Algunos inmigrantes en el hotel París, en el barrio del Gancho de Zaragoza.

Algunos inmigrantes en el hotel París, en el barrio del Gancho de Zaragoza. E.E Zaragoza

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La denuncia de Mamadou, inmigrante en Zaragoza: "Nos han dicho que nos teníamos que ir, ahora estoy en la calle"

Mamadou llegó tras su traslado desde Canarias y, desde hace unos meses, ha estado viviendo en el Hotel París, ubicado en la calle San Pablo del barrio del Gancho.

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"Me gusta trabajar, quiero hacerlo", declara Mamadou, un inmigrante de 28 años originario de Mali, África, que refleja la desazón y la incertidumbre que muchos de los inmigrantes en Zaragoza están viviendo. Tras varios meses en la ciudad, el joven lamenta que aún no ha encontrado trabajo. "No he trabajado, aquí no tengo nada", confiesa con un tono resignado y dificultades con el idioma.

Mamadou llegó a Zaragoza tras su traslado desde Canarias y, desde hace unos meses, ha estado viviendo en el Hotel París, ubicado en la calle San Pablo del barrio del Gancho. "Me dijeron que me tenía que ir el pasado 13 de marzo, que no me podía quedar", cuenta casi susurrando.

Desorientación

Desde entonces, explica que ha estado viviendo en la calle a la espera de ayuda. Ante la falta de soluciones claras, Mamadú expresó la desorientación que muchos de sus compañeros migrantes sienten y asegura que "no sabe que va a ser de él".

Señala que en España está "solo", sin familia ni amigos a los que pedir ayuda. "Si me muero, entonces será un problema para ellos", asegura mientras señala a la puerta del hotel, haciendo referencia a la asociación Apip-Acam, entidad colaboradora en el ámbito de la protección internacional, autorizada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

"No nos han ayudado a encontrar trabajo, saben de dónde venimos y cómo están las cosas en nuestro país. Necesitamos ayuda", lamenta Mamadou, secundado por otros compañeros que mueven la cabeza en señal de aprobación. En busca de ayuda, Mamadú y otros migrantes han acudido al ayuntamiento de Zaragoza, donde dicen que les contestaron "que no pueden hacer nada". 

"Nadie ha sido echado"

La Delegación del Gobierno ha respondido a la situación de los migrantes malienses en Zaragoza, aclarando varios puntos importantes. En primer lugar, subrayan que nadie ha sido "echado" de ningún sitio. Según explican, los acogimientos de migrantes en el país están regulados por un programa que debe cumplirse estrictamente, y estos migrantes forman parte de un grupo que atraviesa diversas circunstancias. Algunos de ellos ya han encontrado trabajo y cuentan con un salario que les permite vivir de manera independiente.

En cuanto a otros migrantes que estaban destinados a ser trasladados a un centro en Burbáguena para iniciar un nuevo programa, Delegación indica que ellos mismos se opusieron a este traslado, a pesar de haber sido informados con suficiente antelación. A lo largo de todo este proceso, aseguran que los migrantes fueron preavisados con el tiempo necesario para gestionar su situación.

Además, resaltan que es necesario liberar recursos para poder destinarlo a la atención de otros migrantes que lo requieran. 

"Descontrol migratorio" en Zaragoza

Por su parte, el Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado una reunión con los representantes de la Delegación del Gobierno de España en Aragón para analizar y valorar la situación de la política migratoria, especialmente en lo referente al programa de atención humanitaria y el de protección internacional.

La consejera de Políticas Sociales, Marian Orós, ha expresado este jueves pasado que el Consistorio necesita tener acceso a información detallada y a recursos económicos para poder hacer frente al "descontrol migratorio" que, según ella, está provocando el Gobierno central. Orós ha destacado que hay entidades que, tras tres meses de atención, dejan a los migrantes a su suerte, sin un plan de futuro y con muy pocos recursos.

La situación de los migrantes malienses que llegaron recientemente a Zaragoza ha encendido las alarmas en los servicios sociales de la ciudad, ya que varios de ellos se presentaron en la Casa de las Culturas pidiendo ayuda tras haber agotado su estancia en los centros de acogida. Esto ha llevado a la consejera Orós a enviar una carta al delegado del Gobierno en Aragón, pidiendo explicaciones sobre la situación y advirtiendo que puede convertirse en un problema crónico si no se toman medidas.

La consejera ha exigido también que el Gobierno de Pedro Sánchez tome decisiones claras en materia de inmigración, ya que, según ella, la falta de atención estatal está generando personas vulnerables que podrían terminar en la economía sumergida o bajo el control de mafias.

"Zaragoza quiere información y ayuda económica si debe asumir una asistencia social que el Gobierno de España está dejando de hacer", ha concluido Orós, destacando que, más allá de la constante llegada de personas extranjeras al albergue municipal, la proporción de migrantes ha aumentado considerablemente: "si el año pasado representaban el 60%, actualmente su porcentaje ha alcanzado el 73%, y esta cifra sigue en ascenso".