Sergio Vila-Sanjuán con su novela 'Misterio en el barrio gótico' en Zaragoza.

Sergio Vila-Sanjuán con su novela 'Misterio en el barrio gótico' en Zaragoza. E.E

Cultura

Sergio Vila-Sanjuán: "Quería mostrar cómo Barcelona reinventa su pasado, resaltando unos hechos y olvidando otros"

El escritor publica una novela negra con el barrio gótico de Barcelona como telón de fondo.

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Zaragoza
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En el corazón del barrio gótico de Barcelona late un misterio literario reconocido con el Premio de Novela Fernando Lara 2025. Su autor, Sergio Vila-Sanjuán, periodista y escritor de larga trayectoria, combina en 'Misterio en el Barrio Gótico' el pulso del thriller con la mirada de un erudito que conoce cada rincón de la ciudad y su memoria.

Vila-Sanjuán se mueve con la naturalidad de quien ha habitado durante décadas la cultura barcelonesa, pero sin perder sencillez ni cercanía. En la conversación, se muestra discreto, ameno y humilde, lejos de la solemnidad académica que podría esperarse de un miembro de la Real Academia de Buenas Letras.

El Barrio Gótico, escenario central de la novela, no es un simple decorado. Para el autor, es un personaje con memoria propia, capaz de condensar siglos de historia y de reflejar las transformaciones sociales que ha vivido Barcelona, desde la grandeza de la Corona de Aragón hasta el vértigo turístico posterior a los Juegos Olímpicos de 1992.

Sergio Vila-Sanjuán en Zaragoza.

Sergio Vila-Sanjuán en Zaragoza. E.E

En su relato no faltan guiños a la gran literatura de intriga cultural. Aunque reconoce la huella de autores como Umberto Eco o Arturo Pérez-Reverte, insiste en que lo que propone es una mirada personal. “Intento aportar mi mundo y mi generación”, afirma, convencido de que la emoción de descubrir la ciudad es lo que da vida a la trama.

A sus 68 años, Vila-Sanjuán no piensa en la jubilación. Sigue al frente del suplemento cultural de La Vanguardia y se muestra satisfecho de poder trabajar en lo que ama: escribir, investigar y contar historias. Hemos podido hablar con él en Zaragoza de su última novela.

Entrevista a Sergio Vila-Sanjuán

¿De dónde surge la idea de ambientar la historia en el barrio gótico de Barcelona?

El barrio gótico es el corazón de la ciudad vieja de Barcelona, muy atractivo para el turismo y cargado de historia. Mi vínculo con el barrio viene de la infancia, de las historias que me contaba mi padre y de mi pertenencia a la Real Academia de Buenas Letras Barcelonesa.

He ido estudiando cosas que pasaron y he ido entendiendo cómo se transformó en lo que es ahora, porque es un barrio que aunque tiene edificios originales de la Edad Media, tuvo un proceso muy fuerte de reconstrucción, de reforma y de cambio para que tuviera un aire aún más medieval.

Entonces, lo que no les gustaba lo arreglaron; por ejemplo, la Catedral de Barcelona, que es medieval, tenía una fachada que era muy sosa. Y entonces, en 1890, un banquero barcelonés le hizo una fachada gótica, que es esa que hay ahora.

Algunos edificios que estaban fuera del barrio los llevaron piedra a piedra para remarcar ese carácter medieval. Incluso en el año 1928 se hizo un puente, el puente del obispo, que parece medieval y era de la época, y aún en 1960 se hicieron algunas fuentes con aire medieval que eran contemporáneas de los Beatles. O sea, que el barrio gótico de Barcelona en parte es real y en parte es una gran reconstrucción, es como una gran fantasía medieval.

¿Cómo combinas los elementos documentados de la ciudad con la fantasía en la novela?

La novela mezcla misterio y thriller con componentes fantásticos, como el fantasma de un amigo del protagonista. Combino investigaciones actuales con episodios del pasado, incluyendo elementos históricos, culturales y arquitectónicos, para crear una trama original que no sea solo detectivesca, sino también un viaje por la memoria y la identidad de la ciudad.

Quería utilizar un personaje que ya había utilizado en una novela anterior, que es un periodista ya veterano, y enfrentarle a un par de investigaciones que se desarrollan en nuestra época, una relacionada con una vieja hippie que había desaparecido y que surge a la búsqueda, y por otro lado ver cómo historias del pasado, en algún caso del pasado muy lejano, iban entrando en la trama de la novela.

Entonces, ir combinando las investigaciones actuales y los episodios del pasado para que de este modo el libro tuviera unos elementos que lo hicieran original, que no fuera una simple trama detectivesca, sino que también tuviera elementos históricos, culturales, arquitectónicos… Me parecía interesante.

Hablando de ese periodista veterano, ¿quién es Víctor, el protagonista, y qué aporta su perspectiva?

Víctor es un periodista veterano, cercano a la jubilación y con buenas conexiones en la sociedad y política barcelonesa. El personaje permite mostrar tanto los ambientes exclusivos como los más populares de la ciudad.

Le acompaña el fantasma de un viejo amigo, que representa la pérdida y la complicidad insustituible de la juventud. Hay mucho de mí en él, desde la vestimenta y gustos musicales hasta reflexiones autobiográficas, aunque también lo distingo en aspectos familiares y personales. Victor es un solterón y yo padre de familia.

Me resultaba muy atractivo plasmar cómo una ciudad reinventa su propio pasado, intensifica unos episodios y en cambio ignora otros.

¿Por qué es imprescindible el barrio gótico para el misterio de la novela?

El barrio gótico es un personaje más; no existe ninguna novela que lo utilice de manera integrada como escenario total.

Además, me resultaba muy atractivo plasmar cómo una ciudad reinventa su propio pasado, intensifica unos episodios y en cambio ignora otros. Esta relación con la historia la tienen las ciudades y también la tenemos nosotros, los humanos.

Por un lado, al internarse en el misterio en el barrio gótico, el protagonista entra en la memoria de la ciudad y, al seguir la pista de esta madre hippie desaparecida hace 40 años, se adentra en el pasado de su propia generación, que es la mía: ¿qué pasó a la gente nacida en los 50 y primeros 60, que vivimos la transición, que vivimos los años 80 con esa carga de diversión, de intensidad, pero que también tenía sus partes malas, las adicciones, la gente que se salía un poco del carril?

Quería que estas cosas, insisto, con una trama detectivesca, que es lo que permite que la novela avance y atrape al lector, fueran a parar al mismo documento.

¿Por qué aparecen personajes históricos como Jaime I, la Corona de Aragón y otros en la novela?

Mi formación es de historiador y me interesa reivindicar episodios poco conocidos de la Corona de Aragón, como el atentado a Fernando el Católico y la ceremonia del Toisón de Oro con Carlos I. Abordo estos hechos por su peso en la historia de Barcelona y para dar contexto cultural, sin intención de hacer una reivindicación política directa, aunque sí aprovecho su valor enigmático y literario para la trama.

¿Qué papel tiene la turistificación y cómo la tratas?

Abordo el profundo cambio de Barcelona tras las Olimpiadas de 1992, cuando la ciudad pasó de un turismo profesional a una masificación turística. La turistificación modificó radicalmente el centro histórico, con la pérdida de comercios tradicionales y la aparición de tiendas para turistas.

Es un fenómeno complejo y global, presente en otras grandes ciudades, y lo incluyo como trasfondo, no como tesis principal. Realmente es un problema que la ciudad deje de ser ella para adaptarse al turismo, pero yo no tengo la solución.

Creo que en la literatura un libro solo tiene sentido cuando solo lo podía haber escrito ese autor

¿Qué tradición literaria inspira la novela y qué la diferencia de otras del género?

Aunque tengo amistad y cariño por Carlos Ruiz Zafón, mi referencia es Umberto Eco y el thriller cultural que en España desarrolla Pérez Reverte.

Mi novela combina misterio con carga cultural e histórica, esperando ofrecer un mundo personal y único que sólo yo podría escribir.

¿Qué encontrará el lector diferente respecto a otras novelas de misterio histórico?

Yo intento primero que el lector tenga un buen rato. Intento transmitir un mundo que es mío, o sea, que solo es mío. Creo que en la literatura un libro solo tiene sentido cuando solo lo podía haber escrito ese autor. Si tú haces un libro que lo podría haber escrito cualquier otro, entonces no es funcional, no tiene alma. Hay que poner tu propia personalidad.

El protagonista es ya veterano, rozando la jubilación. Es un tema que cuando se acerca, a muchos les preocupa, ¿qué piensa usted y algún consejo personal al respecto?

No tengo especial interés en jubilarme: disfruto con mi trabajo en el suplemento de cultura de ‘La Vanguardia’ y valoro la oportunidad de seguir aprendiendo y relacionándome.

Recomiendo intentar mantener el trabajo si resulta gratificante, y buscar otros intereses si no es así; lo fundamental es estar satisfecho con la trayectoria personal.