Ruth Bravo, concejal de Juventud en el Ayuntamiento de Zaragoza, en la Zona Joven de la Azucarera. Zaragoza
Ruth Bravo, concejal de Juventud en Zaragoza: "No se están desmantelando las políticas de juventud"
La edil defiende que este nuevo modelo es "una transformación necesaria", en una entrevista con EL ESPAÑOL DE ARAGÓN.
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El cierre de siete Zonas Jóvenes en distintos barrios de Zaragoza ha encendido el debate sobre las políticas municipales de juventud. Familias, colectivos vecinales y profesionales del sector han criticado la medida y han alertado de la pérdida de espacios de referencia para la adolescencia.
Desde el Ayuntamiento de Zaragoza, la concejal de Juventud, sin embargo, defiende que este nuevo modelo es "una transformación necesaria" para adaptarse a las nuevas realidades y necesidades de los jóvenes. Y así lo ha explicado en una entrevista a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN.
Tras el cierre de siete Zonas Jóvenes y las protestas de familias y colectivos, ¿cómo responde a quienes acusan al Ayuntamiento de "desmantelar" un modelo de referencia e integración para la juventud de Zaragoza?
No lo veo como un desmantelamiento, sino como un cambio de modelo. Las zonas jóvenes son solo uno de los programas del Servicio de Juventud y no están teniendo el impacto social que necesitamos. No hablamos de rentabilidad económica, sino de rentabilidad social.
Este programa viene de los años 90 y nunca se había revisado. En este tiempo, los barrios han cambiado mucho y ahora existen muchos más equipamientos municipales donde los jóvenes pueden estar y participar. No estamos quitando espacios, estamos generando otros nuevos, más atractivos y acordes a la realidad actual.
El año pasado se cerró la zona joven de Oliver y este año otras siete. ¿Se plantean cerrar alguna más?
Ahora mismo estamos en ese proceso de cambio. Lo que hemos hecho ha sido cerrar siete zonas que están en el área de influencia de los dos grandes equipamientos que el Servicio de Juventud ha puesto para la ciudad.
Y, además, la mayoría de ellas están en equipamientos municipales donde se seguirán ofreciendo actividades estables. Insisto, no se está desmantelando nada: el presupuesto de Juventud ha aumentado un 6,65%. Cada euro que gastemos debe tener rentabilidad social y de impacto.
Algunos colectivos vecinales, AMPAs, profesionales e incluso los jóvenes han criticado la falta de diálogo y transparencia en esta decisión. ¿Cómo responde a las acusaciones de que el proceso se ha hecho “de espaldas” a la ciudadanía y sin escuchar a los profesionales del sector?
Creo que esas críticas no se sostienen con datos. Tenemos más de 4.000 aportaciones del proceso participativo de la Estrategia Joven 2030, frente a las 400 que tuvo el último Plan Joven del anterior gobierno.
Cualquier joven podía hacer aportaciones a través de la plataforma abierta. No hemos ocultado nada. Además, ahora pondremos en marcha un laboratorio permanente para revisar todos los programas del Servicio de Juventud junto a los propios jóvenes, y adaptarlos si no tienen el impacto deseado.
"El dato mata el relato"
Respecto a los datos, usted ha mencionado muchas veces la frase de "el dato mata el relato" mientras que los colectivos y trabajadores aseguran que esos números son falsos. ¿A qué se debe esa discrepancia?
Son datos que aportan las propias zonas jóvenes. Decir que son falsos es una acusación grave. Muchas actividades tienen cero inscripciones, y eso demuestra que no están interesando a los jóvenes. Por eso necesitamos revisar el modelo y ofrecer propuestas que realmente les atraigan. Los espacios siguen ahí y estarán para quien quiera simplemente estar, pero tenemos que garantizar que lo que se ofrezca tenga sentido para ellos.
Se ha hablado del nuevo modelo, pero no se ha entrado en mucho detalle sobre cuáles son sus beneficios y qué servicios o actividades se va a ofrecer a los jóvenes. ¿Podría detallarnos un poco más?
El nuevo modelo busca concentrar recursos para ofrecer actividades gratuitas, de calidad y que resulten realmente atractivas para los jóvenes. Queremos implicarles en el diseño de los programas, reforzar su participación y generar espacios abiertos, flexibles y conectados con la ciudad.
Problemas actuales
Además de ocio, ¿qué otros problemas está abordando la nueva estrategia?
Uno de los principales problemas que detectan los jóvenes, según el CIS, es la vivienda. Estamos destinando 1,6 millones de euros a ayudas de emancipación y creando un parque de vivienda en alquiler asequible en colaboración con el Gobierno de Aragón.
Y otra cosa: tan mal no lo estaremos haciendo cuando el Ministerio de Sanidad, a través del Plan Nacional sobre Drogas, nos ha concedido la segunda mayor subvención de toda España, más de 254.000 euros. Por algo será.
Dada la contestación que se está dando, ¿se plantean dar un paso atrás o buscar otras alternativas que acerquen posturas?
Siempre me he sentado a hablar, pero cuando la respuesta es un "no" por sistema... es difícil avanzar cuando te oyen pero no te escuchan. Además, hay que distinguir: muchas de las protestas vienen de problemas laborales entre empresas y trabajadores de las contratas, no de los propios jóvenes.
Y que quede claro: en Zaragoza siguen activos 60 espacios, 20 zonas jóvenes clásicas y 40 escolares.
Y, ¿se podría dar solución a algunas de las quejas principales? Como, por ejemplo, la de los largos desplazamientos que van a tener que hacer algunos jóvenes hasta los centros del Túnel y la Azucarera.
Los jóvenes tienen autonomía y capacidad para moverse por la ciudad. No debemos infantilizarlos. Lo importante es que los nuevos equipamientos sean atractivos y tengan contenidos que les interesen, no solo la proximidad física.
PIEES
Otro de los asuntos es el tema de los PIEES, cuyos pliegos se han quedado dos veces desiertos, ¿cuál cree que ha sido el motivo?
No es algo inusual que un contrato quede desierto. Además, no ha sido al 100 %. Hay que recordar que estamos hablando de ocio alternativo y saludable. Curiosamente, los programas para jóvenes de educación especial no solo no han quedado desiertos, sino que han duplicado sus horas y profesionales.
Los pliegos han sido muy trabajados por los servicios técnicos y buscan garantizar un ocio de calidad, no fijar condiciones laborales, que es lo que algunas empresas reclaman. Nuestro objetivo es el bienestar de los jóvenes.
Los trabajadores le acusan de precarizar sus condiciones laborales y reclaman que esas 30 horas que se ha ampliado el servicio no son exclusivas para atender a los jóvenes.
Hemos establecido 30 horas presenciales en los centros, porque es allí donde están los jóvenes y donde hay que atenderlos. Antes había profesionales que no acudían dos días por semana, porque así lo señalaban los pliegos. Ahora, con seis horas diarias se cubre toda la franja en la que los jóvenes están en el centro.