Estación de Candanchú

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La nueva cara del Pirineo: obras y atracciones para revolucionar las montañas de Aragón y fortalecer el turismo

Desde la unión de Astún y Candanchú o el telecabina de Benasque a Cerler hasta el tobogán de Panticosa, el Pirineo está inmerso en una revolución para fomentar el turismo.

Más información: Una nueva atracción para el Pirineo: dos toboganes de 70 metros en una de las pistas más populares de Aragón

Zaragoza
Publicada

El Pirineo aragonés está inmerso en una profunda transformación que prácticamente le va a cambiar la cara y le va a suponer un revulsivo turístico. Los diferentes ayuntamientos han iniciado diversos proyectos para impulsar nuevos atractivos que consigan atraer más visitantes y no depender tanto de la nieve en invierno, aunque ello deberá ir compaginado con un esfuerzo para no masificar una zona rica en patrimonio cultural.

Este impulso se ha dado principalmente en los últimos años con la llegada de fondos europeos que han permitido financiar obras para promover un turismo más sostenible. Bien es cierto que algunos proyectos han generado una fuerte contestación social, como la fallida unión de Astún y Formigal a través de Canal Roya, que ha quedado guardada en un cajón.

Mientras, otras dos grandes obras ya han iniciado sus trabajos en las últimas semanas. Se trata de la unión de Astún y Candanchú y la telecabina de Benasque a Cerler, dos inversiones millonarias que buscan revitalizar las estaciones de esquí y poder llegar a competir a los máximos niveles europeos.

El telecabina, que costará 12,8 millones de euros (más IVA) y será construido por la italiana Leitner, contará con 53 vehículos en línea, con una capacidad para transportar hasta 2.400 personas por hora en ambos sentidos. Con una velocidad máxima de 6 metros por segundo, el trayecto entre Benasque y Cerler se completaría en 5 minutos y 47 segundos.

A su vez, el pasado mes de julio comenzaron las obras del nuevo tobogán de Panticosa, de tres kilómetros de extensión de más de 700 metros de desnivel, el mayor a nivel europeo. Está previsto que alcance una velocidad máxima de 40 kilómetros/hora y que pueda funcionar tanto en invierno como en verano, siendo un atractivo para tratar de desestacionalizar el turismo de la zona.

En este caso, contará con un presupuesto de 7,7 millones de euros, de los que 7,2 millones de euros los aportará el Ejecutivo aragonés y el restante, el Ayuntamiento de Panticosa. "Es una inversión muy importante que no se ha hecho nunca en el pueblo de Panticosa", se refería el alcalde del municipio, Jesús María Uriz.

Esta fiebre por los toboganes llegará también a la estación de Candanchú, que ya ha iniciado la licitación de un complejo de toboganes que aspira a convertirse en un gran atractivo tanto en invierno como en verano, y colabore a diversificar las actividades de ocio en la montaña oscense.

Este proyecto contempla la instalación de dos toboganes de 70 y 80 metros, el primero de ellos recto y el segundo con dos curvas. Ambas podrán usarse durante todo el año y se podrá deslizar sobre ellas con trineos redondos en forma de ‘donut’.

La Mancomunidad del Valle del Aragón será la encargada de gestionar las obras, que tendrán un precio máximo de 460.000 euros y serán financiadas casi en su totalidad con fondos europeos. Los trabajos tendrán que estar terminados en un plazo de tres meses desde la adjudicación, si bien es complicado por plazos administrativos que puedan estar terminadas durante la próxima temporada de esquí 2025/2026.

También va a contar con fondos europeos otro proyecto que no ha sido bien recibido. Se trata del conocido como ‘Oroel Park’, una iniciativa del Ayuntamiento de Jaca que, según definen, quiere poner en valor el entorno del Parador del Oroel como una zona de esparcimiento recreativa para niños y familias, de manera sostenible. Desde el Consistorio sostienen que se ha diseñado con el mínimo impacto ambiental y que no se va a afectar a los árboles ni al suelo para su colocación, ni se van a abrir nuevos senderos.

Sin embargo, varios grupos ecologistas y movimientos ciudadanos han solicitado la reconsideración del “Oroel Park” al ubicarse en el corazón de un entorno natural protegido. En sus alegaciones, consideran que transformaría un espacio protegido en un foco de ocio urbano y que se incrementaría la presión sobre un enclave frágil y de alto riesgo de incendio forestal. Varios partidos políticos como IU, CHA o el PAR se han alineado con estas tesis.