiada.
Un partido emocionante
En cuanto al partido, el Praga comenzaba enchufado con un parcial de 0-7. Lideradas por Ayayi, sus triples eran muy celebrados en Zaragoza, que ovacionaba a Maite Cazorla. El resultado se igualaba, pero con otro arreón de las de República Checa, el primer cuarto finalizaba 17-24.
En el segundo acto, el cuadro que figuraba como visitante se imponía con claridad y en el descanso del partido tenía una ventaja de 13 puntos (29-42).
Sin embargo, una final es una final y nunca hay que confiarse. Praga se desconectaba y a Mersin le salía todo. La reacción iba a más, recortando distancias hasta el empate a 42, con un parcial de 13-0.
De hecho, las checas tardaban ocho minutos en volver a anotar. Entonces, el triple cuando se acababa la posesión de Vyoralova era tremendamente celebrado por la grada. 42-49 era el marcador al final del tercer cuarto, dejando el título por decidir para el último cuarto.
Entre tanto, ni una afición ni otra se cansaba de animar a las suyas. Los cánticos de “USK” se escuchaban sin cesar, también el de “defense, defense” por parte de los otomanos.
Para el desenlace, tensión, emoción, sufrimiento… Y triples. Praga no iba a dejar escapar el choque y principalmente, el anotado por su jugadora Vyoralova levantaba a los presentes. Era el 53-61 con 3 minutos por delante. A partir de ahí, Mersin no lograba anotar y un sonado “oe” retumbaba cuando quedaba un minuto y Praga conseguía el 53-66, marcador definitivo.
El tiempo se consumía y el pabellón Príncipe Felipe se ponía en pie para aplaudir a las campeonas, que se abrazaban sobre la pista.
La gente presenciaba volcada la ceremonia de clausura, aplaudiendo especialmente a las jugadoras españolas campeonas.
Tras levantar el trofeo, Zaragoza se despedía de unos días con el mejor baloncesto en su ciudad, sabiendo que el próximo año podrá volver a disfrutar del espectáculo, y ojalá, con Casademont Zaragoza en la pelea.