El parque desde arriba, donde se puede ver la gran Noria.

El parque desde arriba, donde se puede ver la gran Noria. El Parque de Atracciones. Zaragoza

Zaragoza

El Parque de Atracciones a examen: Zaragoza hará un chequeo de la mitad de las atracciones actuales

El objetivo es detectar cualquier signo de desgaste, daño o anomalía que pueda comprometer la seguridad de los usuarios.

Más información: Bronca en el Ayuntamiento por la ampliación del Parque de Atracciones: "Es una aberración contra el medioambiente"

Zaragoza
Publicada

Zaragoza quiere darle una nueva vida al Parque de Atracciones. No solo se plantea ampliar sus instalaciones, sino que desde el Ayuntamiento se han propuesto revitalizar este espacio emblemático para convertirlo en un lugar donde las familias puedan pasar una jornada divertida y segura, con atracciones renovadas y en buen estado.

Y es que lo cierto es que, a día de hoy, si uno se anima a pasar una tarde de primavera por el parque, puede llevarse una pequeña decepción. Algunas de las atracciones más queridas por generaciones de zaragozanos muestran un aspecto bastante desmejorado.

En los últimos meses, muchos visitantes han manifestado su malestar por el estado de conservación de ciertas instalaciones. Incluso hay quienes cuestionan que se mantenga el precio de la entrada “cuando muchas de las atracciones están cerradas al público”.

Consciente de esta situación, el Ayuntamiento ha sacado a licitación un contrato de 10.000 euros (12.100 con IVA) para que una empresa especializada realice una revisión técnica completa de 19 atracciones, entre ellas clásicos como el “Ramsés”, el “Tren de la Bruja” o la “Casa Magnética”, que actualmente revierten al Consistorio. El resto de instalaciones dejarán el parque, una vez finalice el contrato con la actual empresa.

Inspección técnica a fondo

De entre las 19 atracciones que el Ayuntamiento pretende conservar, la empresa que se adjudique el contrato deberá aplicar un protocolo riguroso de inspección, adaptado a cada tipo de atracción. El objetivo es claro: detectar cualquier signo de desgaste, daño o anomalía que pueda comprometer la seguridad de los usuarios.

Uno de los aspectos clave será la revisión estructural de cada instalación, buscando deformaciones, piezas sueltas, soldaduras con fisuras o uniones debilitadas. También se evaluará el estado de elementos expuestos a la oxidación o corrosión, y se desmontarán componentes críticos si así lo exige el manual de operaciones o lo considera necesario el equipo técnico.

Se realizarán ensayos no destructivos (END), cuyos resultados se incluirán en el libro de operaciones, y se comprobará a fondo el estado de sistemas hidráulicos, neumáticos y mecánicos. La inspección eléctrica, por su parte, deberá cumplir con la normativa vigente, revisando desde los cables hasta los sistemas de protección y emergencia.

Además, se pondrá a prueba el funcionamiento real de las atracciones, simulando situaciones como paradas de emergencia o fallos de suministro para comprobar que los protocolos de seguridad se activan correctamente. No se pasará por alto el aspecto estético, ya que también se valorará el estado de la decoración y el mantenimiento visual general.

Inspecciones según el tipo de atracción

El control será distinto según el tipo de atracción. No se revisan de la misma forma unas camas elásticas que una atracción cubierta como el “Laberinto” o la “Cueva del Horror”. En estas últimas, la revisión se centrará en la parte mecánica y eléctrica, dejando fuera el estado del edificio que las alberga.

Antes de cerrar el informe definitivo, que deberá ser en un plazo de dos meses desde la concesión, la empresa adjudicataria realizará visitas conjuntas con técnicos municipales a cada una de las 19 atracciones. Estas visitas permitirán contrastar sobre el terreno la información recogida y asegurar que el diagnóstico final sea lo más completo y realista posible.